Después de terminar la secundaria, el joven atleta McKay Christensen era muy solicitado en diferentes equipos de béisbol y fútbol americano.
Como corredor, llevaba el récord estatal de touchdowns en California. Por otro lado, su promedio de bateo era de 0,500 y se le asignó formar parte del All-American Team.
Muchos equipos estaban interesados en él, sin embargo, Mckay quería servir en una misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Le ofrecieron un millón de dólares para jugar en el California Angels y quedarse en casa, pero él siguió su llamado a Dios.
Christensen rechazó la oferta diciendo:
“Mi misión no está en venta”.
Tiempo después, se le asignó a servir en una misión de tiempo completo en Japón, pero luego pasó algo inesperado.
Los California Angels estaban tan asombrados por su destreza que lo aceptaron en su equipo de todos modos, es decir, como parte del trato, esperarían 2 años para que así McKay pudiera jugar para ellos.
En una entrevista para Deseret News, él comentó:
“Me dijeron que no había forma de servir una misión y después ser parte de un equipo, pero lo hice de todos modos, sentí que era una oportunidad que no debía dejar pasar”.
Christensen se levantaba en la madrugada para firmar tarjetas de béisbol, lo cual formaba parte de su contrato. En el reverso de estas, se encontraba algo en particular:
“Antes de firmar con [el equipo de] California, Christensen se comprometió a iniciar su carrera profesional en el béisbol después de regresar de su misión en Japón”.
Otras tarjetas contenían la siguiente información sobre Mckay:
“Un grande en velocidad de la escuela Clovis West High School en Fresno, California, Christensen rechazó una beca de fútbol americano para BYU para formar parte del [equipo] California Angeles, sin embargo, empezará a jugar profesionalmente cuando culmine su misión de dos años”.
“Los California Angeles estaban muy emocionados con el rendimiento de Christensen en la secundaria… que lo eligieron como su primera opción en el equipo sabiendo que pasaría los dos años siguientes en una misión. Christensen, que posee todas las herramientas… también recibió una beca de BYU como receptor”.
“Recordatorio: No jugó en 1994-95 mientras cumplía una misión de dos años”.
Después de su misión, Christensen jugó para los equipos Chicago White Sox, Angeles Dodgers y New York Mets. Los California Angels lo transfirieron a esos equipos antes de que retornara.
El Señor sabía de su sacrificio y sus habilidades y, al igual que cada hijo e hija da de su tiempo para servirle, lo bendeciría por su tiempo de servicio. Parafraseando el versículo en 1 Samuel 2:30:
“A los que honran a Dios, Dios los honrará”.
Fuente: LDS Living