Élder Uchtdorf: No es fácil superar una adicción, pero el Señor les dará el poder para librarse

jesus y una persona

¡Cambiar puede ser muy difícil! A todos se nos ha dado un conjunto de circunstancias al nacer y que pueden definirnos a lo largo de nuestras vidas. 

Si atravesamos por situaciones tóxicas, este conjunto de circunstancias puede encadenar a la mayoría de personas a ciertas adicciones porque no saben cómo liberarse de ellas. 

A pesar de aquel peligro, hay personas admirables que han podido alejarse de las adicciones tremendamente difíciles que enfrentan en la vida y han cambiado su futuro junto con el de sus familias

Los beneficios de superar la adicción

 

Reinee Pasarow tuvo una experiencia impresionante que realmente me impactó cuando la escuché hablar. Ella compartió:

“Me di cuenta de que las personas que eran más importantes con frecuencia eran las personas que podríamos considerar como las menos importantes en este mundo. Aprendí a ver a las personas de una manera muy diferente, bajo una nueva perspectiva. 

Para dar un ejemplo: piensa en alguien que ha luchado mucho para superar una adicción. Es posible que una persona así no sea vista con buenos ojos en este mundo físico, sin embargo, la tremenda lucha, la fuerza y ​​el valor que se necesitaron para superar el poderoso dominio de la adicción se consideran bastante admirables en la vida venidera.

En la tierra, a menudo juzgamos negativamente a las personas por los desafíos que enfrentan, más que por el carácter, la fortaleza y el valor que desarrollan al enfrentar y superar esas inmensas pruebas”.

El proceso de deshacerse de los grilletes de la adicción puede ser doloroso, pero una vez que ocurre, hallamos luz, la cual se puede utilizar para obtener fuerza para ayudar a otros en su camino fuera de la oscuridad.

Una experiencia reveladora

Una querida amiga me contó una experiencia maravillosa que la ayudó a ver el significado de su vida extremadamente traumática.

Su infancia había sido muy dolorosa y difícil debido al alcoholismo y el abuso. Como resultado de estas experiencias, desarrolló adicciones y conductas dañinas.

Cuando tenía 40 años, hizo el esfuerzo colosal de cambiar, pero para ellos sintió que necesitaba conocimientos y ayuda adicionales, y pidió una bendición a un miembro de su Presidencia de estaca. Sus palabras le dieron mucho para reflexionar. Ella me dijo:

“Cuando puso sus manos sobre mi cabeza, dijo que en la vida preterrenal yo había estado con mis amigos y mi seres queridos. Cuando se habló de las asignaciones difíciles, escuché lo que mis amigos y  seres queridos tendrían que pasar en esta vida.

Por mi amor y compasión por ellos; no quise que pasaran por aquellas cosas tan difíciles y me ofrecí como voluntaria para aceptarlas para que así no tuvieran que sufrir el dolor y la agonía de esas experiencias de vida.

Me ofrecí a llevar esas cargas para que mi familia nos las pasara y romper las cadenas para limpiar y purificar mi linaje familiar”.

Ella volvió a ver a este hombre inspirado 20 años después, justo después de regresar a casa de servir como presidente de misión. Él todavía recordaba la bendición que le dio aun después de tantos años. Mi amiga continuó:

“Cuando me reuní con este hombre 20 años después, me recordó la bendición que me había dado. Él me dijo que había dado miles de bendiciones desde aquel momento, pero que nunca había olvidado la mía.

Lo recordaba con gran claridad y dijo que nunca antes había entendido que las personas podían ser “salvadoras” de otros asumiendo sus pruebas para que no tuvieran que sufrir y pasar por ellas en la tierra”.

Esta bendición le dio esperanza a mi amiga. Desde entonces, ha trabajado con muchas otras personas en adicción y recuperación y las ha ayudado a romper las cadenas de la oscuridad. Ella puede ver la bendición cumplida.

Una luz para las generaciones

Como observó el élder Richard G. Scott:

“Puede resultar muy difícil cambiar una costumbre arraigada… La fe persistente en el Salvador y la obediencia te ayudarán a superar esos pesares y a recibir más grandes bendiciones. 

Las Escrituras ilustran la forma en que con convicción y con fe se pueden abandonar las tradiciones que estén en conflicto con el plan de Dios, lo cual acarrea bendiciones a individuos e incluso a generaciones enteras”.

Cuando las personas dejan sus lugares de oscuridad, se conviertan en seres de luz, por medio de la expiación de Cristo, pueden elevar y “salvar” a otros llevándolos a la recuperación y la sanación.

Espíritus valientes

El Dr. Carlfred Broderick, ex presidente de la Asociación de Consejeros y Psicoterapeutas Mormones brindó más información sobre este tema:

“Dios interviene activamente en ciertos linajes con carácteres destructivos, asignando un espíritu valiente para romper la cadena de destrucción en tales familias…

Aunque estos niños inocentes pueden sufrir al ser víctimas de violencia, negligencia y explotación, por la gracia de Dios algunos de estos niños encuentran la fuerza para “metabolizar” el veneno dentro de sí mismos, negándose a transmitirlo a las generaciones futuras.

Ante estas personas hubo generaciones de dolor destructivo; sin embargo, después de ellos su linaje será claro y puro… Sus hijos y los hijos de sus hijos los llamarán bienaventurados. 

Aquellas personas, al sufrir inocentemente para que otros no sufran, en cierto grado, se convierten en “salvadores en el monte Sión” al ayudar a llevar la salvación a un linaje.

El alcohólico en el que nunca me convertí

Soy el producto de familiares que por generaciones decidieron dejar hábitos terribles y unirse a la Iglesia. Un día tuve una experiencia en la que “vi” a la persona en quien me hubiera convertido sin la bendición del Evangelio.

Me di cuenta de que si no hubiera sido miembro de la Iglesia, habría elegido un camino muy diferente.

Hubiera sido un alcohólico y mi vida hubiera sido un desastre, pero debido a que me apegué a la Palabra de Sabiduría y nunca tomé una gota de alcohol, las “cadenas” no pudieron atarme.

Mis antepasados ​​fueron mis “salvadores” y tuve la bendición de perpetuar lo que me enseñaron.

Todos podemos ser “salvadores”

¿Cómo podemos ser “salvadores”? Todos sabemos que la obra del templo nos permite ayudar a las personas del “otro lado” a cambiar. Es una obra magnífica, pero no es la única. 

Cuando vivimos el Evangelio y ayudamos a otros a que lo vivan, estamos rompiendo la cadena potencial de adicción, abuso y oscuridad del alma antes de que se forme, y podemos convertirnos en “salvadores” de ESTE lado del velo.

Si te encuentras con alguien que está luchando con alguna adicción, autoestima o cualquier otra dificultad, míralo a los ojos y a su alma. Recuerda que aquella persona puede ser uno de los espíritus más buenos de Dios. 

Pregúntale al Señor cómo podrías ayudarlos. Podrías sugerirles que asistan al Programa de Recuperación de Adicciones de la Iglesia. Podrías ser que tu apoyo los ayuden a liberarse de las cadenas que los atan, permitiéndoles transformar completamente sus vidas y luego ser un Salvador para los demás.

Ayuda divina

ángeles

Boyd K. Packer compartió:

“Si se encuentran atados a una adicción o a un hábito indigno, deben dejar el comportamiento perjudicial. Los ángeles los entrenarán y los líderes del sacerdocio los guiarán durante esos tiempos difíciles”.

Dios envía ángeles del cielo y ángeles de la tierra para ayudarnos a romper las cadenas de la adicción y el sufrimiento.

Una ayuda constante

¿Eres el miembro de tu línea familiar que está rompiendo las cadenas del dolor y el sufrimiento? ¿O eres tú, como yo, alguien que se ha beneficiado de las cadenas que rompieron tus antepasados? 

De cualquier manera, hay muchos que necesitan nuestra ayuda. Necesitamos reconocer la grandeza de sus almas y brindarles apoyo a medida que recorren el arduo camino de la oscuridad a la luz.

Subamos primero al monte de Sión con la ayuda de la expiación de Cristo, y luego levantemos a tantos como podamos. Tenemos el poder, por medio de Jesús, para “salvar” y “ser salvos”.

“Recuerden siempre que, con la ayuda del Salvador, pueden librarse de las adicciones. Tal vez sea un camino largo y difícil, pero el Señor no los abandonará. Él los ama. Jesucristo sufrió la Expiación para ayudarlos a cambiar, para librarlos de la cautividad del pecado.

Lo más importante es seguir intentándolo. A veces, las personas tienen que hacer varios intentos antes de superar la adicción; así que no se den por vencidos. No pierdan la fe. Mantengan su corazón cerca del Señor y Él les dará el poder para librarse. Él los hará libres”. -Dieter F. Uchtdorf

Fuente: Meridian Magazine

Comentarios
Gracias, han cido de gran bendición, todos los temas.
Dolores Loya

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