Una pregunta a un terapeuta Santo de los Últimos Días: ¿Debería ir a la boda LGTBQ de mi hija?

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Pregunta:

Tenemos una hija que nos contó que es lesbiana. Ahora, se va a casar con su pareja. Desea que estemos presentes en su boda, pero me siento confundida. La amo y deseo estar ahí, pero me pregunto si al estar en su boda, le estaría diciendo que apoyo su decisión que va en contra de las leyes de Dios. ¿Qué es lo correcto que debo hacer? ¿Qué es lo que usted me aconsejaría?

Respuesta:

Aprecio lo que dijiste “¿Qué es lo que usted me aconsejaría?” Lo que ofrezco aquí, así como en cualquiera de mis columnas, es mi opinión como creyente de La Iglesia de Jesucristo y terapeuta familiar licenciado, no como portavoz de la Iglesia misma.

En mi opinión, criaste a una hija en el Evangelio. Ya sabe lo que crees con respecto al matrimonio y las leyes de Dios. En todos los casos similares a este, he encontrado, que el hijo esta totalmente al tanto en cuanto a la posición de sus padres en relación a los asuntos morales.

Este no es un caso de si estás de acuerdo o no con su decisión. Es un caso en que apoyas o no su derecho a hacerlo. Es un caso en el que le demuestras tu amor o no a ella y a su futura cónyuge, como hijas de Dios, al estar ahí en lo que significa, para ellas, un momento importante en sus vidas.

A mi parecer, solo causarás un daño al no estar presente. Solo crearás una sensación de rechazo que podría cerrar sus corazones a cualquier influencia positiva que puedas tener en sus vidas. No veo ninguna situación donde un hijo regrese al Evangelio porque sus padres boicotearon su boda.

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El Élder Lance D. Wickman dijo esto con respecto a dar la bienvenida a nuestros hijos LGBTQ y sus parejas a nuestras vidas:

Ciertamente corresponde a la manera del Señor el amar al pecador mientras se condena el pecado. Esto quiere decir que nuestros hogares, brazos y corazones siguen abiertos hacia nuestros hijos, pero no hay necesidad de dar aprobación a su estilo de vida. Tampoco es necesario estar constantemente recordándoles que su estilo de vida es incorrecto.

Tu hija necesita saber cuánto la amas y la apoyas al utilizar su albedrío, incluso si no estás de acuerdo con su decisión. Necesita saber que “tu fidelidad es más fuerte que los lazos de la muerte” (Doctrina y Convenios 121: 44).

Tenía una amiga en la escuela de posgrado con quien compartía el Evangelio. En verdad, esperaba que se bautizara en la Iglesia Restaurada de Jesucristo. Eventualmente, escogió bautizarse… pero en una denominación diferente. Me invitó al servicio.

Por supuesto, en mi corazón deseaba algo más para ella, pero era mi amiga. La amaba como hija de Dios. Estaba haciendo un compromiso que era importante para ella. No boicoteé su bautismo porque creyera que no era el bautismo correcto. Fui, la apoyé, nos hicimos amigos más cercanos y me dijo varias veces cuánto significaba para ella que haya asistido.

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Sin embargo, al final, esta es solo mi opinión. Te estoy diciendo lo que yo haría. Probablemente, otros lectores de este sitio tengan una gran cantidad de opiniones apasionadas sobre el tema. Tienes que hacer lo que sientas que está bien.

Las palabras que el Señor le dijo a Oliver Cowdery se aplican a tu pregunta: “… Debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien” (Doctrina y Convenios 9:8).

El Élder Dallin H. Oaks hizo eco de esto, específicamente con respecto al grado en que los padres aceptan a los hijos y sus parejas gais en sus hogares:

“Esa es una decisión que debe tomar personalmente la persona responsable, pidiendo la inspiración del Señor…Existen tantas circunstancias diferentes, que es imposible dar una respuesta que sirva en todos los casos.”

Sé lo que haría. Iría a la boda, felicitaría a la pareja, comería un poco de pastel y me regocijaría en el principio que el fallecido Presidente Gordon B. Hinckley enseñó brillantemente, “Podemos discrepar cortésmente sin ser desagradables.”

Artículo originalmente escrito por Jonathan Decker y publicado en ldsliving.com con el título “Ask a Latter-day Saint Therapist: Should I Go to My Daughter’s LGBTQ Wedding?

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