“Escribe en tu corazón que cada día es el mejor día del año”. – Ralph Waldo Emerson
Claramente, hay días que son mejores que otros, como lo hemos estado experimentando últimamente. Pero, quiero que sepas que aunque el futuro no parezca muy brillante, en Dios siempre habrá esperanza.
Es bueno recordar que cada día es una nueva oportunidad para comenzar. Sí, así estés en medio de desafíos. Cada día vale la pena, y tiene una promesa y una posibilidad.
Haz que cada uno de tus días sea el mejor del año. Aprovecha este tiempo para trabajar en ti o hacer un plan para convertirte en tu mejor versión.
Emerson, el autor de la cita con la que comencé este artículo, le escribió el siguiente mensaje a su hija mientras estaba en la escuela:
“Termina cada día y déjalo ahí. Hiciste todo lo que pudiste; cometiste algunos errores, es verdad. No obstante, olvídalo lo más pronto posible.
Mañana es un nuevo día, comiénzalo bien y con calma. No desperdicies un nuevo día lleno de esperanza por pensar en los sinsabores del ayer”.
La capacidad de vivir plenamente en el presente, mientras esperamos con ansias el futuro, es la esencia de la esperanza. Sí, el pasado nos da sabiduría y perspectiva, pero también puede ser desalentador si permanecemos demasiado tiempo ahí.
El mañana es hermoso porque aún no está escrito, no se ha vivido y está lleno de posibilidades. Es por eso que los amaneceres, un nuevo día y un nuevo año son tan significativos. Nos dan esperanza en los días que están por venir.
Esta temporada es difícil, sí. Pero, ¿qué sucede después de que de repente un hermoso día es opacado por nubes negras, lluvia, truenos y fuertes vientos? El día malo pasa, y vuelve a salir el sol e incluso Dios, nos regala hermosos arcoíris.
Nunca perdamos la esperanza en lo días que aún nos queda por vivir.
Tengamos la actitud de aquellos que han vivido más que nosotros y todavía tienen fuerzas para decir, “Cada día es valioso, ¡es una bendición!”, “Me siento agradecido por tener un día más de vida”.
Independientemente de la etapa de la vida en que nos encontremos, podemos sentirnos agradecidos por las oportunidades que nos trae cada día.
¿Qué es lo que quieres hacer después de que acabe esta temporada de desafíos? ¿En qué tipo de persona te quieres convertir? Quizás quieres leer un poco más, comer un poco mejor, ser un poco más amigable o sentirte un poco más feliz.
Quizás quieras bajar la velocidad y disfrutar un poco más la vida, o tal vez quieres ser un poco más productivo e invertir más tiempo en cosas que tengan un verdadero valor.
Independientemente, de cuáles sean tus deseos, los “mejores días” aún están por venir para ti.
No dejes de soñar, no dejes de trabajar en tus metas, no dejes de planear tu futuro. Encuentra un motivo cada día por el que luchar. Recuerda lo que dijo el presidente Monson:
“El futuro es tan brillante como tu fe”.
¡No dejes que tus pruebas que te quiten las esperanzas en el futuro!
Si estás pasando por esta temporada tan difícil, es por una razón que solo el Señor conoce. Tu trabajo ahora es poder reflexionar al respecto y descubrir las lecciones que nuestro Padre Celestial quiere darte. Confía en Él siempre, Él sabe por qué hace las cosas.
Aprovecha este tiempo para reflexionar, úsalo sabiamente y date cuenta de qué necesitas cambiar.
Fuente: Church News