Mi esposo no cumple con sus responsabilidades, ¿qué puedo hacer?

Responsabilidades esposo

Pregunta

¿Cómo puedo superar el resentimiento que siento hacia mi esposo? Él ha estado desempleado desde hace varios años y no he visto ningún esfuerzo de su parte para proveer por nosotros, su familia, especialmente para nuestros 4 hijos.

A veces pienso en dejarlo a fin de enseñarle una lección, pero es entonces cuando recuerdo mis convenios y decido quedarme.

Es difícil sobrellevar esto, ya no disfruto de mi matrimonio.

Respuesta

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Que tu esposo no cumpla con sus responsabilidades puede hacerte sentir sola, frustrada, traicionada y en una encrucijada. Fuente: Huffpost

Entiendo que te debes sentir sola, frustrada, traicionada, insegura y lastimada, especialmente porque perteneces a un hogar Santo de los Últimos Días donde se espera que el hombre sea quien lidere y provea para el hogar.

Por momentos, pensé que lo mejor sería enviarte escrituras y declaraciones proféticas, pero todo aquello ya lo sabes tú y tu esposo.

¿Qué le impide a tu esposo cumplir con sus responsabilidades?, entiendo que no solo está desempleado, sino que tampoco se esfuerza por conseguir un trabajo.

Estar desempleado y ser padre de familia no es un pecado. Si ambos han decidido que tú, la esposa, sea quien mantenga y provea en el hogar, entonces es comprensible.

Si está desanimado porque falló al intentar buscar un trabajo y mantenerlo, anímalo a que lo siga intentado y dile que crees en él. Imagen: Canva

Si bien “La Familia Una Proclamación Para El Mundo” declara que los esposos son los principales responsables por proveer y las esposas son principalmente responsables de criar a sus hijos, también dice que “en estas responsabilidades sagradas, los padres y las madres, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro” y reconoce que “las circunstancias pueden requerir una adaptación individual”.

Tal vez tu esposo está atravesando por algún problema psicológico. Tal vez tiene miedo de no ser suficiente, de fallar, e incluso puede estar pasando por un cuadro de depresión y ansiedad que le impide actuar.

No siempre se trata de pereza y apatía, los miedos e inseguridades son humanos.

Si no busca un trabajo porque simplemente no quiere y nunca lo hará, entonces tienes que decidir y tomar acción. Imagen: Canva

Si no busca un trabajo por miedo, depresión o inseguridad, existe terapia para ello. Si está desanimado o desganado porque falló al intentar buscar un trabajo y mantenerlo, anímalo a que lo siga intentado y dile que crees en él.

Pero, si no lo hace porque simplemente no quiere y nunca lo hará, entonces tienes que decidir y tomar acción.

El presidente Gordon B. Hinckley, mientras alentaba a las parejas a permanecer casadas y resolver sus problemas, dijo

“A veces existen causas legítimas para el divorcio. No puedo decir que nunca es justificado”.

“Una causa justificada [de divorcio] no debe ser nada menos serio que una situación prolongada y evidentemente irreversible en la que se va destruyendo la dignidad de una persona como ser humano”. Imagen: Canva

Asimismo, el presidente James E. Faust enseñó:

“Confieso que no creo poseer ni la sabiduría ni la autoridad para definir lo que es una “causa justificada”; sólo los cónyuges pueden determinarlo, y sobre ellos recae la responsabilidad de la cadena de consecuencias que inevitablemente tienen lugar cuando no se honran esos convenios.

En mi opinión, una “causa justificada” no debe ser nada menos serio que una situación prolongada y evidentemente irreversible en la que se va destruyendo la dignidad de una persona como ser humano”.

No tomo el divorcio a la ligera, ni tampoco te estoy diciendo que lo hagas. Te estoy diciendo que, analizando lo que escribiste, albergas resentimiento porque te sientes atrapada y atada por la eternidad con alguien que te hace sentir que no te ama, no te valora ni respeta. 

Sin confianza no hay relación y sin arrepentimiento no hay confianza. Imagen: Canva

Si te vas, no será para darle una lección, será porque, por un tiempo prolongado, tu relación aparentemente ha sido irremediable y eso está destruyendo tu dignidad. 

Si te vas, desde mi perspectiva, debería ser porque sientes que tu esposo ya ha quebrantado sus convenios y la confianza se ha roto y perdido.

Sin confianza no hay relación y sin arrepentimiento no hay confianza.

Cristo nos mandó a perdonar. Él nunca nos mandó a confiar. 

Perdonarlo significará desear sinceramente lo mejor para él, lo que incluirá, con pruebas y humillaciones, ayudarlo a tomar mejores decisiones. Imagen: Canva

Si te quedas, puedes superar aquel resentimiento al ver a tu esposo con ojos de compasión debido a lo que pueda estar impidiéndole cumplir con sus responsabilidades. Puedes amarlo sin esperar nada a cambio, pero eso no significa que lo justifiques, sino que lo aceptas.

Si te quedas o te vas, sanarás el resentimiento al perdonarlo. Él no es una víctima y lo que se está negando a sí mismo es triste, ya que les provoca dolor a ti y a tus hijos. 

Perdonarlo significará desear sinceramente lo mejor para él, lo que incluirá, con pruebas, ayudarlo a tomar mejores decisiones. 

Élder Holland. Créditos: Nick Adams, for the Church News

Para resumir, el élder Hollando lo explicó perfectamente:

“’Perdonad, y seréis perdonados’, enseñó Cristo en tiempos del Nuevo Testamento; y, en nuestros días: ‘Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres’. No obstante, es importante que cualquiera de ustedes que viva con verdadera angustia tenga en cuenta lo que no dijo.

Él no dijo: ‘No se les permite sentir dolor verdadero ni pesar real por las devastadoras experiencias que hayan tenido por culpa de otra persona’.

Ni tampoco dijo: ‘A fin de perdonar totalmente tienes que volver a una relación tóxica, o volver a circunstancias destructivas y de maltrato’. No obstante, a pesar de las ofensas más terribles que nos puedan sobrevenir, solo podemos elevarnos por encima de nuestro dolor al poner los pies en la senda de la sanación real. Tal senda es la senda del perdón que anduvo Jesús de Nazaret, quien nos invita a cada uno de nosotros: ‘Ven, sígueme’”.

Que Dios te guíe en las decisiones que debas tomar. 

Fuente: LDS Living

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