Desde hace un buen tiempo, cada miércoles por la mañana, un señor de 81 años ha traído alegría y un gran ejemplo del amor cristiano a una vecindad.
Este señor se llama Ken Williams y lleva un buen tiempo regresando los 28 botes de basura de sus vecinos a cada casa después de que el camión de la basura pasa para recoger los desechos.
Ken espera el sonido del camión, camina por la acera con su bastón blanco y va de casa en casa metiendo los botes.
Esto hace que el vecindario se vea bien y ayude a mantener las carreteras despejadas.
La razón por la que el señor Williams utiliza un bastón y espera el sonido del camión de basura, no es solo por su avanzada edad, sino también por su condición, debido a que es casi totalmente ciego.
El señor Williams se sometió a 14 años de quimioterapia y dejó de hacerlo hace cuatro años. Actualmente, vive luchando contra cuatro tipos de cáncer, y en palabras de su oncólogo, Ken es un milagro andante.
Utiliza el bastón para poder trasladarse con equilibrio y utiliza un lente de contacto que le permite ver lo suficiente como para caminar y llevar los botes de basura.
Además, cuando es época de nevadas, camina por las partes que no están húmedas ni congeladas para no caerse.
En caso el señor Williams no pueda recoger los botes de basura, les avisa a sus vecinos.
Los vecinos lo aman, y los niños también. Se han vuelto sus mayores amigos.
Todos los miércoles lo verás con la misma camisa y el mismo sombrero; el mismo atuendo por el cual lo comenzaron a llamar “Óscar”.
Con hermosas palabras de dedicación, el espléndido señor Williams compartió:
“Debemos seguir el ejemplo del Salvador y hacer el bien a las personas. Es lo que trato de hacer. Aquello les hace saber que ellos también tienen la oportunidad de hacer el bien a otras personas.
No es que haya decidido ir y traer los contenedores de basura, simplemente decidí que era una de las pocas cosas que todavía podía hacer. Mientras pueda servir a mis vecinos, seguiré sirviendo”.
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*Imagen de portada por Richard M. Romney