Antes de casarse con Marjorie, incluso el presidente Hinckley tuvo algunas preocupaciones sobre su situación financiera. Todos podemos tener consuelo de la fe de él y de su esposa para seguir adelante, sin importar las circunstancias, y confiar en que el Señor proveerá. El siguiente es un breve extracto del libro, Courtships of the Prophets: From Childhood Sweethearts to Love at First Sight, de Mary Jane Woodger y Paulette Preston Yates:
Gordon y Marjorie comenzaron a hablar de matrimonio e incluso fijaron una fecha. Sin embargo, poco antes del día de su boda, Gordon llamó a Marjorie, le explicó que tenía algunas preocupaciones, y sugirió que fueran a almorzar.

Presidente Hinckley y su esposa Marjorie, un ejemplo de amor para todo el mundo.
Durante el almuerzo, él expresó su aprehensión sobre su situación financiera. Quería que Marjorie supiera que tenía sólo ciento cincuenta dólares para llevar a su matrimonio. Indudablemente, Marjorie se sintió aliviada cuando supo que la procuración del Presidente Hinckley provenía del tema financiero y no otro tema grave.
Ella replicó con su acostumbrado estilo, optimista: «Oh con eso nos ira bien»,dijo; «Si tienes $150, estamos listos.» Con los años, la hermana Hinckley compartió con frecuencia esta memorable comida que tuvo con su novio. En su manera única y rápida, bromeaba: «Bueno, $150 sonaba como una pequeña fortuna para mí. Yo había esperado tener un esposo y ahora también estaba recibiendo150 dólares. »

Presidente Hinckley y su esposa Marjorie en uno de sus viajes aAsia, siendo recibidos por miembros locales.
Con sus preocupaciones financieras descansadas, Gordon Bitner Hinckley llevó a Marjorie Pay al Templo de Salt Lake, y se convirtió en su esposa el 29 de abril de 1937. Fueron sellados por tiempo y eternidad en una ceremonia realizada por el élder Stephen L Richards.

Presidente Hinckley y su esposa Marjorie
Al recordar el día de su boda, el presidente Hinckley a menudo decía: «Marjorie se había convertido en una joven maravillosa, y tome la mejor decisión al casarme con ella. . . Ella era hermosa, y yo estaba embrujado con su belleza. »
Escrito por Mary Jane Woodger y Paulette Preston Yates, extractos del libro «Courtships of the Prophets: From Childhood Sweethearts to Love at First Sight»