Cuando los jóvenes se ensucian las manos, el corazón se limpia

Hace algunos años, la familia de un líder de jóvenes decidió pasar la Navidad lejos del típico árbol y los regalos. En lugar de eso, viajaron hasta Puerto Peñasco, México, con un propósito diferente. Lo que los hijos recibieron esa mañana no fueron juguetes ni dulces, sino guantes de trabajo y gafas de seguridad. El plan era ayudar a construir casas para personas que las necesitaban.

Al principio hubo caras largas, pero al final de la semana, mientras veían las viviendas terminadas, los gestos cambiaron. La experiencia de servir había despertado algo más profundo que cualquier regalo. Esa Navidad quedó grabada en su memoria como una de las más significativas.

Servir cambia la forma en que vemos a los demás

El rey Benjamín enseñó: 

Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios – Mosíah 2:17

Esta cita, aparte de repetirla en la Primaria y en nuestros estudios personales, es una fórmula real para encontrar paz y sentido.

Cuando estamos desanimados, una de las maneras más efectivas de sentir gozo verdadero es dejar de pensar en nosotros y buscar cómo ayudar a alguien más. En ese momento empezamos a ver con más claridad, y a las personas como Dios las ve.

El presidente Spencer W. Kimball dijo una vez: 

Dios nos tiene en cuenta y vela por nosotros; pero por lo general, es por medio de otra persona que atiende a nuestras necesidades. – Spencer W. Kimball

Esa es la razón por la que el servicio no debería ser un plan ocasional sino una parte constante de nuestras vidas, especialmente en la juventud.

Formar discípulos empieza con pequeños actos

Si queremos que los jóvenes se sientan parte del reino de Dios y se conviertan en discípulos de Cristo de por vida, tenemos que enseñarles a servir desde temprano, en actividades significativas y variadas. No siempre es necesario salir del país. A veces basta con ayudar a un vecino, visitar a alguien que está solo o colaborar con un proyecto en la comunidad.

En la parábola del buen samaritano (Lucas 10:30–37), el que tuvo compasión fue el que, en teoría, menos afinidad tenía con el herido. Jesús nos muestra que servir no depende de nuestras similitudes con los demás, sino de nuestra disposición a actuar con amor.

El servicio mejora la salud emocional de los jóvenes

Un estudio de la Universidad Brigham Young de 2018 encontró que los adolescentes que ayudan a desconocidos tienden a mejorar su autoestima, gratitud y esperanza. ¿La razón? Servir fuera de su entorno habitual les hace sentir que pueden impactar el mundo, que su ayuda vale y que son necesitados más allá de su círculo cercano.

Eso es especialmente valioso entre los 12 y 16 años, una etapa donde muchos enfrentan retos emocionales importantes. El servicio, en ese contexto, no es solo algo bonito. Puede ser una herramienta clave para su bienestar.

JustServe: una herramienta con propósito

La Iglesia ha creado la plataforma JustServe para conectar a quienes tienen necesidades con quienes quieren ayudar. Esta herramienta abre puertas para que los jóvenes descubran organizaciones, causas y personas con las que quizás nunca hubieran interactuado.

Al participar en proyectos a través de JustServe, los jóvenes pueden vivir aquello que repiten en el lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico: 

En la medida en que me esfuerce por servir, ejercer la fe, arrepentirme y mejorar cada día, calificaré para recibir las bendiciones del templo y el gozo duradero del Evangelio.

Cuando el servicio se convierte en parte de la vida diaria, el evangelio deja de ser solo palabras y se vuelve experiencia. En esa transformación está el verdadero poder de ayudar a nuestros jóvenes a crecer espiritualmente.

Fuente: Church News 

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