El divorcio es muy doloroso, ya que ambas partes salen perdiendo. Tanto el hombre como la mujer pueden resultar muy afectados por las consecuencias emocionales, familiares y económicas que conlleva un divorcio.
A ello, hay que agregar la figura del sellamiento, pues en la Iglesia de Jesucristo uno no solo se casa por la vía civil o terrenal, sino también por la ley de los cielos. El Señor ata en los cielos lo que se ata en la tierra.
Asimismo, si bien las legislaciones de los distintos países han facilitado la figura jurídica del divorcio, incluso gestionándolo de manera ágil, un sellamiento es mucho más complicado de anular.
Cancelar un sellamiento
En el Manual General de la Iglesia se expresa el proceso para solicitar la cancelación de sellamiento, el cual consta de aproximadamente 12 pasos, los cuales pueden tomar un largo tiempo.
Esta solicitud pasa por las manos del obispo, el presidente de estaca, las Oficinas Generales de la Iglesia por medio de LCR, y luego va directamente a la Primera Presidencia.
Evidentemente, es un proceso largo y angustiante. La aprobación de la solicitud depende de aquellos líderes.
Casarme después de un divorcio
Sin embargo, a diferencia de lo que se piensa, un divorcio es suficiente para comenzar una nueva vida matrimonial.
En primer lugar, un sellamiento solo se puede llevar a cabo después de un matrimonio civil, tal como lo señala el Manual:
“Un hombre y una mujer que se hayan casado por lo civil pueden ser sellados en el templo tan pronto como las circunstancias lo permitan si se cumplen las siguientes condiciones:
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- Ambos han sido miembros de la Iglesia por lo menos un año.
- Están preparados y son dignos”.
Por consiguiente, el numeral que procede a dicha directriz (38.4.1.2) aborda los sellamientos después de un divorcio.
En esta normativa se señala que si después de un divorcio, una mujer desea sellarse a su nuevo esposo, debe recibir la cancelación de ese sellamiento antes de ser sellada en vida a otro hombre.
En caso sea el varón el que desea sellarse a otra mujer, debe recibir una aprobación de sellamiento aun cuando el sellamiento anterior haya sido cancelado o la esposa anterior haya fallecido.
¿La Iglesia interviene?
Esto da a entender que no es necesaria una aprobación por parte de la Iglesia para poder casarse civilmente con una nueva persona después de un divorcio correctamente realizado según la ley.
Además, mientras el sellamiento esté activo, la persona puede gozar de las bendiciones de este.
Si un miembro se mantiene fiel a los convenios que realizó en el templo, recibirá todas las bendiciones prometidas, aun cuando el cónyuge de esta persona haya quebrantado los convenios o haya renunciado al matrimonio.
Toda la información brindada ha sido recopilada en base al Manual General de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Si deseas leer más al respecto, haz clic aquí.
*Imagen de portada por Breno Martins