Hoy se cumple el 180 aniversario de la organización de la Sociedad de Socorro, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y también una de las organizaciones de servicio a las mujeres más antiguas y grandes del mundo.
180 años de aliviar el sufrimiento y salvar almas
Cuando se organizó la Sociedad de Socorro el 17 de marzo de 1842, las 20 mujeres reunidas arriba en la Red Brick Store tenían dos misiones: aliviar el sufrimiento y salvar almas.
“Es exactamente el mismo propósito que tiene hoy la Sociedad de Socorro”, dijo la presidenta de la Sociedad de Socorro, Jean B. Bingham dijo durante una visita a Nauvoo, Illinois, en septiembre de 2021. Y las mujeres de hoy se ayudan mutuamente de muchas de las mismas maneras.
“Nos ministramos unos a otras como lo hicieron en los primeros días. Salieron y se encontraron y ayudaron a descubrir cuáles eran sus necesidades y trataron de satisfacer esas cosas”, dijo. También se reunieron para aprender sobre el evangelio, como lo hacen las mujeres ahora, que es salvar almas.
El poder de la Sociedad de Socorro
“Desearía que cada persona entendiera el poder de la Sociedad de Socorro. Cuando trabajamos juntos, tenemos el potencial y el poder de hacer cambios realmente en el mundo, incluso de corazón a corazón, cuando nos ayudamos mutuamente”, dijo la presidenta Bingham a Church News.
“Mientras visito a mujeres de todo el mundo, descubro que son hermanas, tienen los mismos objetivos, tienen la misma comprensión de su relación con el Padre Celestial…He visto a mujeres de todo el mundo hacer cosas increíbles unas por otras”.
La presidenta Bingham ha visto a mujeres en Sierra Leona ayudándose mutuamente a leer. En la República Checa, fue con una hermana a ministrar a una madre con hijos pequeños y vio el apoyo y el amor que recibía la madre. En Filipinas, vio cómo las mujeres se ayudan mutuamente a detectar signos de desnutrición en sus hijos.
“En Gales, participé en una reunión multiconfesional de mujeres donde compartieron sus historias de fe y cómo simplemente extendieron la mano una alrededor de la otra, sin importar cuáles fueran sus creencias. Eso fue poderoso”.
En Chile, vio cómo las mujeres se ayudaban mutuamente a llegar al templo. “No importa dónde vivamos, no importa cuál sea nuestra etapa de vida, no importa cuál sea nuestra situación socioeconómica, podemos hacer contribuciones a la Iglesia y el Señor nos apoyará en ellas y seremos bendecidas y estaremos bendiciendo la vida de los demás”, explica la presidenta Bingham.
Lo hermoso de ser diferentes y estar unidas
La líder general de la Sociedad de Socorro también explicó: “Todo el mundo pertenece y todos somos diferentes. Cada uno de nosotros tiene paquetes únicos de talentos que el Señor nos ha dado y cada uno de nosotros tiene oportunidades de contribuir. No hay una sola mujer que no sea necesaria. Necesitamos a todos y cada una”.
“Necesitamos el entusiasmo, la energía y el impulso de las jóvenes… También necesitamos la sabiduría y la experiencia de las mujeres mayores. Y cuando nos miramos y decimos: ¿Qué puedo compartir? ¿Cómo puedo ser una fortaleza para los demás?» Entonces sentimos que pertenecemos”.
Fuente: The Church News