¿Alguna vez has sentido que nunca eres lo suficientemente bueno, incluso cuando haces todo lo posible? Esta es una lucha común para muchos creyentes sinceros, especialmente entre los Santos de los Últimos Días que toman en serio el llamado del Salvador: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).

Pero ¿qué quiso decir realmente el Señor con eso? 

En un reciente episodio del podcast de Y Magazine, Whitney Singley Archibald conversa con el profesor Michael Goodman, quien está liderando un estudio a largo plazo sobre el perfeccionismo y la religión. A través de esta conversación, aprendemos a distinguir entre el deseo de mejorar, algo bueno y edificante, y el perfeccionismo tóxico, que puede llenar nuestros corazones de ansiedad, culpa y autoexigencia sin paz.

hombre mirando un atardecer de pie
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¿Qué es el perfeccionismo tóxico?

El perfeccionismo tóxico es esa voz que te dice que nunca eres suficiente, que todo lo que haces está mal, o que Dios te ama solo si haces todo perfecto. Es muy diferente al perfeccionismo saludable que nos inspira a crecer. En palabras del hermano Goodman, muchas veces, este tipo de perfeccionismo nace no del Evangelio, sino de una mala interpretación de lo que Dios espera de nosotros.

Y aquí es donde entra un mensaje de esperanza.

“La perfección está en proceso” – Presidente Russell M. Nelson

En su inolvidable discurso “Perfección en proceso”, el entonces élder Russell M. Nelson nos recuerda que la perfección que el Señor espera no es inmediata. Él enseñó:

“Mi corazón está con los santos conscientes que, debido a sus debilidades, permiten que sentimientos de depresión les roben la felicidad en la vida… ¡los hombres son para que tengan gozo, no viajes de culpa!” – Russell M. Nelson

La clave está en entender que hay dos tipos de perfección:

La perfección mortal, que se refiere a esfuerzos específicos en esta vida como ser puntuales, pagar el diezmo o mantener la Palabra de Sabiduría.

La perfección eterna, que es el destino glorioso que solo alcanzamos después de la resurrección, gracias a la gracia del Salvador.

La palabra “perfecto” en el Nuevo Testamento viene del griego teleios, que significa “completo” o “maduro”. No se refiere a “libre de errores”, sino a alcanzar una meta divina con el tiempo. Incluso el Salvador, quien fue sin pecado, declaró que sería “perfeccionado” después de su resurrección (ver Lucas 13:32).

esperanza
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¿Qué podemos hacer entonces?

Moroni nos dejó un mensaje claro y lleno de esperanza:

“Venid a Cristo, y perfeccionaos en él… ama a Dios con todo tu poder, mente y fuerza… para que seáis perfectos en Cristo”Moroni 10:32

La perfección no es una carga, es una promesa eterna. Como enseñó el presidente Nelson:

“Podemos ser más comprensivos con nuestras propias imperfecciones y con las de quienes amamos… No debemos desanimarnos si nuestros esfuerzos sinceros hacia la perfección ahora parecen arduos y sin fin. La perfección está en proceso. Solo puede venir después de la resurrección, y solo a través del Señor”.

Jesucristo nos trae esperanza y sanación
Jesucristo nos trae esperanza y sanación

¿Te interesa este tema?

También te invitamos a leer estos discursos inspiradores que pueden ayudarte a ver el perfeccionismo con otros ojos:

¿Y, tú? ¿Has sentido que el perfeccionismo ha afectado tu fe o tu bienestar emocional? ¿Qué enseñanzas del Evangelio te han traído paz en medio de tus luchas? ¡Déjanos tu testimonio o experiencia en los comentarios!

Fuente: Magazine Podcast

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