El último mensaje de la conferencia general del Presidente Russell M. Nelson Nelson se centró en Doctrina y Convenios 121:45. Es una escritura que muchas veces se ha escuchado, pero al meditar esta conocida frase:
“Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente”.
Es importante recordar la idea de que muchos no entienden esto y al estudiar más con profundidad, se darán cuenta que hay otras maneras de interpretar este versículo.
1. La virtud es mucho más que pureza sexual
Es difícil definir lo que significa virtud, a veces parece un sinónimo de la frase “pureza sexual”, pero en realidad es un conjunto de todas las virtudes (entre honestidad o castidad) reunidas en una sola, es un nombre genérico para la moral.
Por otro lado, la mayoría de los diccionarios definen a la virtud del mismo modo que está en Predicad Mi Evangelio:
“Un modelo de pensamiento y de conducta que se basa en normas morales elevadas”.
El origen de la palabra virtud
Una técnica de estudio que me encanta usar es buscar no solo el significado de una palabra, sino también su etimología. La palabra virtud proviene del latín virtus, que significa fuerza o poder.
Cuando consideré ciertos pasajes de las Escrituras que usan la palabra virtud, esta definición de fuerza o poder tuvo mucho más sentido:
- “… la virtud infinita de Su gran sacrificio expiatorio. (El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles).
- “Jesús dijo: Alguien me ha tocado, porque yo he percibido que ha salido poder de mí.” (Lucas 8:46).
- “… por tanto, Alma consideró prudente que pusieran a prueba la virtud de la palabra de Dios” (Alma 31:5).
A veces, “virtud” significa fuerza o poder, y otras veces un estilo de vida basado en elegir lo correcto. La virtud no significa cosas distintas en distintos momentos. Significa ambas cosas, siempre. La virtud es la fuerza y el poder que provienen de vivir de acuerdo con las normas morales que Dios nos ha dado.
La virtud no es como un conjunto de atributos cristianos. Ahora la veo como el poder que nace de cultivar esos atributos.
En una conferencia de hace tres años, el presidente Russell M. Nelson prometió:
“En los días venideros veremos las mayores manifestaciones del poder del Salvador que el mundo jamás haya visto”.
¿Y si las mayores manifestaciones de Su poder somos nosotros? ¿Y si es lo que estamos llamados a hacer como Santos virtuosos?
2. Lo que realmente significa “engalanar” nuestros pensamientos con virtud
Muchos consideran que esta palabra es linda pero no esencial, en términos generales significa pensar de manera recta constantemente.
“Engalanar”, en realidad, viene del inglés medio garnish, que significaba equipar o armar. Debemos esforzarnos por tener pensamientos justos siempre, el Señor nos está diciendo algo aún más profundo: que nos armemos con el poder espiritual que proviene de pensar y actuar rectamente. Porque la virtud no es solo algo bonito por lo que esforzarnos. Es la armadura de Dios, y es lo que necesitamos para resistir el poder del destructor. A medida que Su poder aumenta, el nuestro también debe aumentar.
El presidente Nelson dijo:
“Hermanos y hermanas, conforme el mundo se vuelve más inicuo, debemos volvernos cada vez más puros. Nuestros pensamientos, palabras y actos deben ser siempre virtuosos y estar llenos del amor puro de Jesucristo para con todos los hombres”.
También nos dio esta advertencia:
“No sabemos el día ni la hora de Su venida. Pero yo sí sé que el Señor me está inspirando a instarnos para que nos preparemos para ese “día […] grande y terrible”.
Así que armémonos con poder espiritual. Adornemos nuestros pensamientos con virtud. Vivamos de modo que “podamos resistir en el día malo” (Efesios 6:13), y que cuando Cristo vuelva, podamos estar en Su presencia con poder, fuerza y confianza.
Fuente: LDS Living
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