4 principios espirituales que debes conocer antes de involucrarte en la política

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es neutral en cuanto a la política y no apoya a ningún partido político. Sin embargo, la Iglesia alienta y recomienda que sus miembros participen ampliamente en el debate político.

Así que, a continuación, enumeraremos cuatro principios que son respaldados por las Escrituras y los profetas sobre este tema:

1. El Señor desea que nos involucremos en temas políticos 

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Si no fuera así, Él habría orado para que dejáramos el mundo, en cambio Él oró al Padre la noche anterior a Su Crucifixión:

 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo… Como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo”. (Juan 17:15–16, 18)

El élder Dallin H. Oaks dijo:

“Debemos vivir en el mundo, pero no ser del mundo. Debemos vivir en el mundo porque, como Jesús enseñó en una parábola, Su reino es ‘semejante a la levadura’, cuya función es leudar toda la masa con su influencia (véase Lucas 13:21; Mateo 13:33; véase también 1 Corintios 5:6–8). Sus seguidores no pueden hacer eso si se relacionan sólo con personas que compartan sus creencias y prácticas”. (“Amar a los demás y vivir con las diferencias”, Liahona, noviembre de 2014).

presidente oaks

Créditos: Kristin Murphy, Deseret News

El élder Wilford W. Andersen, de los Setenta, enseñó:

“Aunque la Iglesia, como institución, ha afirmado repetidamente su neutralidad política, se insta a los Santos de los Últimos Días a participar en el proceso político y a hacer oír su voz en el debate público. El ser buenos ciudadanos dondequiera que vivamos es parte de nuestra religión”. (“Religión y gobierno”, Liahona 2015)

2. Debemos aprender lo más que podamos sobre los problemas de nuestro tiempo 

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Ciertamente, esos problemas implican cuestiones políticas. Necesitamos estudiar, leer y escuchar opiniones variadas sobre temas políticos.

En Doctrina y Convenios, encontramos una explicación de la “creencia [de los Santos de los Últimos Días] en cuanto a los gobiernos de la tierra y las leyes en general” (DyC 134, encabezamiento de la sección).

La sección incluye las siguientes declaraciones que muestran lo que debemos saber sobre la política:

“Creemos que Dios instituyó los gobiernos para el beneficio del hombre, y que él hace a los hombres responsables de sus hechos con relación a dichos gobiernos, tanto en la formulación de leyes como en la administración de estas, para el bien y la protección de la sociedad (…) 

Creemos que todos los hombres están obligados a sostener y apoyar a los gobiernos respectivos de los países donde residan, en tanto que las leyes de dichos gobiernos los protejan en sus derechos inherentes e inalienables; que no convienen la sedición ni la rebelión a ningún ciudadano así protegido, y deben ser castigadas como corresponde; y que todo gobierno tiene el derecho de establecer leyes que a su propio juicio estime que son las que mejor garanticen los intereses públicos; al mismo tiempo, sin embargo, conservando sagrada la libertad de conciencia.

Creemos que todo hombre debe ser respetado en su posición, los gobernantes y los magistrados como tales, ya que son colocados para proteger a los inocentes y castigar a los culpables; (…) pero creemos que todo hombre queda justificado si se defiende a sí mismo, a sus amigos y propiedad, y al gobierno, de los ataques y abusos ilícitos cometidos por persona alguna en tiempos de emergencia, cuando es imposible apelar inmediatamente a la ley y obtener amparo”. (DyC 134:1, 5–6, 11)

3. Es importante respetar a nuestros oponentes, pero sin renunciar a nuestros valores 

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El Señor Jesucristo, durante el Sermón del Monte, enseñó la Ley Mayor y dijo:

“Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. (Mateo 5:44) 

Incluso si las personas piensan de forma diferente e incluso se vuelven acérrimos opositores de nuestra visión y valores, debemos respetarlos.

El élder Dallin H. Oaks dijo:

“Aun al procurar ser humildes y evitar la contención, no debemos abandonar ni debilitar nuestro compromiso con las verdades que comprendemos. No debemos ceder en nuestra postura ni en nuestros valores.

El evangelio de Jesucristo y los convenios que hemos hecho inevitablemente nos colocan como combatientes en la eterna batalla entre la verdad y el error.

En esa batalla no hay un punto medio.

Sobre el tema del diálogo público, todos debemos seguir las enseñanzas del Evangelio de amar a nuestro prójimo y evitar la contención.

presidente oaks

Fuente: Newsroom

Los seguidores de Cristo deben ser ejemplos de civismo. Debemos amar a todas las personas, ser buenos oyentes, y demostrar interés por sus creencias sinceras. Aunque podamos estar en desacuerdo, no es apropiado ser desagradables.

Nuestra postura y comunicaciones relacionadas con temas polémicos, no deben ser contenciosas.

Debemos ser prudentes al explicar y poner en práctica nuestras posturas y al ejercer nuestra influencia.

Al hacerlo, pedimos que los demás no se sientan ofendidos por nuestras sinceras creencias religiosas y el libre ejercicio de nuestra religión.

Exhortamos a todos para que pongamos en práctica la regla de oro del Salvador: ‘…las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos’ (Mateo 7:12)”. (“Amar a los demás y vivir con las diferencias”, Liahona, noviembre 2014)

4. Oración y acción ferviente 

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A veces, todo lo que podemos hacer es orar. Sin embargo, con frecuencia, podemos hacer más que orar al cielo para bendecir a nuestra nación, trabajar para que esto suceda.

La acción que sigue a la oración ferviente es la que cambia la vida y cambia un país.

Algunos sienten el deseo de manifestarse pacíficamente en las calles. Otros hacen comentarios en las redes sociales.

Todos nos sentimos agradecidos por el derecho de sufragio del que disfrutamos: poder votar y que voten por nosotros.

Debemos orar por nuestra comunidad y líderes políticos, debemos apoyar las buenas obras.

Debemos buscar medios legales para revertir las injusticias y los abusos. Ya sea que nuestra acción sea más moderada o más enérgica, debemos comprometernos a seguir a Cristo y actuar como él lo haría.

En resumen, debemos “ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar” (Mosíah 18:9).

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Lucas Guerreiro y fue publicado en Mais Fe con el título “4 Princípios espirituais para conhecer antes de se envolver em questões políticas”.

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