La religión de los Santos de los Últimos Días se fundamenta, en su totalidad, en la Autoridad del Sacerdocio. Sin embargo, muchos miembros cometen equivocaciones sobre el sacerdocio. Aquí, te mostraré 4 equivocaciones sobre el sacerdocio.
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Todas las declaraciones de la religión de los Santos de los Últimos Días descansan sobre la llamada autoridad divina también conocida como el sacerdocio. Entender la doctrina del sacerdocio también es importante para comprender la restauración. Por eso, satanás busca destruirlo.
Satanás sabe que solo por medio de las ordenanzas del sacerdocio se revelarán los poderes de la divinidad. (DyC 84: 19-22) Entonces, si satanás puede hacer que cometamos equivocaciones sobre el sacerdocio, nos bloqueará el acceso a los poderes de Dios.
“El mismo poder del sacerdocio que creó mundos, galaxias y el universo puede y debe ser parte de nuestra vida para socorrer, fortalecer y bendecir a nuestra familia, nuestros amigos y nuestros vecinos.” M. Russell Ballard
Solo se piden las bendiciones del sacerdocio cuando falla todo lo demás
Cuando se me ordenó como élder, recuerdo que el Élder Bruce R. McConkie me enseñó esta verdad: “Somos Sus agentes. Lo representamos a Él. Se espera que hagamos y digamos lo que Él haría y diría si personalmente estuviera ministrando entre los hombres en este tiempo.” Esto me llamó la atención, necesito prepararme y ser digno en todo momento para actuar y mantenerme en los lugares del Salvador. Todo poseedor del sacerdocio debe enfocarse en el sacerdocio de esta manera para honrar el sacerdocio. El Presidente Boyd K. Packer enseñó: “Cuando la autoridad del sacerdocio se ejerce como es debido, los portadores del sacerdocio hacen lo que Él haría si estuviera presente.”
Los miembros también necesitan dejar estas equivocaciones sobre el sacerdocio y empezar a verlo de esta manera: El llamado al sacerdocio es el llamado de Cristo. Imagina que estás entre las multitudes en la tierra de Abundancia cuando Cristo declaraba:
“¿Tenéis enfermos entre vosotros? Traedlos aquí. ¿Tenéis cojos, o ciegos, o lisiados, o mutilados, o leprosos, o atrofiados, o sordos, o quienes estén afligidos de manera alguna? Traedlos aquí y yo los sanaré, porque tengo compasión de vosotros; mis entrañas rebosan de misericordia.” (3 Nefi 17:7)
Cuál de los presentes diría “no estoy tan enfermo.” “Tengo los mejores doctores nefitas trabajando en esto, estaré bien.” O, “No deseo incomodarlo.” Incluso, pensarlo es ridículo.
Por eso, debemos dejar esas equivocaciones sobre el sacerdocio de lado y seguir el consejo del Presidente Dallin H. Oaks: “No duden en pedir una bendición del sacerdocio cuando necesiten del poder espiritual.” O, el consejo que se da en el nuevo testamento “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia.” (Santiago 5:14) Seguramente debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para recuperarnos, pero también debemos invocar los poderes de Dios para curarnos.
“Se ha restaurado el poder del sacerdocio para esta tierra, y aun así muchos hermanos y hermanas atraviesan pruebas terribles en la vida sin recibir la bendición del sacerdocio verdadero. ¡Qué tragedia! Esa es una tragedia que podemos eliminar.” Russell M. Nelson.
Creer que los milagros solo se realizan por medio del sacerdocio
Una de las equivocaciones sobre el sacerdocio que enseña satanás es que los milagros se realizan solo mediante el sacerdocio. Esta mentira es peligrosa porque los milagros se realizan a través de la fe. Incluso, Jesucristo les dice a aquellos que Él curó “tu fe te ha sanado.” (Marcos 5:34). Además, aunque los Santos de los Últimos Días tengan las llaves de la autoridad del sacerdocio, NO tenemos las llaves de la fe. Existen muchas personas justas de todas las denominaciones que tienen la fe necesaria para producir milagros.
La razón por la que esto es tan importante de entender es que conozco a muchos miembros que tienen crisis de fe cuando escuchan y sanan en otras iglesias. Luego, cometen equivocaciones sobre el sacerdocio. Sin embargo, incluso en los tiempos de Cristo hubo personas que realizaban milagros en Su nombre por medio de la fe y no eran parte de Su iglesia. La fe es el poder de curar.
Entonces, si la fe es un agente de curación, ¿por qué uno necesita recurrir al sacerdocio? Porque el sacerdocio complementa la fe del enfermo. Cuando alguien llama a los poseedores del sacerdocio para que lo bendigan en verdad está diciendo “Señor, tengo fe.” Y mientras que su fe sea una en la búsqueda de una bendición por medio de la virtud del poder y la autoridad del sacerdocio, la promesa es que los poderes divinos se manifestarán.
“Las palabras pronunciadas en una bendición de salud pueden edificar y vigorizar la fe de los que las escuchan, pero el efecto de la bendición depende de la fe y de la voluntad del Señor, no de las palabras pronunciadas por el élder que ofició.” Dallin H.Oaks
Nos referimos a los poseedores del sacerdocio como “el sacerdocio”
Dentro del sacerdocio existen algunos términos importantes que tenemos que entender – para dejar de cometer equivocaciones sobre el sacerdocio. Primero y más importante es que los hombres de la iglesia no son el sacerdocio, pero solo ellos lo pueden poseer. Cuando a un hombre se le ordena el sacerdocio, el sacerdocio se confiere sobre él y posteriormente, se le ordena un oficio y se le da la autoridad de ese oficio que posee. Esto lo hace un poseedor de la autoridad del sacerdocio. Sin embargo, solo poseer la autoridad del sacerdocio no es suficiente, ese hombre tiene que vivir digno o le faltará el poder del sacerdocio que le brinda esta esta ordenación.
Además, cuando se realiza la ordenanza del sacerdocio se efectúa por medio de la virtud del sacerdocio, no por la virtud del hombre. Por lo tanto, – aquí va una de las equivocaciones sobre el sacerdocio – si un sacerdote indigno bendice la Santa Cena, podría beber la maldición de su alma. Sin embargo, la Santa Cena se efectuó por medio de la virtud del sacerdocio y por eso, aun es válida. Además, algo que debemos notar, según me enseñaron es que ese tipo de ordenanzas son válidas incluso si se olvidan palabras, repetimos la ordenanza no para darle validez sino para mostrar respeto.
“Siempre debemos recordar que los hombres que poseen el sacerdocio no son ‘el sacerdocio.’” Dallin H. Oaks.
No hablamos sobre el orden patriarcal del sacerdocio
En el Sacerdocio de Melquisedec, el orden más alto se llama “orden patriarcal.” Diferente a los oficios que se les ordena a los hombres, este orden patriarcal del sacerdocio no se celebra por medio de otorgamiento y ordenación. El orden patriarcal del sacerdocio se celebra durante la ordenanza de Sellamiento en el templo. Se celebra de manera conjunta entre el esposo y la esposa. Su propósito principal es fortalecer a la pareja para recibir la exaltación y ser dioses. Sin celebrar este orden uno no puede entrar al grado más alto del reino celestial.
Por eso, siempre se resaltan tanto los sellamientos en el templo. No obstante, también es importante entender que si no tienes la oportunidad de sellarte y continúas siendo fiel a los convenios. Entonces, no se te negarán las bendiciones de un matrimonio eterno en el Milenio.
Además de las comunes equivocaciones sobre el sacerdocio…
*Es importante recalcar que aunque a las mujeres no se les ordene los oficios del sacerdocio, en el templo ellas administran ordenanzas del sacerdocio. Nombran la Iniciatoria y la Investidura además celebran el orden patriarcal del sacerdocio cuando se sellan.
“Eva sirvió en compañía matriarcal con el sacerdocio patriarcal.” Russell M. Nelson
Artículo originalmente escrito por y publicado en mylifebygogogoff.com con el título “4 Ways Mormons Get The Priesthood Completely Wrong.”