Lo que ayudó a esta mujer a hallar paz al terminar su matrimonio de más de 40 años

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En un nuevo episodio del podcast “All In”, Judy Eror, una Santo de los Últimos Días, compartió su experiencia al buscar la guía del Señor cuando su esposo decidió dejarla después de 42 años de matrimonio.

Judy compartió las oraciones que recuerda haber ofrecido y cómo el Señor le respondió, ayudándola a sobrellevar y superar aquel momento de su vida.

La vida después de un divorcio no es un tema que se trata con mucha frecuencia dentro de la Iglesia. ¿Qué haces cuando tu matrimonio se desmorona? ¿Qué haces cuando tu matrimonio termina a causa del albedrío de otra persona?

Judy compartió la oración que hizo a Dios en su momento de mayor desesperación:

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Imagen: Canva

“Recuerdo haber ido a mi Padre Celestial de rodillas y decirle: “Padre Celestial, he amado a este hombre más que a nadie en este mundo, pero ya no puedo seguir con esto. No puedo soportar la ira, el dolor y la decepción. Me esta matando. Va a empezar a matar a mis hijos espiritual y emocionalmente. Padre Celestial, necesito entregarte todo esto. Lo pondré sobre [Tu] altar, y un día te pediré que tú y yo podamos hablar de esto cara a cara, pero por ahora, lo dejaré todo a tus pies”.

Esta mujer compartió que hacer esto la ayudó a dejar todos sus sentimientos en las manos de Dios. Ella entendió que no podía avanzar ni seguir con su vida si seguía aferrándose al sentimiento de ira, sobre todo porque sabía que eso no era parte del Plan del Señor.

Ella también comprendió que hacerle daño a su esposo tampoco era algo que el Padre Celestial quería para ella y su familia. Judy compartió el consejo que aprendió:

“No tienen que hacerle daño a nadie, ya sea en una situación marital, a un vecino o hermano. [El Señor] se encargará de eso. Solo deben recordarlo. Deben dejarlo ir, entréguenselo a Él… luego sigan adelante”.

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El perdón también jugó un papel importante en su vida. Pidió en oración poder dejar ir todos esos sentimientos de rencor que la ataban a su ex esposo. Judy pudo sentir el amor de Dios y la esperanza de que cosas mejores vendrían para su familia.

También agradeció a sus amigos y a los miembros de la Iglesia que la apoyaron y la hicieron sentir vista a los ojos de Dios. Ella compartió una experiencia especial que tuvo:

“Una amiga vino a mi casa y me dio una carta que decía: “Estaba sentada en la Iglesia y tuve la abrumadora sensación de que necesitaba decirte que hay personas al otro lado del velo que te están animando y creen en ti”. Pienso en eso y sé que es una señal de que mi Padre Celestial se preocupa por mí”.

Judy puede testificar que Dio se preocupa por todos Sus hijos e hijas, Él desea ayudarnos si tan solo se lo pedimos y lo permitimos.

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La oración va acompañada de un momento de silencio que nos permite escuchar las impresiones del Espíritu.

“Si nos quedamos en silencio y luego escuchamos y procuramos tomar Su mano y Su cuidado, lo encontraremos. Y si lo reconocemos, entonces Él se hará más evidente para nosotros”.

Ella aconsejó que querer cambiar el albedrío de una persona no nos traerá la felicidad que queremos, es más, nos hará similares al enemigo de toda rectitud.

Finalmente, Judy compartió:

“Si desarrollan [su] relación con nuestro Salvador, Jesucristo, encontrarán su voz y podrán, una vez más, cantar la canción del amor redentor. Puede que no se sientan así en este momento al enfrentar [sus desafíos], pero les prometo desde lo más profundo de mi corazón, que lo volverán a sentir. Y cuando lo hagan, será la canción más hermosa que pudieran haber imaginado”.

Fuente: LdsLiving

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Comentarios
Saber una manera de actuar en esas circunstancias es magnífico para no undirce en la desesperación y otro sentimientos que calcomen el alma y el espiritu
Fermin Alvarado mena
Este artículo es la respuesta a mi oración y a mis preguntas gracias por compartir
Ana Evelyn Olivares Martinez

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