Las historias de conversión trascienden no solo barreras geográficas sino también religiones. Estas historias nos recuerdan que Dios siempre busca formas inesperadas para llegar a nuestro corazón.

La vida de Gurcharan Singh Gill, un joven sij nacido en India, es una de estas historias. Luego de un viaje en busca de respuestas, él encontró la verdad que anhelaba su corazón en la Iglesia de Jesucristo.

Lo más curioso es que su trayecto inició con una pregunta que muchos también se han hecho: ¿Qué pasa con nuestros seres queridos al morir?

Una pregunta nacida del dolor

La muerte de sus hermanos llevaron a Gurcharan a preguntarse seriamente sobre la vida después de la muerte. Imagen: Canva

Gurcharan creció en la fe sij con creencias como que el alma es una chispa divina y la posibilidad de la reencarnación y él nunca las puso en tela de juicio hasta que, a los 18 años, le tocó vivir dos tragedias. 

Primero, murió su hermana y un mes después, su hermanito. Esos sucesos llevaron a Gurcharan a preguntarse seriamente sobre la vida después de la muerte.

Para quienes conocemos la misión divina del Salvador, no hay misterios. Como enseñó el apóstol Pablo:

“Por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, quien quitó la muerte, y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio”.

Sin embargo, Gurcharan todavía no sabía quién era Cristo. El tiempo pasó y se mudó a Estados Unidos, sin embargo, sus dudas sobre lo que pasaría con sus hermanos seguían fuertes y nadie tenía respuestas claras para él.

Finalmente la mamá de uno de sus compañeros le dijo: “Habla con los mormones”. Esa invitación estaba a punto de cambiarlo todo.

El día en el que escuchó del Plan de Salvación

El Plan de Salvación sanó la herida en el corazón de Gurcharan y le dio las respuestas que buscaba.

Fue así que Gurcharan habló con uno de sus compañeros miembro de la Iglesia de Jesucristo quien lo invitó a una conferencia de estaca en California.

Allí escuchó hablar del Plan de Salvación por primera vez. La idea de que Dios tenía un plan para Sus hijos luego de la muerte, incluso para quienes nunca aprendieron de Cristo aquí, enterneció el corazón de Gurcharan.

El Plan de Salvación sanó la herida en su corazón. Por fin había encontrado lo que deseaba saber. Aprendió, como declaró el profeta Alma, que:

“El espíritu y el cuerpo serán reunidos otra vez en su perfecta forma”.

Ese mismo día, luego de hablar con un joven de la estaca, su familia acogió a Gurcharan en su hogar. Ellos le ayudaron a saber más de la doctrina del Plan de Salvación y, finalmente, lo guiaron hacia el bautismo.

Su conversión no fue solitaria.

Promesas divinas de una bendición patriarcal

Vilo y Gurcharan como líderes de misión en India con misioneros en 1993. Imagen proporcionada por: James Goldberg y Nicole Wilkes Goldberg

Después de su conversión, Gurcharan pidió una bendición patriarcal. Pero debido a ideas erróneas de la época sobre raza y linaje, el patriarca dudó.

Sin embargo, un mes después, el patriarca eligió confiar en el Señor e impuso sus manos sobre Gurcharan para pronunciar la bendición en la que se le declaró linaje de Efraín.

También se le prometió que haría la obra del templo por sus familiares y llevaría el Evangelio a su nación. Tiempo después esas promesas se cumplieron. Se casó con Vilo Pratt en el Templo de Mesa, Arizona, en 1950 y junto a ella, sirvió como presidente de misión en India, llevando la obra de Dios a su tierra natal.

Este suceso nos recuerda la enseñanza de Pedro, apóstol de Jesucristo:

“Dios no hace acepción de personas”.

Gracias al trabajo de personas como Gurcharan, hoy la Iglesia de Jesucristo ha crecido en India con más de 13.500 Santos de los Últimos Días. Y entre tantas lecciones de vida que nos deja, una sobresale de las demás:

“La meta no [es] simplemente ser un Santo de los Últimos Días perfecto e ideal. La meta es ser transformados y exaltados como raza humana al buscar a Dios”.

Fuente: LDSLiving

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