En un mundo saturado de noticias desalentadoras, es fácil sentirse impotente, enojado o con temor. Los conflictos globales, la división política, la inestabilidad económica y las tragedias que rompen el corazón parecen llenar cada pantalla con solo deslizar un dedo.
Cuando el peso de todo esto comienza a oprimir el corazón, es fundamental recordar de dónde proviene la verdadera paz.
Estas palabras de líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ofrecen aliento y guía para enfrentar el caos con fe, esperanza y una visión más eterna.
1. Cosas maravillosas nos esperan
“Experimentar Su amor es fundamental, ya que parece que una invasión de noticias graves nos asalta a diario.
Es posible que hayan tenido días en los que hayan deseado ponerse el pijama, acurrucarse como un ovillo y pedirle a alguien que los despierte cuando la confusión haya terminado.
Pero, mis queridos hermanos y hermanas, tenemos por delante muchísimas cosas maravillosas. En los días venideros veremos las mayores manifestaciones del poder del Salvador que el mundo jamás haya visto.
Entre ahora y el momento en que regrese ‘con poder y gran gloria’, Él concederá innumerables privilegios, bendiciones y milagros a los fieles”. — Russell M. Nelson
El presidente Russell M. Nelson habló directo al corazón de quienes se sienten desgastados por el estado del mundo. No negó el cansancio, pero ofreció consuelo real: descanso, gozo y experiencias espirituales extraordinarias están por venir. Incluso en medio de la agitación global, podemos mirar al futuro con fe.
2. ¿Qué más puedo recibir?
“Cuando pensamos en lo que significa sentirnos abrumados espiritualmente… en realidad se trata de identificar cuántas cosas necesito dejar de lado para poder sentirme mejor.
Pero también es una oportunidad para colocarnos en una posición que nos permita reflexionar: ‘¿Qué más puedo recibir de nuestro Salvador en este momento en que me siento un poco abrumado?’”. — Tracy Y. Browning
Cuando todo parece demasiado, lo más fácil es aislarse. Sin embargo, la hermana Tracy Y. Browning nos recuerda que el agobio espiritual se vence con abundancia divina. En lugar de replegarnos, podemos acercarnos más a Dios, a las Escrituras y a Su gracia, dejando que el Señor multiplique nuestras fuerzas.
3. Ten buen ánimo
“Aunque las nubes se arremolinen, aunque las lluvias desciendan sobre nosotros, nuestro conocimiento del Evangelio y el amor que tenemos por nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador nos consolarán y nos sostendrán, y darán gozo a nuestro corazón al caminar con rectitud y guardar los mandamientos.
No hay nada en este mundo que pueda derrotarnos.
Mis queridos hermanos y hermanas, no teman. Sean de buen ánimo. El futuro es tan brillante como su fe”.—Thomas S. Monson.
Este mensaje del presidente Thomas S. Monson ha perdurado porque habla directamente a esos momentos en los que el futuro parece sombrío. Reconoció que los tiempos difíciles son reales, pero nos animó a actuar con fe. Al cultivarla, el porvenir se ilumina con promesas divinas en lugar de oscurecerse con desesperanza.
4. Nunca estaremos solos
“La verdad que se pregonó desde la cima del Calvario es que nunca estaremos solos ni sin ayuda, aunque a veces pensemos que lo estamos.
Ciertamente, el Redentor de todos nosotros dijo: ‘No os dejaré huérfanos. [Mi Padre y yo] vendr[emos] a vosotros [y moraremos con vosotros’”. —Jeffrey R. Holland
Cuando las noticias nos hacen sentir olvidados o aislados, el élder Jeffrey R. Holland nos señala el camino hacia la Expiación. Gracias al sacrificio de Cristo, nunca estamos verdaderamente solos: ni en el dolor, ni en el miedo, ni en la incertidumbre. Aunque el cielo parezca distante, la ayuda ya está en camino.
5. El poder del Señor
“Vivir con comodidad no nos brinda poder. El poder que necesitamos para resistir el fragor de la batalla es el poder del Señor y Su poder fluye a través de nuestros convenios con Él.
Apoyarnos en nuestra fe cuando enfrentemos fuertes vientos en contra, esforzarnos sinceramente cada día para hacer lo que prometimos en convenio al Salvador que haríamos, en particular y especialmente cuando estemos cansados, preocupados y luchando con preguntas y problemas inquietantes, equivale a recibir de manera gradual Su luz, Su fortaleza, Su amor, Su Espíritu y Su paz”.—Michelle D. Craig
La hermana Michelle D. Craig enseña que la paz y la fortaleza no nacen de la comodidad o de huir de los problemas, sino de seguir fielmente la senda del convenio incluso cuando la vida pesa. Cumplir nuestras promesas a Dios en medio del cansancio, la duda o la aflicción abre la puerta a Su ayuda. Su paz no siempre elimina las dificultades, pero nos da luz y confianza para seguir adelante.
6. No tenemos por qué temer
“Cobren ánimos, hermanos y hermanas. Sí, vivimos en tiempos peligrosos, pero mientras permanezcamos en la senda de los convenios no debemos temer.
Los bendigo para que, al hacerlo, no se turben por los tiempos en los que vivimos ni por los problemas que se les presenten”.—Ronald A. Rasband
Las palabras del élder Ronald A. Rasband son una bendición para quienes se sienten sacudidos por los acontecimientos actuales. Sin minimizar los desafíos, promete paz a quienes permanecen firmes en sus convenios. Al caminar junto al Señor, encontramos el valor que calma el miedo y la firmeza que resiste cualquier tormenta.
7. Prepararse con un corazón alegre
«Por lo tanto, no ignoramos los desafíos del mundo ni tampoco desconocemos las dificultades de nuestros tiempos, pero eso no significa que debemos permitir constantemente que el temor nos agobie a nosotros mismos o a otras personas.
En vez de centrarnos en la inmensidad de nuestros desafíos, ¿no sería mejor enfocarnos en la grandeza infinita, bondad y poder absoluto de nuestro Dios, confiar en Él y prepararnos con un corazón alegre para el regreso de Jesús el Cristo?«. —Dieter F. Uchtdorf
Este consejo no ve la ausencia de miedo como ignorar la realidad, sino como una decisión consciente de confiar en Dios en lugar de magnificar los problemas. El presidente Dieter F. Uchtdorf nos recuerda que los desafíos pierden fuerza cuando pasamos de enfocarnos en el temor a centrarnos en la fe. Al fijar el corazón en la bondad y el poder de Dios, aprendemos a vivir con confianza, humildad y esperanza, seguros de que Él siempre está con nosotros.
Fuente: LDS Daily
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