Mucho antes de nacer, Sawyer y Carter Roberts aparentemente estaban destinados a ser hermanos gemelos idénticos.
Cuando su padre, Tim, estaba sirviendo su misión en California, escuchó a otro misionero hablar de su hermano gemelo idéntico y recuerda haber pensado: “Daría cualquier cosa por tener hijos gemelos”.
Años más tarde, poco antes de que Tim y su esposa, Amy, tuvieran a su cuarto hijo, ella tuvo un sueño sobre dos niños de la misma edad.
Después de una experiencia espiritual en el templo que involucraba a los mismos niños, Amy supo que aquellos gemelos estaban destinados a completar su familia.
El día en que le sacaron la ecografía, junto antes de que la doctora le diera la noticia, Amy comentó:
“Hay dos ahí, ¿cierto?”.
Sin ninguna duda sobre el sexo de los gemelos, la pareja comenzó a hacer las compras necesarias para recibir a sus futuros hijos, y el resto es historia.
Dos en Uno
Estos dos gemelos son Carter y Sawyer, jóvenes que disfrutan de una amistad natural y profunda. Comparten gustos y están de acuerdo que tener un mejor amigo incorporado es una ventaja a lo que Sawyer comparte:
“Compartimos los mismos pensamientos en todo, por lo que no tenemos que mentir ni fingir el uno con el otro. Podemos ser amigos sin preocupaciones”.
Tim y Amy dicen que el vínculo entre los hermanos es especial y señalan que los dos son el “pegamento” que une a su familia.
“Una de las cosas más interesantes de los gemelos es que todos los hermanos se sienten muy cercanos a ellos, tanto individualmente como en pareja”.
Los dos comparten muchos de los mismos pasatiempos e intereses, con un gusto similar en películas, videojuegos y ropa.
Son tan parecidos que, de hecho, los hermanos a veces han cambiado de lugar en el trabajo o han dado clases en la Primaria sin que nadie se de cuenta. Incluso la tecnología de reconocimiento facial no puede diferenciarlos.
Este parecido tampoco ha sido desafiado en su estrecha relación fraternal. Como afirma Carter:
“Me encanta tener un gemelo y no lo cambiaría por nada”.
Siempre misioneros
Tener un mejor amigo como hermano sin duda es útil en algunas ocasiones. Por ejemplo, cuando la familia Roberts se mudó de Lake Butler, Florida, a Amelia Island, Florida, los gemelos se integraron rápidamente a la pequeña comunidad y al barrio local.
Aunque Carter y Sawyer solo estaban en sexto grado en el momento de la mudanza, no tuvieron problemas para hacer nuevos amigos de inmediato y compartir sobre su Iglesia. Con sus personalidades seguras y pasatiempos variados, los dos se involucraron activamente en su barrio.
Juntos, han trabajado en una popular heladería y tienda de dulces de la zona y capacitado a muchos otros jóvenes.
Sawyer también ha trabajado como salvavidas y en una tienda de surf. Ambos gemelos desempeñaron papeles principales en las producciones teatrales de la escuela secundaria a lo largo de los años e incluso ayudaron a fundar juntos el primer club de surf en su escuela.
Tim ha comentado lo feliz que está con sus hijos:
“Muchos de los maestros de escuela que hemos conocido en eventos como sus obras de teatro nos cuentan el impacto positivo que [Sawyer y Carter] han tenido en ellos y en los demás. Debido a que han estado juntos y han compartido una habitación desde que nacieron, ellos se comunican constantemente. Este conjunto de habilidades les ha servido muy bien para usar el lenguaje de la Iglesia y ser valientes al compartirlo”.
Sobre su llamamiento misional
Con su padre, tres hermanos y hermanas mayores que son misioneros retornados, los gemelos siempre tuvieron el servicio misional en mente.
Tim los llevó a ellos y a sus hermanos a visitar su propia misión varias veces, y los muchachos trabajaron duro para ahorrar dinero y así ayudar a pagar sus misiones, siguiendo el ejemplo de sus hermanos mayores.
Ambos gemelos están de acuerdo en que “solo pueden venir cosas buenas” del servicio misional y que las experiencias que les esperan probablemente sean oportunidades únicas en la vida. Como lo describe Carter:
“Son dos años de mi vida que serán diferentes a todo lo que vuelva a hacer”.
Sin embargo, para estos hermanos y mejores amigos que nunca han pasado más de un par de noches alejados, la idea de estar por su cuenta durante dos años también generó cierta ansiedad.
Carter expresó que Sawyer y él decidieron leer sus llamamientos misionales juntos en privado antes de decirles a sus amigos y familiares a dónde fueron asignados.
“Siempre habíamos hablado de hacerlo de esa manera porque somos muy cercanos y queríamos que fuera un momento especial solo con nosotros antes de compartirlo con los demás”.
Sawyer leyó su carta primero y se emocionó al saber que hablaría tagalo en la Misión Tuguegarao Filipinas.
“Pero también estaba un poco asustado porque no pensaba que Carter hablaría el mismo idioma”.
Pero cuando Carter abrió su llamamiento, pronto se hizo evidente que sus misiones serían más similares de lo que pensaban. A Carter se le asignó servir en la Misión Cauayan Filipinas, donde también se habla tagalo.
“Cuando Carter leyó su llamamiento misional, no pudimos decir mucho. Simplemente, nos sentamos allí y lloramos porque era mejor de lo que hubiéramos podido esperar. Será mucho menos solitario estar fuera sabiendo que Carter estará pasando por desafíos similares a los míos”.
Ambos hermanos ingresarán al Centro de Capacitación Misional (CCM) de Provo y luego serán transferidos al CCM de Ciudad Quezon, Filipinas.
Cada uno espera con ansias las experiencias misionales únicas e individuales que tendrán mientras las comparten de alguna manera con su mejor amigo.
Carter expresó:
“Lo que más me preocupa es estar lejos de mi hermano durante tanto tiempo y tardar demasiado en aprender el idioma. Quiero compartir el evangelio y sé que el Señor me guiará cuando necesite decir algo. El hecho de que Sawyer esté tan cerca alivia la ansiedad [de estar separados]”.
Sus testimonios
Mientras se preparan para servir al Señor, Sawyer y Carter están emocionados de seguir compartiendo sus testimonios con amigos en casa y próximamente con nuevos amigos en sus respectivos campos misionales. Sawyer comentó:
“Desde que recibí mi llamamiento, muchas personas en mi barrio se me han acercado y me han hablado de lo orgullosos que están porque podría haber tomado una dirección muy diferente.
Al escuchar esto, me di cuenta de que incluso con los errores que he cometido en mi vida, todavía tengo la capacidad de cambiar y convertirme en una mejor persona. He aprendido a disfrutar realmente del evangelio a medida que he crecido y a no avergonzarme de lo que creo”.
Es a través de esas experiencias y decisiones de vivir y compartir el evangelio que Sawyer ha visto crecer su propio testimonio a lo largo de los años.
“Realmente creo que el Señor está dispuesto a hacer cualquier cosa por nosotros, siempre que guardemos nuestros convenios con Él y nos mantengamos en sintonía con el Espíritu”.
Carter por su parte, encuentra en Nefi, su héroe de las escrituras, la inspiración para su misión y su vida: hacer siempre lo que el Señor pide, sin importar la oposición. Así como otros lo han apoyado, él está emocionado de servir a aquellos que conocerá en Filipinas.
“Sé que el Señor ha puesto personas en mi camino para guiarme hacia la dirección correcta y mantenerme en la senda que necesito seguir. Amo este evangelio y estoy muy emocionado de poder compartirlo con otras personas y enseñar en otro país”.
Fuente: LDS Living
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