Cuando pensamos en el Padre Celestial, imaginas el ser más perfecto que puede existir. Esto incluso es fantástico, pues nuestra propia mente tiene el concepto de “perfección”, aunque jamás ha visto algo perfecto.
Ahora, si recordamos las enseñanzas de los profetas, comprenderemos que nuestro Padre Celestial también fue un hombre como nosotros, tal como enseñó el presidente Lorenzo Snow, quien aprendió del profeta José Smith:
“Así como el hombre es, Dios una vez fue. Así como Dios es, el hombre puede llegar ser”.
¿Se imaginan? Nuestro Padre Celestial también fue un ser mortal. Entonces surge la pregunta, ¿el Padre Celestial, cuando era un ser mortal, tuvo hijos? Si bien Elohim, nuestro Dios, tuvo a Jesucristo siendo un ser exaltado, cabe la posibilidad de haber tenido más hijos terrenales.
Para ello, veamos la referencia que Jesús dio:
“Respondió entonces Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera.
Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
Porque como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”. (Juan 5:19-21)
Esto nos da a entender que todo lo que hizo Jesucristo, es lo que Él vio que Su Padre hizo durante su tiempo de prueba mortal.
El presidente Joseph F. Smith agrega también a esta doctrina:
“Nos hallamos precisamente en la misma condición y en las mismas circunstancias en que Dios, nuestro Padre Celestial, se encontró al pasar por esta experiencia o una semejante”.
De esa manera, cabe la posibilidad de que Dios haya tenido hijos terrenales cuando pasó por este momento de prueba, sin embargo, no hay Escritura ni revelación profética que la pueda confirmar.
Podríamos asumir que los tuvo, pero también debemos tener en cuenta que para alcanzar la exaltación, no es necesario el concebir hijos. Únicamente se nos exige una vida digna donde el sellamiento dentro del santo templo esté presente.
El matrimonio celestial es lo que las leyes de los cielos nos piden para alcanzar la exaltación.
En ese caso, también cabe la posibilidad de que no los tuvo.
A esto podríamos incluir también el hecho de que si los hijos del Padre Celestial, en el momento en que Él estuvo en la Tierra, hubieran heredado también aquella parte divina que Él, al igual que Jesucristo, necesitaba para realizar la expiación, hubiera sido en vano.
Ellos, Sus hijos terrenales, hubieran nacido en parte divina, pero sin un propósito expiador, pues ya había un Salvador.
Siempre será un gran misterio, y una gran emoción, el poder conocer todos estos misterios en su debido tiempo. Recordemos que todo será revelado, pero sobre todo, aprendamos de Jesucristo y sigamos Su ejemplo:
“Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”. (Lucas 2:52)
Estudiemos de los mejores libros, y así estaremos protegidos de aquellos que buscan dañar nuestra fe.
“Y por cuanto no todos tienen fe, buscad diligentemente y enseñaos el uno al otro palabras de sabiduría; sí, buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe”. (Doctrina y Convenios 88:118)
No dudes en dejar cualquier otra pregunta que puedas tener en los comentarios.
*Artículo adaptado de Fernando Illanes