A veces olvidamos que vivir el evangelio debería hacernos felices. No felices por escapar de los problemas, sino porque, incluso en medio de ellos, sabemos en quién confiamos.

Durante un devocional para los estudiantes de BYU–Pathway, el élder David A. Bednar recordó algo que todos necesitamos escuchar más seguido:

“No puedo imaginar por qué no estaríamos sonriendo cada segundo de cada día, sabiendo lo bendecidos que somos”.

Esa frase podría sonar exagerada, pero el mensaje detrás es profundo. El evangelio no elimina las pruebas, las ilumina. Nos enseña que incluso cuando los desafíos son inevitables, la fe nos da acceso a un poder real, capaz de sostenernos y fortalecernos en cualquier circunstancia.

Aprovechar las oportunidades que el Señor nos da

Tony Hinemoa Nau, estudiante de BYU-Pathway Worldwide, estudia desde casa. Foto: Mike Lewis, BYU-Idaho.

El élder Bednar invitó a los estudiantes a aprovechar cada oportunidad que el Señor pone en su camino. Habló de BYU–Pathway como uno de los “milagros educativos de los últimos días”, una herramienta para bendecir a personas en todo el mundo.

Pero su consejo aplica a todos nosotros, él nos dice que las oportunidades espirituales también son parte de esos milagros. Cada clase de instituto, cada reunión de domingo, cada acto de servicio o conversación inspirada es una de esas pequeñas puertas que el Señor abre para ayudarnos a crecer.

Aprovecharlas no es solo aprender, sino permitir que Dios nos transforme desde adentro.

Construir hogares centrados en el evangelio

oración familiar; familia eterna
No es una sola noche de hogar familiar o una lectura de Escrituras la que cambia un corazón, sino el hábito de hacerlo con amor y sin rendirse. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Elder Bednar compartió algo muy humano sobre que muchos líderes de la Iglesia, incluidos él mismo, el presidente Nelson y el presidente Holland, no crecieron en hogares donde todos eran miembros activos. Eso demuestra que no importa de dónde venimos, sino hacia dónde decidimos avanzar.

Su consejo fue simple: “Comienza contigo”.

Si deseamos un hogar centrado en Cristo, el cambio empieza por una oración, una conversación sincera o una decisión diaria. No se trata de ser perfectos, sino de ser constantes.

El élder Bednar explicó que los padres tienen el deber de enseñar a sus hijos la doctrina de Cristo, pero no solo con palabras. Citando las Escrituras, dijo que debemos “aplicar el corazón al entendimiento”, porque comprender realmente significa sentir.

Es el Espíritu Santo quien enseña al corazón, y eso solo ocurre cuando en casa hay un ambiente donde Él pueda estar.

“La diferencia está en la constancia”, agregó.

No es una sola noche de hogar familiar o una lectura de Escrituras la que cambia un corazón, sino el hábito de hacerlo con amor y sin rendirse.

El poder de los convenios del templo

En el templo recibimos el poder de la divinidad en nuestra vida. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Cuando se le preguntó cómo los convenios del templo fortalecen a las familias, el élder Bednar fue claro que en el templo recibimos el poder de la divinidad en nuestra vida.

Los convenios no son solo promesas formales, son fuentes de poder real. Son la razón por la que el Señor nos invita a frecuentar Su casa, el templo, y no solo a hablar de ella.

Recordó que el propósito del recogimiento de Israel siempre ha sido permitir que las personas tengan acceso a esos convenios y a ese poder. En un mundo lleno de confusión, el templo sigue siendo el punto de claridad.

“El poder del convenio es lo que nos hace resistir cuando el mundo no tiene respuestas”.

Una invitación a recordar con gozo

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, participa en la transmisión devocional de BYU–Pathway el viernes 31 de octubre de 2025. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Al final del devocional, el élder Bednar dijo con firmeza:

“Testifico que la Restauración continúa. Está ocurriendo hoy, ocurría ayer y ocurrirá mañana, hasta que el Salvador venga otra vez”.

Vivimos en una época donde Dios sigue actuando. Cada día, Su evangelio continúa restaurándose en nuestras vidas si dejamos que lo haga. Y si eso no es motivo suficiente para sonreír, ¿qué lo sería?

¿Y tú? ¿Qué bendición del evangelio te llena de gozo últimamente? 

Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org 

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