Consejo a mí como jóven misionero: No somos el único pueblo de Dios

No somos el único pueblo de Dios

No somos el único pueblo de Dios

El orgullo no parecía ser mi problema. Yo era un misionero de 19 años de edad, en la agonía mental de aprender ruso. Mi mente estaba cansada del estudio de ese idioma, mi cuerpo agotado al caminar por todas partes, mi espíritu se extendía incómodamente en mi nueva vida en la antigua Unión Soviética. Y sin embargo, mirando hacia atrás, ahora veo el domingo de Pascua de 2007, como un momento en el que se revelo el orgullo.

Ese fue el día en que  una mujer de unos 50 y tantos en la ciudad oriental de Ucrania en Makiivka, daba la bienvenida con las palabras: “Queridos hermanos y hermanas, Cristo ha resucitado!” Ella decía esto con seria convicción y alegría, el grupo respondía, casi al unísono, “de hecho, ha resucitado!”

Estos Santos de los Últimos Días de Ucrania estaban intercambiando el saludo pascual, una costumbre Ortodoxa oriental de Semana Santa. Esa noche escribí en mi diario:

“En Pascua, la gente de aquí dicen ‘Иисус Воскрес’ [Jesús ha resucitado] … en saludos, en los testimonios, en conversaciones, en las clases, al decir adiós. Es un poco molesto “.

Ahora me estremezco cuando leo la frase, “un poco molesto,” porque refleja una falta de madurez y el orgullo que nace de una ignorancia muy común para mí y otros misioneros, lo supe cuando pensaba acerca de otras religiones. La mayoría de los misioneros con los que servía tenían el espíritu y el fuego del trabajo misional, pero el fuego misional a veces puede consumir nuestra humildad y cegarnos a la bondad y la riqueza presente en otras religiones.

Cultivando una “santa envidia” a otras creencias

Tal vez esto es una reacción subconsciente para las palabras familiares del registro canonizado de la Primera Visión, Cuando el Salvador dijo a José Smith que no se uniera a ninguna de las otras creencias de su época, ya que “eran una abominación a su vista,” y que esos “maestros eran todos corruptos “(José Smith-Historia 1:19).

Por supuesto que debemos proclamar nuestras verdades distintivas Santos de los Últimos Días. Pero a veces oímos  las palabras o frases,”malo” “abominación” y “corrupto”, y sin pensarlo asignamos esas etiquetas a cada iglesia, predicador, o enseñanza que no sea exclusivamente Mormón. Debemos recordar otras enseñanzas de la vida de José, incluyendo estas palabras que escribió en 1842:

“Cuando observamos en el hombre cualidades virtuosas, debemos reconocerlas siempre, sea cual sea la comprensión del que las posea con respecto a credos y doctrina; pues todos los hombres, poseyendo derechos inalienables y las altas y nobles calificaciones de las leyes de la naturaleza y de la preservación de sí mismos son, o deberían ser libres de pensar, actuar y decir lo que quieran…Esa es una doctrina a la cual me aferro de todo corazón y la practico”  ( Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith [2007], 345–46)

de hecho,

Pertenecer a la “única iglesia verdadera y viviente” no significa que seamos las únicas personas haciendo el bien o que somos el único grupo bendecido con entendimiento espiritual de Dios.

Los esfuerzos interreligiosos y humanitarios de nuestra iglesia demuestran que no podemos hacer la obra de Dios solos, después de todo, somos una iglesia de tan sólo 15 millones en un mundo de 7 mil millones de personas.

Las experiencias de mi vida han dirigido la mirada hacia fuera para aprender de los líderes y seguidores de otras religiones. He llegado a apreciar lo que el teólogo sueco Krister Stendhal (1921-2008) llamo la “santa envidia”, la capacidad de admirar elementos y enseñanzas de otros credos. Nuestros hermanos en la fe ven las cosas de manera diferente y no expresan sus puntos de vista de la misma manera que lo hacemos nosotros, a menudo encuentro un gran valor en esto. Aquí hay tres ideas favoritas de autores notables de otras religiones.

El cristiano que me hace ser un mejor cristiano pensante.

Escucho los podcasts del autor y apologista cristiano Ravi Zacharias. En un episodio, cuenta la historia del hombre que le pregunta a Jesús si es apropiado pagar impuestos. La conocida frase viene de Jesús: “Dad al César lo que es del César; y a Dios lo que es de Dios “(Mateo 22:21).

Ravi luego añade este comentario perceptivo:

“La falta de sinceridad del que pregunta se nota al no hacer una segunda pregunta. Él debió haber dicho: “¿Qué pertenece a Dios?” y Jesús habría dicho: “¿De quién es la imagen en tu vida?” Dad al César lo que es del César; dad a Dios lo que es de Dios. La imagen de Dios está en ti “. Al escuchar esta y muchas otras horas de sus sermones, he desarrollado una profunda admiración por firmes convicciones cristianas gracias a Ravi. En pocas palabras, me inspira a ser mejor cristiano pensante.

Un cristiano ortodoxo explica el por qué de la observancia del día de reposo.

A principios de este año, cristianos ortodoxos y el autor Rod Dreher de The American Conservative escribió esto sobre la importancia del día de reposo:

“Si ya no seguimos yendo a la iglesia como el centro de la observancia del día de reposo, inevitablemente negaremos que hay algo de sagrado en ese día. O, para ser precisos, afirmaremos, queramos o no, que nosotros, no el Dios de la Biblia, somos los soberanos de nuestras propias vidas, y tenemos el derecho de escoger y elegir lo que significa ser fiel. La adoración del día de reposo es absolutamente esencial para el cristianismo.”Ya sea que quieras o no, este hábito, o la falta de dicho hábito borrará la memoria del cristianismo de ti mismo y tu familia. Este es el riesgo que corres al hacer opcional el ir a la iglesia”. No sólo la visión de Rod me da una mayor apreciación de la Primera Presidencia y el Quórum los Doce Apóstoles sobre el día de reposo, sino que también hace que quiera ser siempre mejor en hacer del domingo un día especial.

Un rabino explica la naturaleza expansiva del amor divino.

A menudo, mi mente regresa al paso del rabino Jonathan Sacks. Es su sermón sucinta acerca de la naturaleza infinita del amor divino:

“Cada uno de nosotros somos bendecidos por Dios, cada uno es precioso ante sus ojos, cada uno con nuestro papel en la historia, cada uno con nuestra propia canción en la música de la humanidad. Ser un hijo de Abraham es aprender a respetar a los otros hijos de Abraham aun cuando su forma no sea la nuestra. Sabemos que somos amados. Eso debe ser suficiente. Insistir que ser amado conlleva a que otros no sean amados es no comprender el amor mismo “.

Quizás su mensaje sigue resonando en mí porque paso mucha parte de mi vida en la inseguridad del favor que Dios muestra a los demás, Así esto me ciega a la naturaleza eternamente expansiva de su amor y de la realidad que hay de él para mí y para todo el mundo.

Estas tres ideas me recuerdan el relato del Nuevo Testamento de Juan diciendo que al Maestro, “hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no anda con nosotros. “(Lucas 9: 49-50).

No, no son miembros de nuestra Iglesia, pero eso está bien. En palabras de Elder Orson F. Whitney: “Dios está usando más de un pueblo para la realización de su obra grande y maravillosa. Los Santos de los Últimos Días no pueden hacerlo todo. Es demasiado grande, demasiado arduo, para un solo pueblo “(en Conference Report, abril de 1928, 59).

Artículo escrito originalmente en inglés por Samuel B. Hislop para LDS.org  y traducido por mormonsud.org 

 

 

 

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