Contamos historias de Cristo, mostramos imágenes de Él en la Escuela Dominical y oramos en Su nombre, pero ¿sabemos realmente cómo es Él?
Esta es una pregunta que quizá alguna vez te has hecho y no eres el único.
@masfe.org No, Jesús no era blanco y rubio como muchos nos lo pintan. Pero debemos de recordar que las pinturas e imágenes que tenemos son representaciones artísticas de Él y, por lo mismo, no necesitan ser representaciones exactas de la realidad. Sea como sea, saber de qué color eran los ojos de Jesús no nos llevará a la salvación y nos hará mejores cristianos. Fortalecer nuestro testimonio en el mensaje del Salvador es lo único que a Él le importa y es lo único en lo que debemos de preocuparnos ❤️ #jesus #elrostrodejesus #jesusnoerarubio #biblia #isaias #colordejesus #cristianos #sabiasque #eramentira #laverdad #fe #testimonio #iglesia #cristianostiktok #telocuento
Cada uno de nosotros tiene una imagen mental de cómo creemos que es el Salvador. Si tuviéramos que pintar cuadros con Su apariencia física, lo cierto es que todos serían diferentes.
Realmente no sabemos cómo es Jesús, pero podemos llegar a conocer Su amor perfecto por nosotros y acercarnos más a Él.
Académicos, antropólogos y artistas han tratado de determinar cómo era Cristo, y esto es lo que sabemos y lo que no sabemos.
El Cristo terrenal
Artistas de todo el mundo han creado miles de obras de arte que representan a Cristo, pero la imagen que más prevalece es la de un hombre alto de raza caucásica con cabello castaño largo, barba y túnicas.
Si bien esta versión de Cristo es más reconocida, los arqueólogos han sugerido que estas representaciones de nuestro Salvador probablemente estén lejos de la realidad.
Los académicos y arqueólogos forenses han utilizado evidencia bíblica, arqueológica e histórica para determinar la apariencia física de Cristo cuando estuvo sobre la Tierra.
Han llegado a la conclusión de que probablemente tenía la estatura y la tez de un semita, es decir, que medía alrededor de un metro y medio de alto y, tenía la piel bronceada y cabello oscuro.
También especulan, basándose en prácticas religiosas y de higiene tradicionales de la época, que probablemente tenía barba y cabello corto.
Con esta nueva imagen en mente, es interesante observar la descripción física del Salvador que Isaías registró:
“Porque subirá cual renuevo delante de él y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él ni hermosura; y cuando le veamos, no habrá en él atractivo para que le deseemos”. -Isaías 53:2
Aparentemente, el más poderoso de los seres también tenía la más humilde de las apariencias. De hecho, según los académicos, es posible que Cristo en realidad se viera muy ordinario y similar a Sus discípulos, como se evidencia en el libro de Mateo.
En Mateo 26:47–48 se registra:
“Mientras todavía hablaba, he aquí llegó Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle”.
Debido a que Judas tuvo que señalar a Jesús entre la multitud, algunos han interpretado que esto significa que Cristo no tenía características que lo distinguieran de los otros hombres que lo rodeaban.
El Cristo resucitado
Si bien es posible que nunca sepamos cómo se veía Cristo durante Su vida terrenal, tenemos evidencia de las Escrituras y de los profetas modernos de cómo se ve Él como un ser celestial.
Entre los Santos de los Últimos Días, la persona más conocida que ha visto al Cristo resucitado es José Smith, durante la Primera Visión.
Aunque José Smith se mostró reacio a divulgar muchos de los detalles de su visión sagrada, él compartió lo siguiente:
“Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción”. –José Smith—Historia 1:17
Una revelación posterior dada el 2 de abril de 1843 aclara lo que José pudo haber querido decir con “personajes”:
“Cuando se manifieste el Salvador, lo veremos como es. Veremos que es un varón como nosotros… El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre”. –Doctrina y Convenios 130:1, 22
Estos relatos exponen dos detalles importantes:
1. Dios el Padre y Jesucristo tienen cuerpos físicos, cuerpos que se reconocen como el de un ser humano.
2. Aunque tienen cuerpos humanos, sus cuerpos tienen diferentes propiedades físicas: fulgor y gloria, más allá de cualquier cosa que podamos describir o imaginar.
Aunque podemos reconocerlos, no podemos describirlos.
También hay otros que han visto a Cristo y han intentado describir Su gloria. En su libro de escrituras, Ezequiel registró:
“En lo más alto, sobre la figura del trono, había algo a semejanza de un hombre sentado sobre él.
Y vi algo que tenía la apariencia de ámbar, como la apariencia del fuego dentro de ella alrededor, desde el aspecto de sus lomos hacia arriba; y desde sus lomos hacia abajo, vi que parecía como fuego y que tenía un resplandor alrededor.
Como el aspecto del arco iris que está en las nubes en día de lluvia, así era el aspecto del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová”. –Ezequiel 1:26–28
El presidente Lorenzo Snow también escribió sobre este intenso fulgor.
Un día, mientras caminaba por el Templo de Salt Lake con su nieta, el presidente Snow le dijo que había visto al Señor en el templo. Su nieta registró:
“El abuelo me dijo cuán glorioso personaje es el Salvador y describió Sus manos, Sus pies, Su semblante y Su hermosa túnica blanca, todo lo cual era de una gloria de blancura y fulgor tales que apenas podía mirar al Señor”. -Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Lorenzo Snow
Quizás la descripción más detallada que tenemos del Salvador resucitado se encuentra en Doctrina y Convenios 110:2.
Mientras estaban en el Templo de Kirtland, el Señor se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery. Ellos describieron lo siguiente:
“Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas.”
La divinidad de Cristo
Estas son solo algunas descripciones del Salvador por parte de aquellos que han estado en su presencia.
De los muchos relatos a lo largo de las Escrituras y la revelación moderna, la mayoría no se enfoca en la aparición de Cristo sino en Su mensaje.
Y lo que la mayoría de los testigos tenían en común es que cuando reconocieron a su Salvador, conocieron Su divinidad.
El presidente Harold B. Lee expresó una vez:
“Siempre ha sido significativo para mí que, a pesar de la grandeza del Gran Maestro, Jesús el Cristo, reconocido ahora incluso por aquellos que no creían en Su misión como el Hijo literal de Dios, no nos ha quedado ningún modelo trazado o descripciones precisas del Salvador…
Me ha parecido claramente evidente que fue así porque no se deseaba que Jesús fuera adorado como un ídolo de piedra o de bronce, sino que las profundas enseñanzas que nos ha dejado fueran el centro y núcleo de aquello que debería convencer a cualquiera de la divinidad de Su misión”.– “Plain and Precious Things”, Liahona, agosto de 1972
Si Jesucristo era alto o bajo, tenía ojos azules o marrones, no tiene un significado eterno.
Llegamos a conocerlo no mediante imágenes sino a través de enseñanzas, a través de nuestra relación personal con nuestro Salvador.
Fuente: LdsLiving