“A veces, cuando somos persistentes en recibir las respuestas que queremos a nuestras oraciones, Dios permite que las personas puedan tener sus propias experiencias.”
Pregunta
La impresión espiritual más fuerte que he tenido fue cuando sentí que mi novio “me esperaría” durante mi misión. Escuché una voz y sentí mucha paz. Pero después de 18 meses, cuando regresé, él ya estaba casado.
¿Fue mi “revelación” sólo una ilusión? ¿Significa que mi mayor experiencia espiritual fue un fiasco total? ¿Acaso Dios no tomó en cuenta el albedrío de mi ex cuando me dijo que él me esperaría? ¿Por qué Dios me dijo algo que sabía que no sucedería?
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Respuesta
No eres la única con este tipo de experiencia, pero debes saber esto, mentir va en contra de la naturaleza de Dios. Definitivamente tiene la capacidad física y mental para hacerlo, pero nunca lo ha hecho y nunca lo hará.
Si Dios pudiera mentir, ni nosotros ni ninguna otra forma de existencia en el universo podría confiar en Él ni en Su plan. Si ese fuera el caso, todo lo que somos, sabemos y creemos nunca podría haber existido.
Debido a que va en contra de Su naturaleza perfecta, no puede mentir. Las escrituras muestran un testimonio específico de este hecho. Cuando el Señor habló con el Hermano de Jared, antes de mostrarse ante él, el Señor le preguntó:
“Señor, muéstrate a mí. Y le dijo el Señor: ¿Creerás las palabras que hablaré? Y él le respondió: Sí, Señor, sé que hablas la verdad, porque eres un Dios de verdad, y no puedes mentir.
Y cuando hubo dicho estas palabras, he aquí, el Señor se le mostró, y dijo: Porque sabes estas cosas, eres redimido de la caída; por tanto, eres traído de nuevo a mi presencia; por consiguiente yo me manifiesto a ti.” (Éter 3: 10-13)
El reconocimiento y el testimonio del Hermano de Jared sobre este aspecto de la naturaleza de Dios, fue parte de lo que lo preparó para ser el primer hombre a quien el Señor se mostró.
Si hay alguna discrepancia en la inspiración que sientes que recibiste, desafortunadamente, se debe a tu propio malentendido. Una vez más, ese tipo de experiencias son ocurrencias comunes tanto en nuestros días, como a lo largo de la historia de la tierra, que continuarán sucediendo a medida que las personas busquen sabiduría y conocimiento que se encuentra fuera de su alcance.
A veces, cuando somos persistentes en recibir las respuestas que queremos, el Señor permite que las personas puedan tener sus propias experiencias. Considere los siguientes pasajes:
“Y todos estaban atónitos de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: Poned vosotros en vuestros oídos estas palabras, porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.
Pero ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y temían preguntarle acerca de ellas.” (Lucas 9: 43-45)
El Señor le dio a sus Apóstoles información sobre su inminente juicio y muerte a manos de hombres inicuos. A pesar de que fueron llamados a una gran obra, que vieron milagros y maravillas, y que recibieron un testimonio por el poder del Espíritu Santo, no pudieron comprender la intención detrás de este mensaje directo y verbal por parte del Señor, y no hicieron más preguntas al respecto.
Piensa en eso por un momento; incluso los apóstoles llamados y elegidos, estando en la presencia física del Señor, malinterpretaron Sus palabras. ¿Es posible que pueda pasarnos a nosotros?
“Pero he aquí, los judíos fueron un pueblo de dura cerviz… y procuraron cosas que no podían entender. Por tanto, a causa de su ceguedad, la cual vino por traspasar lo señalado… porque Dios… les ha entregado muchas cosas que no pueden entender, porque así lo desearon; y porque así lo desearon, Dios lo ha hecho, a fin de que tropiecen.” (Jacob 4:14)
En este pasaje aprendemos que los judíos deseaban conocimiento para el cual no estaban preparados. Continuamente trataban de “traspasar lo señalado”. No estaban enfocados en las cosas que sí debían enfocarse.
Después de recibir el conocimiento que deseaban, no estaban preparados ni fueron capaces de comprenderlo y, como resultado, tropezaron. ¿Es posible que al buscar la respuesta de si tu novio “te esperaría” o no durante tu misión, estabas “traspasando lo señalado” y, como resultado, no estabas preparada para la impresión detrás de la respuesta que recibiste?
Cuando Martin Harris le pidió permiso a José Smith para llevarse las 116 páginas del manuscrito a su casa, José recibió una respuesta clara y directa de que no debía hacerlo. ¡El Señor le dio esta misma respuesta en dos ocasiones!
Después de que Martin le suplicó a José que orara a Dios por tercera vez, él finalmente cedió y en esa ocasión el Señor le dio permiso, pero con algunas condiciones. Si el Señor le dijo “no” en un principio, ¿por qué le diría “sí” ahora? ¿Podría ser porque José buscó en el Señor algo que no entendió y el Señor le permitió tropezar?
Dios generalmente no responde preguntas que involucran el albedrío de otros. Piensa en la situación de José Smith con eso en mente. En el momento en que se perdieron las páginas del manuscrito, José tenía el don de la traducción y tenía la mayordomía de las planchas, pero aún no se le había dado la autoridad ni el manto del sacerdocio del apostolado ni la presidencia de la Iglesia.
El Señor le dijo que no permitiera que Martin Harris tomara las planchas, pero no le dijo el por qué. No parece que haya preguntado más al respecto porque el Señor no le reveló a José las razones por las que dijo que no, sino que simplemente le dio las condiciones que Martin Harris debía seguir.
Martin estuvo de acuerdo, pero luego usó su albedrío imprudentemente, y esto resultó en la pérdida de las páginas, la pérdida temporal del don de traducción de José , y una importante lección de vida que se transmitió a toda la Iglesia: ¡Escucha al Señor a la primera!
¿Le mintió el Señor a José cuando le dio permiso bajo ciertas condiciones? No, si se hubieran cumplido las condiciones del Señor, todo hubiera estado bien, sin embargo el Señor conocía a Martin y lo que haría, a pesar de no habérselo hecho saber a José.
Con estas cosas en mente, en el futuro, te animo a que medites antes lo que deseas en tus oraciones, para evitar pedir respuestas que involucren el albedrío de otra persona. Compartiré una experiencia de la vida de alguien cercano a mí (lo llamaremos Juan para proteger su identidad).
Cuando Juan estaba buscando revelación para saber si debía casarse con la mujer que ahora es su esposa, se aseguró de hacer preguntas que no involucraban el albedrío de la joven.
No le preguntó al Padre Celestial si debería casarse con ella, en cambio, después de darle a conocer sus sentimientos al Padre Celestial, le preguntó: “¿Es ella el tipo de joven con la que debería casarme?”
Cuando Juan tuvo una confirmación positiva, procedió con otra pregunta: “Si le pido que se case conmigo, y ella dice que sí, ¿debería casarme con ella?” Luego, cuando esa respuesta también fue confirmada por el Espíritu, preguntó: “¿Debería pedirle que se case conmigo?”
Con una respuesta afirmativa a esas tres preguntas, Juan estaba preparado para realizar su propuesta de matrimonio con fe y confianza en la voluntad del Señor respetando también el albedrío de todos los involucrados.
Ahora, Juan y su esposa siguen felizmente casados. Sin embargo, si es que ella hubiese rechazado su propuesta, las confirmaciones que recibió hubieran seguido siendo correctas y válidas; ella hubiera seguido siendo el tipo de joven con la que podría casarse.
Tu más grande experiencia espiritual no fue un fraude, es muy probable que hayas mal interpretado el testimonio que estabas recibiendo. Para evitar esto, en el futuro, sé lo más específica posible en tus oraciones y evita buscar respuestas que involucren el albedrío de otras personas.
Te animo a que analices y reevalúes dicha experiencia para ayudarte a determinar de qué manera el Señor pudo haberte guiado y cómo podrías interpretar Su respuesta de una manera diferente.
¿Será posible que el Señor haya respondido una pregunta diferente? ¿Será posible que te haya estado bendiciendo con consuelo? ¿O tal vez te estuvo indicando que ese tema no tenía importancia en el plan que tenía para ti en ese momento porque te ibas a la misión?
Como ya lo hemos visto, el Señor nos brinda respuestas a nuestras preguntas, incluso si las malinterpretamos a favor de lo que queremos.
A pesar de esta dura experiencia, testifico que nuestro Padre Celestial y Jesucristo te aman profundamente, y desean que tengas gozo a través de las bendiciones que vienen con el matrimonio eterno. Estas bendiciones vendrán en el tiempo del Señor a medida que te esfuerces continuamente por prepararte y vivir dignamente para recibirlas.
Espero que puedas llegar a comprender el mensaje que el Señor te dio en ese momento y que esta experiencia pueda darte la fortaleza que necesitas.
Este artículo es una adaptación y fue escrito y publicado originalmente por askgramps.org bajo el título “What were Lucifer’s responsibilities as the “Light Bearer?””