El ser parte de cualquier comunidad significa que cierto lenguaje se adapta y que en algunos lugares hasta se construye un lenguaje único. Para aquellos que han estado en una Iglesia mormona, saben que a veces estas palabras realmente pueden parecer un lenguaje completamente diferente. Estas etiquetas y apodos en la Iglesia pueden parecer inofensivos, pero ¿realmente lo son?
Algunas de estas frases y palabras son inofensivas, sólo requieren una explicación adicional para aquellos que no la entienden, como “FSY” o “JAS”.
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Sin embargo…. Algunas de estas frases pueden en realidad estar haciendo más daño que bien.
Aquí hay sólo algunos ejemplos:
1. El mormón perfecto
Esta es una frase que quizá hayamos escuchado y que afecta a todos los miembros de la Iglesia. En el caso de las hermanas, ellas deben ser alguien que cocina, ve los que hacerse de la casa y tienen a todos los niños perfectamente vestidos y en silencio esperando en la capilla un día domingo a que la reunión comience.
Por otro lado, conocemos al mormón perfecto como la persona ultraconservadora, reservado e ingenuo que no saldrá a pasar el rato con sus amigos porque está demasiado ocupado leyendo las escrituras, es un misionero retornado y tiene muchos llamamientos en la Iglesia.
Ambos son absolutamente inalcanzable, “perfectos” y muy irreales.
2. El inactivo
El apodo inactivo describe a alguien que deliberadamente elige no hacer todo lo que está dentro y fuera de “ser un mormón”, simplemente porque no lo desea y sigue aceptando que es mormón. Ellos puede que beban, fumen, nunca asistan a la Iglesia o estudien las escrituras, pero aún se consideran mormones. Son esencialmente lo opuesto al mormón perfecto.
3. El mormón seco.
Este es el apodo dado a las personas que no son miembros de la Iglesia, pero que no beben, no consumen drogas, y sólo necesitan las cortas lecciones misionales antes de bautizarse. Por lo tanto, sin ser bautizados, simplemente están “secos”. A menudo, muchos misioneros buscan a este tipo de personas.
4. El eterno JAS
Puede referirse al joven adulto soltero que todavía no se siente listo para asistir a su debida escuela dominical o que todavía no se ha casado. Existe mucha presión dentro de los JAS, no sólo hacia ellos por parte de los miembros sino que también proviene de ellos mismos. A veces puede resultar muy incómodo para ellos el escuchar tales comentarios.
Entonces, ¿qué está mal con estos apodos?
Honestamente, algunos de estos son bastante graciosos y en algunas situaciones parecen ser el apodo perfecto para alguien, pero sucede algo cuando permitimos que las etiquetas y los apodos nos impidan ver nuestra verdadera identidad.
Como dijo el Elder Halstrom: “En el mundo de hoy, no importa dónde vivamos ni cuáles sean nuestras circunstancias, es esencial que nuestra identidad preeminente sea igual a la de un hijo de Dios.”
Las personas no son etiquetas ni apodos, son personas. Quizás esta es la razón por la cual la Iglesia sintió la necesidad de hacer ajustes al manual misional de Predicad Mi Evangelio. Ahora, en el Capítulo 8, “Cómo utilizo el tiempo con sabiduría” y bajo el subtítulo de “Indicadores clave para la conversión”, cuatro indicadores clave se enumeran como elementos con viñetas, con la palabra “personas” reemplazando el término “investigadores” utilizado anteriormente.
Ahora dice: “Personas bautizadas y confirmadas, Personas con una fecha de bautismo, Personas que asistieron a la reunión sacramental y Personas nuevas que se enseña.”
Del mismo modo, es importante reconocer lo que estas etiquetas y apodos degradan y disminuyen. Al burlarse de alguien que parece un mormón perfecto o “demasiado espiritual”, agregamos una connotación negativa al Evangelio y la santidad. Buscamos acercarnos a Dios y ser más como Él, no alejarnos de Él.
Lo mismo podría decirse de una persona que no participa mucho de la Iglesia. Todos tenemos dificultades en esta vida y juzgar a alguien por sus elecciones o “inactividad” y etiquetarlas no nos permitirá ayudarlas o entenderlos.
Como dijo Majorie Hinckley: “No existe una persona a la que no amaríamos si es que tan sólo pudiéramos leer su historia.” Debemos trabajar para eliminar las etiquetas y apodos de las personas dentro de la Iglesia y en nuestra conversación diaria.
¿Conoces alguna otra etiqueta apodo que podamos trabajar para eliminar? Escríbenos en los comentarios abajo!
Este artículo fue escrito originalmente por Kayla Tanuvasa y fue publicado por mormonhub.com bajo el título de “4 Labels in The Church That Need to Go”