El simbolismo detrás de la ubicación del árbol en el Jardín del Edén

árbol jardín de eden

Un tema que siempre ha dejado perplejos a los lectores del libro de Génesis es la ubicación de los dos árboles en el Jardín del Edén.

La frase hebrea correspondiente a “en medio” (Gen 1)significa literalmente “en el centro”. Aunque las escrituras inicialmente aplican la frase “en medio” sólo al Árbol de la Vida, Eva nos dice que el Árbol del Conocimiento también se encuentra en el mismo lugar.

Se han presentado explicaciones elaboradas como intentos de describir cómo tanto el Árbol de la Vida como el Árbol del Conocimiento podrían haber compartido el centro del Jardín (Moisés 4: 9).

Por ejemplo, se ha sugerido que estos dos árboles eran en realidad aspectos diferentes de un mismo árbol, donde comparten un tronco en común, o se encuentran entrelazados de alguna manera.

La sutil combinación de la ubicación de estos dos árboles en el relato de Génesis parece intencional, preparando a los lectores para la confusión que luego sobreviene en el diálogo entre Eva y la serpiente.

La dramática ironía de la historia se ve acentuada por el hecho de que, si bien el lector está informado sobre ambos árboles, a Adán y Eva solo se les habla específicamente sobre el Árbol del Conocimiento, lo que hace que Satanás se aproveche de su ignorancia para su propio beneficio.

Una breve explicación al simbolismo del “centro sagrado” ayudará a aclarar los importantes roles que jugaron el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento “en medio” del Jardín del Edén.

El simbolismo detrás del “Centro Sagrado”

arboleda

“Light Descending” por Matthew Kennedy

Hugh Nibley definió “el término ‘hierocéntrico’ como el término que mejor describe los cultos, estados y filosofías que se orientaban en torno a un punto que se creía que era el centro y eje exactos del universo”.

Dichos centros sagrados, descritos en diferentes culturas, a menudo coinciden con la ubicación de un “monte o montículo artificial y un lago o manantial del que fluían cuatro arroyos para llevar las aguas vivificantes a las cuatro partes de la tierra. El lugar era un paraíso verde, un jardín cuidadosamente preservado, un refugio de la sequía y el calor” (“Some Cosmological Patterns”).

madre celestial

Una representación de esta perspectiva se refleja bíblicamente en el diseño del Jardín del Edén y el templo, así como en la ubicación de las historias y profecías posteriores de las dispersiones y el recogimiento de Israel y otros pueblos.

Al explicar la elección de un árbol para representar los conceptos de vida, tierra y cielo, Stordalen escribió:

“Cada árbol simbolizara la vida, y un árbol grande, enraizado en un suelo profundo y que se extiende hacia el cielo, puede convertirse en un símbolo cósmico. En ambos casos, se convierte en un símbolo del centro”.

El templo, descrito por Isaías como “el monte de la casa de Jehová” (Isa 2: 2), es también un símbolo que representa el centro.

En el antiguo Israel, se creía que el lugar más sagrado sobre la tierra era la Piedra del Fundamento frente al Arca dentro del Lugar Santísimo del templo de Jerusalén.

Para los judíos, “fue el primer objeto sólido que emergió de las aguas de la creación, y fue sobre esta piedra que Dios llevó a cabo la creación” (J. M. Lundquist).

En el simbolismo del Centro Sagrado, el círculo generalmente es utilizado para representar los cielos, mientras que el cuadrado hace referencia a la tierra.

Entre otras cosas, la intersección del círculo y el cuadrado puede verse como una representación de la unión del cielo y la tierra tanto en la geometría sagrada del templo como en el alma del que busca sabiduría.

Gustave Doré (1832–1883)

En la famosa ilustración de Gustave Doré del “Cielo Empíreo”, podemos ver una representación de los cielos como un reino iluminado por el fuego puro de la gloria de Dios.

Dado que el Centro Sagrado está ubicado en el cielo en lugar de en la tierra, se muestra como un círculo en lugar de un cuadrado. El trono celestial está, en palabras de Lehi, “rodeado de innumerables concursos de ángeles en actitud de estar cantando y alabando a su Dios” (1 Ne 1: 8).

Además, Nibley señaló: 

“Un concurso está formado en un círculo. Por supuesto, la frase “innumerables concursos [de ángeles]” significa que existen círculos dentro de otros círculos… ¿Y qué estaban haciendo? La palabra “rodeado” quiere decir ‘a su alrededor’… [ellos] cantaban a su alrededor”

Como se muestra en esta figura, el Centro Sagrado no representa un altar ni un trono ceremonial, sino a Dios mismo.

El centro es el Lugar Santísimo y el grado de santidad disminuye en proporción a la distancia hacia dicho Centro. Esto quiere decir, mientras más lejos estemos del Centro, más lejos estamos de Dios.

El profesor de BYU S. Kent Brown observó cómo, en Su primera aparición a los nefitas, Jesús “se puso en medio de ellos” (3 Ne 11: 8). Él tambien citó otros pasajes del Libro de Mormón que asocian la presencia del Señor “en medio” en lo que respecta a la ubicación del templo y su altar.

Asimimo, Brown observó una situación similar cuando Jesús bendijo a los niños nefitas:

“El Santísimo, es decir, [el Salvador] estuvo “en medio” del centro sagrado. Los niños se sentaron “en el suelo alrededor de él”. Cuando los ángeles descendieron, “cercaron a aquellos pequeñitos” (3 Ne 17: 12-13).

En ese lugar, junto a los niños, los ángeles mismos “fueron rodeados de fuego” (3 Ne 17: 24). En el borde estaban los adultos. Y más allá de ellos se encontraba… un espacio profano que se extendía lejos de aquella escena sagrada”. 

La ubicación de Jesús, de los niños y de los ángeles nos transmite un poderoso mensaje visual acerca de Su Santidad. Recordamos una vez más que “cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18: 4).

El árbol del conocimiento como velo del santuario

Habiendo explorado el concepto del Centro Sagrado, ahora regresaremos a la pregunta de cómo tanto el Árbol de la Vida como el Árbol del Conocimiento pudieron haber compartido el mismo lugar en el centro del Jardín del Edén.

Quizás el concepto tradicional más interesante sobre la ubicación de los dos árboles es la percepción judía de que el follaje del Árbol del Conocimiento ocultaba al Árbol de la Vida de la vista directa. 

“Dios no prohibió específicamente que [Adán y Eva] comieran del Árbol de la Vida porque el Árbol del Conocimiento formaba un seto a su alrededor; es sólo después de haber participado de este último que el camino hacia el Árbol de la Vida era despejado”. – M. Zlotowitz

Es en este mismo sentido que Efrén el sirio, un cristiano devoto del siglo IV, llamó al seto del Árbol del Conocimiento “el velo del santuario”. Él describió el Paraíso como un gran monte que era separado por el Árbol del Conocimiento a mitad de su camino.

El Árbol del Conocimiento, concluye Efrén, “actúa como una cortina de santuario [es decir, un velo] que oculta el Lugar Santísimo, que es el Árbol de la Vida en la cima”.

Además, ha habido ocasiones en que fuentes judías, cristianas y musulmanas también han hablado de un “muro” que rodea todo el Jardín, separándolo del mundo mortal.

Esto es consistente con la evidencia de un Árbol de la Vida en el primer templo, dentro de Lugar Santísimo.

Para aquellos que tomaron el Árbol de la Vida como una representación de la presencia de Dios dentro del Lugar Santísimo, era natural ver el Árbol de la Vida como el lugar del trono divino (Apocalipsis 22: 1-3).

garments

La perspectiva de Efrén sugiere que el Árbol de la Vida fue plantado en un lugar interior tan sagrado que Adán y Eva podían haber estado en peligro de muerte si hubieran entrado sin haber sido invitados y sin estar preparados.

Si bien Dios podía ministrarles en el Jardín, ellos no podían entrar a salvo en Su mundo (Doctrina y Convenios 76:87, 112; Efrén el sirio, Paraíso, 3: 13-17).

Destacando la naturaleza misericordiosa de la prohibición de Dios de que comieran del fruto del Árbol de la Vida prematuramente, el élder Bruce C. Hafen explicó que los querubines y una espada de fuego fueron colocados para “proteger el camino del Árbol de la Vida” hasta que Adán y Eva hayan completado su tiempo de probación en la tierra y hayan aprendido a distinguir el bien del mal.

“Al oriente en Edén”

segunda venia

La ubicación “al oriente” del Jardín (Moises 4: 29) puede explicarse por su posición relativa al Creador en el Centro Sagrado, este desplazamiento hacia el este se asocia repetidamente con una distancia cada vez mayor a Dios.

Por ejemplo, después de que la voz de juicio de Dios visitara a Adán y Eva desde el oeste, ellos experimentaron un grado adicional de separación cuando fueron expulsados del Jardín.

Por otro lado, el significado del oeste se usa a menudo para simbolizar el retorno y la restauración de las bendiciones perdidas.

Los magos que visitaron a Jesús cuando nació vinieron “desde el este” hacia el oeste a Belén. Su viaje simbólicamente promulgó la restauración del templo y las bendiciones del sacerdocio que se habían perdido sobre la tierra.

Finalmente, el regreso glorioso de Jesucristo cuando venga “súbitamente a su templo” (Mal 3:1)  está igualmente simbolizado por un desplazamiento de oriente a oeste: 

“Porque así como la luz de la mañana nace en el oriente y resplandece hasta el occidente, y cubre toda la tierra, así también será la venida del Hijo del Hombre”.– JST, Mateo 1: 36

Esto se entiende mejor cuando entramos al templo. Sabemos que el templo está dividido, que pasamos por etapas hasta llegar lo que se considera el Reino Celestial y estar en la presencia de Dios. Progresamos poco a poco hasta llegar a Su presencia.

Conclusión

La posición central del Árbol de la Vida en el Jardín del Edén proporciona un paralelo a la presencia de Dios en Su templo.

El Árbol del Conocimiento puede ser un símbolo del velo protector que inicialmente ocultaba el Árbol de la Vida a Adán y Eva.

Después de la transgresión de los “primeros mandamientos” del Padre, Dios colocó querubines y una espada encendida para evitar su entrada prematura a Su presencia, y envió a Adán y Eva “hacia el oriente”.

Sin embargo, Dios también proporcionó un conjunto de “segundos mandamientos” que eventualmente permitirían el regreso de todos aquellos que se beneficiarían plenamente del don de la Expiación.

Fuente: Meridian Magazine

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