El Presidente Dieter F. Uchtdorf dijo:
“Cristo no sólo habló del amor, sino que lo demostró cada día de Su vida. No se alejó de las multitudes, sino que al estar entre la gente Jesús sirvió a las personas individualmente. Rescató al perdido. No enseñó simplemente una lección acerca de dar servicio con amor para después delegar el trabajo a los demás.
Si nosotros somos Sus manos, ¿no debemos hacer lo mismo?“
Mi compañera de cuarto acudió a mí recientemente sintiéndose realmente desanimada. Ella descubrió que un amigo en común de nuestra iglesia estaba enfrentándose a la depresión y luchando para sentir que encajaba. Ella no podía creer que no había notado que estaba pasando por un momento difícil. ¿Cuántas personas se sientan en las bancas alrededor de nosotros en la iglesia que llevan cargas silenciosas? Yo diría que todo el mundo, y puede ser un poco abrumador.
¿Cómo puedo fortalecer a los miembros de mi barrio ?
Puedes tener el deseo de llevar las cargas de otro. Pero la verdad es que no eres capaz de llevar las cargas de cada persona. Afortunadamente, tenemos obispados, presidentas de la Sociedad de Socorro y Cuórum de Élderes. Tenemos maestros orientadores y maestras visitantes, y líderes de misionales de barrio que buscan a aquellos sobre los que presiden. Las probabilidades sin embargo, es que no podrán estar allí para cada persona. Ellos necesitan nuestra ayuda para fortalecer nuestros barrios y para consolar a aquellos que necesitan consuelo.
Estos son algunos consejos que he encontrado muy útiles para fortalecer a los miembros de mi barrio:
- Orar cada mañana para ser consciente de las necesidades de aquellos que me rodean.
- Pedir a nuestro Padre Celestial oportunidades para servir. Los domingos, yo adapto esto para pedirle a mi Padre Celestial que me ayude a saber de quién necesito estar pendiente y hablar en la iglesia.
- Tener notas en blanco en mi cartera cuando estoy en la iglesia. De esta manera si alguien viene a mi mente que puede necesitar ánimo, puedo escribirles una nota rápida diciéndoles que estoy pensando en ellos.
- Hacer grupos mensuales para cenar juntos en el barrio y reuniones de postres. Estos están dirigidos a ayudar a integrar a las personas en nuestro barrio y hacer amigos. Es agradable para aquellos que viven lejos de la familia tener gente para pasar los domingos por la noche.
- Hacer muchas fiestas y noches de juego. Cuando hago esto, doy a mi obispo los detalles y le pido que les haga saber a los miembros nuevos o a aquellos que tienen dificultades en el barrio acerca de estos eventos.
- Tener un grupo en redes sociales. En mi ciudad tenemos una página en Facebook que está compuesta principalmente de JAS SUD. Se llama “Las cosas que hacemos”. Su propósito es que los miembros publiquen actividades divertidas que hacen e invitan a otros a la página. Por ejemplo, pueden publicar acerca de una película que va a ver o una caminata que desean hacer y dónde reunirse para compartir. Si se publica en la página, se invita a cada persona. Me ayudó a hacer amigos cuando me mudé aquí por lo que tengo una meta personal de publicar una actividad al mes en la página.
Fortalece a los miembros de tu barrio haciendo lo que puedas
Tal vez no eres una persona muy sociable, y estas ideas son abrumadoras para ti. Pero, el fortalecimiento de tu barrio puede ser tan simple como sentarte al lado de una persona nueva. Incluso decir “Hola” a alguien puede hacer una diferencia. Si tienes un deseo sincero de ser las manos del Salvador, el Espíritu te guiará para encontrar a los perdidos en los que puedes influir a tu propia manera.
En ese mismo discurso antes mencionado, el Presidente Uchtdorf también dijo:
“Cuando pienso en el Salvador, a menudo me lo imagino con las manos extendidas para consolar, sanar, bendecir y amar. Él siempre hablaba con la gente, y no les hablaba mal. Amaba a los humildes y a los mansos y anduvo entre ellos, ministrándoles y ofreciendo esperanza y salvación.
Eso es lo que hizo durante Su vida mortal; es lo que estaría haciendo si viviera entre nosotros hoy; y es lo que debemos estar haciendo como discípulos Suyos y miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días“.
Todos llevamos vidas ocupadas, y a veces es difícil el superar nuestras propias pruebas, pero al mirar hacia afuera y tratar de emular al Salvador, Él nos da la fuerza para hacerlo. Hay muchas maneras diferentes en que tú como individuo puedas fortalecer tu barrio. Ya se trate de una invitación a una actividad, escribiéndoles una pequeña nota o sentarse al lado de alguien nuevo, tus acciones, aunque aparentemente pequeñas, son lo que el Salvador haría si estuviera hoy aquí. No puedes llevar las cargas de cada persona en tu barrio, pero puedes ayudar a crear un ambiente de sanación, amor y seguridad.
Sé el cambio que quieres ver en tu barrio. Podrías ser el único que puede llegar a ciertas personas. Sé que no podemos hacerlo solos. Necesitamos al Salvador, pero también nos necesitamos el uno al otro.
Este artículo fue escrito originalmente por Moriah Mason y fue publicado en MillennialMorms.com, con el título Be the Change You Wish to See in the Ward Español © 2017