De seguro hemos escuchado aquella historia de un cónyuge que comenzó a salir con otra persona durante su proceso de divorcio y se casó 2 o 3 meses después de este. Estas relaciones pueden ser muy exitosas, como desastrosas.
Pero, ¿por qué las personas optan por casarse tan rápidamente después de divorciarse? Algunos sienten el deseo de reemplazar lo que se perdió, otros, debido a la ley de castidad, pueden desear fervientemente una nueva pareja sexual.
Incluso pueden tener el deseo de demostrar a su ex-cónyuge que son personas “deseables” o dignos, como si fuera una carrera para ver quién puede reconstruir su vida más rápido.
Por ello, veamos 8 cosas que hay que tener en cuenta si se desea comenzar una nueva relación, e incluso contraer matrimonio, después de un divorcio.
1. ¿Has trabajado en tu desarrollo personal?
Es importante trabajar en uno mismo para evitar repetir problemas del pasado. No es suficiente simplemente creer que tu pareja era inadecuada y que estarás mejor con otra persona. Estás llevando preocupaciones emocionales a cualquier matrimonio en el que entres.
Es vital tener una mayor conciencia de uno mismo y hacerse cargo de nuestas propias emociones, en lugar de culpar a alguien más por ellas.
2. ¿Ves los problemas de tu matrimonio de una manera diferente a cómo los veías durante tu divorcio?
Cuando puedas responsabilizarte en parte por tu divorcio, será señal de que estás progresando en tu capacidad de comenzar una nueva relación.
Toda relación involucra a dos personas, y ambas son responsables por lo que sucede en ella.
La autorreflexión genuina conduce a la claridad y la superación personal, no a la vergüenza ni al autocastigo.
3. ¿Estas idealizando a tu nueva pareja?
Es hermoso comenzar una relación e idealizar a la pareja, pero no es nada hermoso, ni saludable, ignorar las incompatibilidades y los defectos que ambos tienen.
Todo el mundo va a tener características personales que nos resulten frustrantes y problemas que nos resulten preocupantes.
No sugiero que esperes la perfección en una persona, eso no existe. Mi consejo es que uses tanto la cabeza como el corazón. Esto incluye tener la cantidad de citas que te permitan ver los posibles problemas que puedan surgir con mayor claridad.
4. ¿Estás negociando?
En toda relación sana hay compromisos.
Por ejemplo, puedes dejar que tu pareja escoja el lugar donde vayan a cenar en una cita porque no vale la pena discutir para ver a qué lugar irán, pero si tu pareja desea tener conversaciones largas e íntimas con su expareja, ¿lo permitirías?
Si lo aceptas porque tienes miedo de que esa persona se vaya de tu vida, entonces no estás listo o lista para comenzar una relación.
No puedes negociar lo innegociable.
5. ¿Tienes tus finanzas en orden?
Lo mejor para no casarte por dinero, es tener tu propio dinero. Si te casas por interés, la otra persona puede sentirse explotada o resentida.
Ruego especialmente a las damas que tomen el control de sus propias vidas. Pon en orden sus finanzas, y crea una vida de paz y felicidad, en lugar de solo soñar con encontrar un hombre que esté en una mejor situación para resolver tus problemas.
Tener tu propia estabilidad financiera te preparará para estar en un “yugo igualitario” dentro de tu nuevo matrimonio. (2 Corintios 6:14-18)
6. ¿Puedes afrontar los nuevos retos que vendrán en un nuevo matrimonio?
Incluso si has progresado personalmente, descubrirás que varios problemas no han aparecido nuevamente porque no hubo un cónyuge que abriera esas heridas sentimentales.
Cuando te vuelvas a casar, es crucial que debas entender que esas heridas despertarán y eso será totalmente normal. Además, será una oportunidad para sanarlas.
La creciente intimidad y vulnerabilidad que viene con el matrimonio inevitablemente desencadena un trauma y te da la oportunidad de sanar. Prepárate para ser dueño o dueña de tus propias emociones; haz el trabajo de curarlas y será muy gratificante.
7. ¿Has perdonado?
Es imposible entregarse verdaderamente en una nueva relación si todavía estás peleando las batallas de una antigua relación. La enemistad te une a otra persona tan seguramente como lo hace el amor. Eso no significa que tu ex pareja determine si estás listo o lista.
Si tu ex pareja está llena de frustración y angustia, recuerda que aquello es su problema. Pero si esa persona todavía puede llamar tu atención y hacer que te enojes, entonces quiere decir que todavía no es el momento de entrar en una relación seria.
Cuando sientas paz y compasión hacia tu ex cónyuge, estarás en una mejor posición para cerrar ese capítulo de tu vida y comenzar de nuevo con alguien más.
8. ¿Has experimentado el verdadero amor?
Es crucial que tengas un círculo cercano de amigos que te digan la verdad y que sepas que te amarán y aceptarán a pesar de tus problemas y errores.
Este tipo de experiencias te ayudará a ser una persona más sincera y confiar en que aquellos que te amarán a pesar de todo. Ese tipo de vulnerabilidad es la forma en que se crea una conexión en el matrimonio.
Encontrar una pareja con la que puedas sentirte a salvo y sentirte vulnerable es crucial en una relación saludable.
La autojustificación y la actitud defensiva al explicar constantemente tu divorcio y culpar a tu ex cónyuge es lo opuesto a la autenticidad y la autoconciencia necesaria para tener éxito en las relaciones futuras.
Un futuro brillante
Si tienes prisa por volver a casarte, aquello es una fuerte señal de que no estás listo o lista, pero eso no significa que nunca lo estarás. No hay persona que esté perfectamente preparada para tener una cita o que se sienta 100% sanada de la heridas de su antigua relación.
Si esperas alcanzar un estado ideal de preparación para comenzar a tener citas, la vida se te pasará mientras esperas porque pasarás el tiempo constantemente diciéndote: “Solo estoy trabajando en mí”.
Fuente: Meridian Magazine