Líderes de misión comparten la impresión que los salvó cuando unos hombres armados los tomaron como rehenes

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Un tres, de una escala del uno al cinco. Blair Packard se asombró al ver que tenía una calificación de nivel tres de dominio de portugués, el idioma oficial de la nación africana de Mozambique.

“Dije: ‘Espere un minuto, espere un minuto… sé decir saludos simples, eso es menos que uno’”, Blair recuerda haber dicho en una entrevista con el entonces élder Dallin H. Oaks.

Anteriormente, Blair y su esposa, Cindy Packard, crearon Care for Life, una organización sin fines de lucro que ayuda a las comunidades de Mozambique. Debido a su organización, Blair y Cindy hicieron algunos viajes al país y aprendieron algunas palabras en portugués, pero definitivamente no las suficientes como para ubicarlos en un nivel tres de dominio del idioma.

“Así que se lo dijimos al élder Oaks y respondió: ‘Bueno, solo lo voy a promediar como tres”, relató Blair.

Así comenzó el llamamiento de Blair y Cindy como líderes de una misión de habla portuguesa en Mozambique. Sin embargo, a pesar de que Blair nunca tomó una clase de idiomas antes y que Cindy tenía un conocimiento limitado de portugués, los Packard se sentían relativamente cómodos sirviendo en el país extranjero.

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Al realizar varios viajes a Mozambique debido a su organización sin fines de lucro, los Packard evitaron el impacto cultural que con frecuencia acompaña el hecho de mudarse a un país extranjero. Y, unos años antes de ser llamados como líderes de misión, los Packard adoptaron a una niña de Mozambique y la oportunidad de pasar del 2006 al 2009 en su país natal.

Sin embargo, un mes antes de que los Packard completaran su misión, sucedió algo inesperado.

El entonces élder Russell M. Nelson y su esposa, Wendy Nelson, estaban de gira para visitar a los misioneros que servían en Mozambique y tenían una conferencia de distrito con la Iglesia.

Mientras cenaba con el élder y la hermana Nelson, Blair vio a tres hombres armados entrar por la puerta lateral.

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“Entraron, vencieron a nuestro guardia y todos tenían armas”, recuerda Blair.

Durante los siguientes 10 a 15 minutos de angustia, los Packard y los Nelson fueron tomados como rehenes y fueron apuntados con una pistola mientras que los hombres armados los amenazaban y les exigían dinero.

Si bien la experiencia fue definitivamente extrema, los Packard y los Nelson contaron con ayuda divina.

“Tuve impresiones muy fuertes”, comparte Cindy. “Cuando entraron por primera vez, escuché: ‘Consigue ayuda. Consigue ayuda.’”

La primera vez que Cindy intentó conseguir ayuda, uno de los hombres armados la atrapó, la golpeó y le rompió un brazo.

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Sin embargo, Cindy relata que a través de toda la experiencia, escuchó una voz que le decía qué debía hacer en cada etapa de la invasión de la casa y, finalmente, pudo escapar y pedir ayuda.

En ese momento, los hombres armados se fueron.

Aunque Cindy tuvo que regresar a los Estados Unidos para someterse a una cirugía en el brazo y Blair la siguió, dirigieron la misión a distancia durante un mes. La pareja dice que al recordar ese episodio de sus vidas, consideran que la aterradora experiencia también fue espiritual.

“El Señor nos guió. El Señor permitió que esto sucediera por una razón y, en el camino, sentimos que fue un punto de inflexión para la Iglesia de muchas maneras”, dice Cindy.

Este artículo fue escrito originalmente por Katie Lambert y fue publicado en ldsliving.com con el título “Mission Leaders Share the Prompting That Saved Them When Armed Men Held Them Hostage.”

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