Siempre extrañé a mi país, raíces y mi cultura. En el año 1999 conocí a mi esposo Chris en Utah y nos sellamos en el Templo de Salt Lake, mi esposo sirvió una misión de tiempo completo en Montevideo, Uruguay. Tenemos 4 hijos y nuestro hijo mayor es Jared.
Siempre quisimos que nuestros hijos sirvieran una misión de habla hispana. También hemos tratado de enseñarles el amor a sus raíces y acerca de mi cultura peruana y de mis antepasados haciendo historia familiar y llevando los nombres esos nombres al templo para hacer la obra vicaria.
Tuve la oportunidad de trabajar en el templo de Salt Lake por un año antes que lo cerrara. Fue una experiencia maravillosa. Serví en el bautisterio los sábados. Mi hijo Jared y su hermano Isaac venían seguido a visitarme al templo llevando nombres y siempre sentí que este acto de amor y servicio para nuestros antepasados ayudaría a mis hijos para servir una misión.
Jared cumplió 18 años en este marzo y nos dio la excelente noticia que tenía el deseo de servir una misión, él puso sus papeles y un martes de abril recibió su llamamiento. Nunca le dije a él que quería que sirviera una misión en el país donde yo nací, donde salí hace 23 años porque pensaba que esto nunca pasaría. Pero si era mi deseo más grande y lo sentía en mi corazón y en mi mente.
Nos reunimos con toda nuestra familia y amigos para que Jared abriera su llamamiento. Mientras él leía sentí mucha gratitud y un un gran gozo por ver a mi hijo crecer y tener el deseo de servir al Señor. Cuando él dijo que fue llamado a servir en Arequipa, Perú, me embargó un sentimiento del amor puro de mi Padre Celestial. No hay duda que Dios está en cada detalle de nuestras vidas y prepara a sus siervos para servirle.
Ahora Jared estará sirviendo al Señor con su propia gente (lamanitas). Sé que hay un gran propósito muy especial. Tiene mucha fe de servir en tiempos de pandemia. El Señor lo ha preparado desde hace mucho más atrás.
Jared me dice que en primera instancia, él ha sido llamado a servir al Señor y después a un lugar con un propósito. Estamos muy felices por este llamamiento porque sé que es una muestra muy grande del amor de nuestro amado Padre Celestial.
Esta historia es de Elizabeth Wright, a quien agradezco por tener el amor y la emoción de compartirla. Deseamos los mejores éxitos para Jared y el resto de su familia.