Qué hacer cuando series, películas y musicales hablan mal de la Iglesia

series; películas

“Amiga, tengo miedo.

Eso fue lo que me contó, con nervios y vergüenza, una joven que tiene menos de un año y medio como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Una confesión que me tomó por sorpresa; especialmente porque es una chica que siempre muestra un semblante alegre y lleno de confianza. Pero la entendí inmediatamente.

Su familia nunca estuvo de acuerdo con su bautismo. Y con las recientes series, películas y, en general, diversa información que circula en Internet sobre los Santos de los Últimos Días, la oposición y presión que enfrenta son cada vez mayores.

pensamiento crítico y la fe

Las pruebas de fe pueden fortalecer nuestra fe. Imagen: Canva

Espectáculos de horror sobre la integridad de las misioneras en salas de cine de todo el mundo, relatos inexactos sobre los pioneros y el origen de la Iglesia en Netflix o historias de farándula acerca de nuestro estilo de vida en megaproducciones o redes sociales.

Es natural, sobre todo si no tenemos mucho tiempo como miembros, sentirnos abrumados por las críticas del mundo. Sin embargo, podemos aprovechar esta avalancha de menciones a la Iglesia como una oportunidad para fortalecer nuestro conocimiento sobre el evangelio.

No tenemos por qué sentir culpa si nos planteamos preguntas

¿Cómo fue restaurada la Iglesia de Jesucristo? Gracias a la pregunta de un jovencito de 14 años, quien a partir de su “falta de sabiduría”, buscó una respuesta. No se quedó sumiso e inerte ante su duda, sino que actuó con fe. Confiando en que su Padre Celestial le contestaría y aplacaría su confusión.

Si bien el artículo de hoy no podrá responder cada una de las preguntas sobre la historia, doctrina o principios de la Iglesia, sí podemos ofrecerte 3 verdades fundamentales sobre el evangelio que te ayudarán a hallar paz cuando tus dudas quieran derrotar a tu fe.

1. Nunca sabremos todo lo que Dios sabe

En la Tierra, nuestra visión está limitada y no vemos la perspectiva eterna del Padre en los cielos. Imagen: Internet

Aunque muchas veces puede ser frustrante no tener la respuesta o explicación a los diferentes sucesos de nuestra vida, si verdaderamente creemos que somos hijos de un Padre Celestial con todo el poder del mundo (y otros mundos), debemos entender que nuestra mente terrenal jamás podrá procesar todas las verdades eternas.

Si bien, como hijos e hijas de Dios, gozamos de una naturaleza divina; también tenemos un componente carnal que, inevitablemente, limita nuestro entendimiento.

Una realidad que el rey Benjamín explicó con lucidez:

“Creed en Dios; creed que Él existe, y que creó todas las cosas; creed que Él tiene toda sabiduría y todo poder, tanto en el cielo como en la tierra; creed que el hombre no comprende todas las cosas que el Señor puede comprender” (Mosíah 4:9).

Aquí en la Tierra, no contamos con la vista y perspectiva eterna que tiene nuestro Padre Celestial arriba en los cielos. Una condición necesaria para nuestro camino de regreso a Su presencia, porque si tuviéramos todas las respuestas disponibles, ¿cómo podríamos poner en práctica nuestra fe?

2. El Espíritu te dirá lo que debes saber

mujer leyendo las escrituras

El Espíritu Santos nos dirá la verdad de todas las cosas. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Aunque en esta vida nunca podremos —siquiera— acercarnos a saber todo lo que Dios conoce, Él está ansioso de testificarnos de las cosas más importantes. Y todas ellas las podemos aprender con absoluta y perfecta certeza a través del Espíritu Santo. 

Así nos lo enseñó el profeta Nefi, quien tuvo la humildad para reconocer su limitado conocimiento, pero compartió una verdad fundamental

“Sé que [Dios] ama a sus hijos; sin embargo, no sé el significado de todas las cosas (1 Nefi 11:17).

Muchas veces, las personas en el mundo creen que, para pertenecer a una religión, necesitamos conocer absolutamente todo alrededor de ella. Y nos sentimos frustrados cuando no podemos responder alguna pregunta sobre nuestra fe.

Pero, ya sea desde el campo espiritual o científico, jamás podremos tener las respuestas para todo. Tener un título profesional no significa que ya sé todo sobre mi carrera. Pero sí implica que manejo conocimientos elementales para desarrollarme. Y así también sucede con nuestro testimonio.

Mientras comprendamos las verdades básicas del evangelio, podremos testificar con autoridad sobre su veracidad. Busquemos la guía del Espíritu Santo para que nos revele estas enseñanzas valiosas; entre las cuales se encuentran:

  • Hay un Dios que es, verdaderamente, nuestro Padre Celestial y que tiene un plan divino para nosotros.
  • Jesucristo es el Salvador del mundo y realizó la expiación infinita por mí, por ti y por toda la humanidad. 
  • El evangelio de Jesucristo fue restaurado por medio del profeta José Smith.
  • El Libro de Mormón es la palabra de Dios.
  • El Señor dirige Su Iglesia hoy en día por medio de profetas videntes y reveladores.

3. Dios te confirmará la verdad

Respuestas del Padre Celestial

El Señor anhela que busquemos un testimonio propio. Imagen: Pinterest

Una vez que llegamos a comprender los principios y la doctrina fundamental del evangelio, esto nos permite seguir obteniendo revelación

Porque, aunque muchos críticos de la religión creen que nos quieren imponer una obediencia ciega, nuestros líderes y profetas vivientes nos alientan constantemente a buscar la verdad por nosotros mismos

Así lo declaró el presidente Russell M. Nelson:

“Quizás no siempre comprendas todas las declaraciones del profeta viviente. Pero al saber que el profeta es un profeta, puedes acudir al Señor con humildad y fe, y pedir Su testimonio sobre cualquier cosa que el profeta haya proclamado”.

Si no entiendes algún pasaje de las Escrituras o mensaje de los apóstoles o el profeta, no tengas vergüenza ni mucho menos sientas culpa. Por el contrario, aprovecha esa duda para acercarte a tu Padre Celestial y pedirle por comprensión y discernimiento. 

Ya que Dios no quiere que simplemente le obedezcamos, sino que tomemos la decisión personal y consciente de cumplir con Su voluntad:

“Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7).

Cuando entendemos los propósitos e intenciones de Dios con Sus mandamientos, no solo es fácil obedecerle, sino que también somos felices al hacerlo. Y nada llena de mayor gozo a nuestro Amoroso Padre que ver el progreso de Sus hijos. Que se esfuercen por obtener conocimiento y perseveren hasta el fin.

No es un camino sencillo. Requiere diligencia, estudio y valentía, porque hasta el propio Salvador sufrió de burlas y oposición que le causaron una profunda tristeza (Mateo 26:38), pero nunca olvides que tienes al Todopoderoso y Rey del universo de tu lado.

Y recuerda siempre esta divina promesa del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

“Con la fe, vienen pruebas de fe que traen mayor fe.

Fuente: Meridian Magazine

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