Pregunta
En el proceso de arrepentimiento, ¿cómo puedo saber si el Padre Celestial ya me ha perdonado?
Respuesta
El perdón, en un contexto espiritual, no es solo liberar a alguien de su falta, sino un proceso transformador que involucra tanto a la persona que busca perdón como a la gracia divina ofrecida por Dios.

Las Escrituras nos ofrecen poderosas afirmaciones de la disposición del Señor para perdonar a quienes se arrepienten sinceramente. Por ejemplo, en Doctrina y Convenios 58:42–43 leemos:
“He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más.
Por esto podréis saber si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará”.
Este pasaje resalta dos componentes esenciales del perdón: confesar y abandonar. Confesar implica reconocer los pecados ante Dios, y abandonar significa apartarse de esos errores y comprometerse con un nuevo camino. Este proceso dual es clave para entender cómo está uno delante de Dios.

El arrepentimiento puede parecer una tarea difícil, pero en esencia es un acto de fe: el reconocimiento de nuestras debilidades y el deseo genuino de cambiar.
El élder D. Chad Richardson destacó la importancia de perdonarse a uno mismo dentro del proceso, enseñando:
“El Señor no hace excepciones cuando declara: ‘Yo, el Señor, perdonaré a quien quiera perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres’”.
Y eso incluye perdonarnos a nosotros mismos.
El arrepentimiento no es un evento único, sino un proceso continuo. Requiere paciencia, humildad y disposición para crecer.

A medida que alineamos nuestras vidas con las enseñanzas de Jesucristo, nuestro entendimiento del perdón también se profundiza. Es un proceso de dejar atrás el pasado y aceptar la gracia del Salvador.
Es común que, incluso después de arrepentirse, muchas personas sigan sintiendo culpa. Esto sucede porque el adversario intenta debilitarnos al recordarnos constantemente nuestros errores. Sin embargo, el élder Tad R. Callister enseñó:
“Si sientes al Espíritu —al orar, al leer las Escrituras, al enseñar o testificar— ese es tu testimonio de que has sido perdonado.”
La presencia del Espíritu Santo en la vida de alguien es una poderosa señal de perdón y aprobación divina.

Es importante recordar que sentirse culpable no siempre significa que Dios no nos haya perdonado. La promesa del Señor en Isaías 1:18 es clara:
“Venid ahora, dice Jehová, y razonemos juntos: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
Esa transformación es posible mediante el arrepentimiento sincero y la fe en Jesucristo.
¿Cómo saber si has sido perdonado?

Comprender cómo saber si uno ha sido perdonado puede ser una fuente de consuelo y fortaleza. Aquí hay varios puntos clave a considerar:
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Arrepentimiento sincero
Involucra confesar los pecados, pero también hacer un esfuerzo genuino por cambiar. Al trabajar activamente para abandonar el error, puedes hallar paz al saber que estás intentando vivir según la voluntad de Dios. -
La presencia del Espíritu Santo
Buscar inspiración, consuelo o guía espiritual en la oración, el estudio o el servicio, es una señal de que el Espíritu Santo está contigo. El Espíritu no puede morar en templos impuros, Su influencia indica que vas por buen camino. -
Confiar en el amor de Dios
El amor de Dios es incondicional y eterno. Él desea que todos Sus hijos regresen a Él. Aunque te sientas indigno, Dios te ve con ojos de potencial. El élder Jeffrey R. Holland enseñó:
“El Señor siempre está dispuesto a ayudarnos a cambiar nuestras vidas, si tan solo lo permitimos”.
Confiar en ese amor divino puede disipar sentimientos de insuficiencia.
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Buscar guía de líderes de la Iglesia
Si luchas con sentimientos persistentes de culpa o duda, considera hablar con tu obispo o líder del sacerdocio. Ellos pueden brindarte orientación, consuelo y ayudarte a entender mejor los principios del arrepentimiento y el perdón.
Fuente: Askgramp.org