Unos días antes de la Navidad de 1981, Sherilyn Stinson recibió una llamada que transformó su vida. Después de años deseando ser madre, llegó la noticia que tanto esperaba: un bebé la estaba esperando.
“En cuanto lo tuve en mis brazos, supe que era nuestro hijo”, recuerda Sherilyn.
Así, ella y su esposo adoptaron a Aaron, y dos años después, recibieron otra llamada que les cambiaría la vida nuevamente: una niña, Allison, estaba lista para unirse a la familia.
Estas experiencias llenaron de gozo a Sherilyn, pero también despertaron en ella un profundo agradecimiento hacia las madres biológicas de sus hijos.
En un artículo publicado en 2008, Sherilyn expresó su deseo de que esas mujeres pudieran saber cuánto bien habían hecho:
“Les confiaron a sus hijos, y ellos crecieron siendo personas maravillosas y felices”.
La adopción y la búsqueda de conectar con sus hijos
En ese tiempo, los procesos de adopción eran gestionados por los Servicios para la Familia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Imagen: Shutterstock
En ese tiempo, los procesos de adopción eran gestionados por los Servicios para la Familia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quienes mantenían un estricto compromiso de privacidad.
Actualmente, aunque ya no se dedican a la gestión de adopciones, continúan preservando registros históricos y ofreciendo orientación a familias que buscan conectarse.
Con este objetivo, la Iglesia ha creado la guía “Reunificación en Adopciones”, un recurso diseñado para ayudar a los involucrados en el triángulo de adopción: el hijo, los padres biológicos y los padres adoptivos.
La guía aborda cómo prepararse emocionalmente, respetar los límites y manejar las expectativas al buscar un reencuentro.
Entre las herramientas disponibles, las pruebas de ADN han ganado popularidad como una forma de establecer conexiones.
Aunque son útiles, Sherilyn, ahora comisionada de Servicios para la Familia, aconseja sobre el manejo responsable de estas herramientas, ya que pueden traer resultados inesperados si no se aborda con sensibilidad.
El reencuentro de Allison y Jill
Allison Rasmussen, hija de Sherilyn, utilizó una prueba de ADN para encontrar a su madre biológica, Jill Morgensen. Créditos: Sherilyn Stinson
Allison Rasmussen, hija de Sherilyn, utilizó una prueba de ADN para encontrar a su madre biológica, Jill Morgensen.
Por su parte Jill, quien había tenido a Allison cuando era adolescente, también se sometió a una prueba de ADN con la esperanza de encontrarla.
Desde el momento en que firmó los documentos de adopción, Jill siempre tuvo la sensación de que volvería a ver a su hija algún día. Esa certeza la acompañó cuando compró la prueba de ADN, aunque decidió esperar antes de contactarla.
Mientras tanto, la vida de Allison estaba ocupada: su esposo terminó la universidad, la familia se preparó para mudarse, y dió a luz a su quinto hijo. Fue hasta febrero de 2018, tras superar complicaciones médicas, cuando vio el mensaje de Jill en su perfil de ADN.
Unos días después, madre e hija se encontraron en las oficinas de Servicios para la Familia en Utah, compartiendo fotos, recuerdos y sus sentimientos. Para ambas, el momento del reencuentro fue perfecto.
Procesos graduales y sanación
El reencuentro entre Allison y Jill fue cuidadosamente planificado. Créditos: Sherilyn Stinson
El reencuentro entre Allison y Jill fue cuidadosamente planificado. Ambas siguieron un proceso gradual, con apoyo de consejeros y manteniendo comunicación abierta sobre sus expectativas.
Jill compartió que reconectar con su hija la ayudó a procesar emociones que había enterrado durante años, mientras que Allison destacó la importancia de ser realista:
“No puedes esperar que todo sea perfecto ni terrible; simplemente hay que estar preparado para lo que venga”.
El vínculo entre sus familias se ha fortalecido con el tiempo, y ambas encontraron un espacio para sanar y celebrar la conexión que ahora comparten. Jill, por ejemplo, agradece profundamente el amor y la enseñanza que Allison recibió de sus padres adoptivos, quienes siempre la apoyaron en cada etapa.
Las diferentes caras de la adopción
Aaron tuvo una experiencia distinta. Créditos: Sherilyn Stinson
Aunque Allison encontró plenitud en su reencuentro, su hermano Aaron tuvo una experiencia distinta. Si bien accedió a realizar una prueba de ADN, nunca sintió la necesidad de buscar a su madre biológica.
“Siempre sentí que estaba en el lugar correcto”, expresó.
Sin embargo, el destino tuvo otro plan. Aunque lograron identificar a su madre biológica, descubrieron que ella había fallecido meses antes de que pudieran reunirse. Esto dejó en Aaron una mezcla de tristeza y resignación.
“Quise al menos darle las gracias, pero estoy en paz con lo que tengo”.
Aaron logró conectar con una media hermana gracias a los resultados del ADN, y aunque mantienen una relación cordial, él sigue valorando la vida que construyó con su familia adoptiva.
“Algunos estamos bien con lo que tenemos. Mi familia es suficiente para mí”, afirmó.
Amor, valentía y gratitud
Para Sherilyn Stinson, cada adopción es una historia de valentía y amor incondicional. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos Últimos Días
Para Sherilyn Stinson, cada adopción es una historia de valentía y amor incondicional. Ella destaca la importancia de permitir que los hijos adoptivos exploren sus orígenes sin temor a que eso debilite el vínculo con sus padres adoptivos.
Por su parte, Jill considera a los padres adoptivos verdaderos héroes:
“Están involucrados en cada paso de este proceso, y los admiro profundamente”.
Allison, en tanto, se siente agradecida por la oportunidad de conocer a Jill, pero también por el amor y las oportunidades que recibió de sus padres adoptivos.
“Siempre supe que si debía pasar, pasaría. Y estoy agradecida de que así haya sido”.
Cada historia de adopción es única, pero todas comparten un hilo común: el poder transformador del amor y la resiliencia de las familias, sin importar cómo se forman.
Fuente: Church News
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