Cuando tu vida no va como lo planeaste – Una hermosa verdad que podemos recordar

fe y esperanza

“La importancia de la fe es que está centrada en Jesucristo, que independientemente del resultado, tu fe puede permanecer intacta porque confías en Él.”

No sé tú, pero yo tenía un “plan A” para mi vida. Seguramente no soy la única chica que intentó planificar su vida. Recuerdo que un día me senté con algunas de mis amigas cuando estábamos en la universidad. Estábamos discutiendo mi “plan A”, y eso llevó al “plan B” … lo que me llevó a pensar en el “plan C”.

perdonar

En cierto modo escribí casi todos los planes para mi vida y me di cuenta de que ya estaba en el “plan K”. Y eso fue un problema porque para ese tiempo aún no había servido una misión. Para el momento en que me fui a la misión, me encontré más allá del “plan K”.

Varios años más tarde, después de la misión, me encontraba con otro grupo de amigos, pasábamos casi por lo mismo, y para entonces estaba en el “plan W”.

Es seguro decir que ahora pasé al alfabeto griego, ¿tal vez planee “kappa”?

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Vivir con fe

Dios

En su discurso de la Conferencia General de abril de 2011, el Elder Dallin H. Oaks dijo: 

“Cuando tenemos una visión de lo que podemos llegar a ser, nuestro deseo y nuestro poder para actuar aumentan enormemente.”

Debemos tener una visión de la vida que Dios espera que vivamos.

Una de mis historias favoritas de las Escrituras es la historia de José de Egipto. ¡Cómo me encanta esta historia! Creo que es fascinante porque a la edad de diecisiete años, José tuvo literalmente una visión de quién y en qué podía convertirse.

Le quedó muy claro que su vida estaba destinada a ser algo único y que él estaba destinado a algo especial. Y, tal vez porque estuvo algo emocionado al respecto, sus hermanos se cansaron de que contara la historia una y otra vez.

Para resumir esa larga historia, sus hermanos terminan poniéndolo en un foso, el cual fue la mejor alternativa para José porque un par de sus hermanos pensaron que deberían matarlo. No sé tú, pero si hubiera sido José de Egipto y me hubieran arrojado al foso, mi yo optimista, que busca ver lo bueno en el peor de los casos, hubiera hecho una aparición.

“Joseph and his Brethren” by George Frideric Handel

Probablemente hubiera dicho algo como: 

“Hmmm. ¿Acaso no es esto interesante? Pensé que estaba destinada a algo realmente especial. Ahora estoy en este hoyo. Supongo que me quedaré en el hoyo y no pediré salir porque si Dios no me quisiera en el hoyo, no me habría puesto aquí en primer lugar. Sí, me quedaré aquí y seré la mejor chica que haya estado en un hoyo hasta que Él elija sacarme de acá.”

Como si eso no fuera suficiente para José, después del foso, estos mismos hermanos lo venden como esclavo. Tal vez mi yo optimista hubiera dicho algo así como: 

“Mira como son las cosas, ahora soy una esclava. Ni siquiera pedí salir del foso. Eso es bonito. No estoy realmente segura de que es lo que se supone debo hacer como esclava, pero ciertamente no pediré ayuda porque no la pedí la primera vez y mira a dónde me llevó. Así que sólo me voy a quedar aquí y ser la mejor esclava que haya existido.”

José Smith

Y luego, como si eso no fuera suficiente, José terminó en la cárcel. No sé tú pero esa no hubiera sido la peor situación para i yo optimista, porque de lo contrario hubiera significado que abandoné todo lo que creía saber acerca de Dios.

De lo contrario, estoy bastante segura de que me habría convencido totalmente de que mi visión inicial era sólo un sueño o algo que no se había entendido bien o que estaba claramente destinada para otra persona.

¿José, por otro lado? Parece que nunca perdió de vista su comprensión de lo que se suponía que debía hacer y de quién se suponía que era.

José recibió una visión. Nunca renunció a la visión de lo que podía llegar a ser porque el Señor estuvo con Él. El Señor estuvo con él en el foso aún cuando no podía ver una salida. El Señor estuvo con él cuando era un esclavo. El Señor estuvo con él en la cárcel, cuando sintió que estaba en una caja de la que no podía escapar.

Tres elementos clave

adoración en el templo

Mientras leía esa historia, recordé todas las veces en las que el Señor estuvo conmigo. Estuvo conmigo en los fosos de mi vida. Estuvo conmigo cuando me sentí esclava de pensamientos, hábitos y comportamientos que había dejado atrás. Estuvo conmigo cuando estuve en la cárcel y me sentí atrapada por los límites que me yo misma me traje como consecuencia.

Se nos ha enseñado que para ejercer verdaderamente el poder de la fe en nuestras vidas, necesitamos tener tres cosas. El primero: el conocimiento de que Dios existe. Segundo: una correcta comprensión de Sus atributos. Tercera: el curso de vida que seguimos que es aceptable para Él (Lectures on Faith, 38).

Una de mis frases menos favoritas es “Hoy es el primer día del resto de mi vida”. Creo que solía tenerlo pegado en mi refrigerador con un imán; sin embargo, esa frase ya no me gusta porque siento que quita todos los otros días que me llevaron hasta donde estoy ahora. 

Solía ​​ser la reina de los nuevos comienzos, y, confesándolo, todavía lo soy. Me gusta saber que tengo un nuevo día para comenzar. Me encanta recibir una nueva hoja en blanco y un “empezar desde hoy”. Así mismo, un nuevo comienzo no debería venir a costa de reconocer todos los otros días que me hicieron quien soy. Todos somos producto de todos nuestros “días no tan buenos”.

fe y esperanza

Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que no estoy en el plan K. No estoy en el plan W. No estoy en el plan Kappa.

Estoy en el plan A.

Simplemente no sabía que este era mi plan A.

Pero amo el lugar en donde me encuentro porque este era Su “plan A” para mí. Donde me encuentro no es una sorpresa para Dios. Donde te encuentres hoy no es ninguna sorpresa para tu Padre Celestial. No estás más adelante de lo que Él pensó que estarías. No estás más atrás detrás de donde Él pensó que estarías. Estás justo donde Él sabía que estarías.

Ahora, eso no significa que Él deseó alguna de las cosas difíciles que pasaste en tu vida. Es que Él sabía que este sería tu “plan A” y una vez que sabemos que estamos viviendo nuestro “plan A”, cambia completamente nuestra capacidad de vivir con fe.

Pasé demasiado de mi vida enfocando mi fe en un resultado. Luego, cuando el resultado no sucedió como lo planeé, pensé que era porque había algo malo en mi fe.

conferencia general

La importancia de la fe es que está centrada en Jesucristo, que independientemente del resultado, tu fe puede permanecer intacta porque confías en Él y confías en Su poder y confías en Su misericordia y confías en Su gracia.

Pasé demasiada parte de mi vida confundida en cuanto a la esperanza y la fe y la diferencia entre esas dos cosas.

Esto es lo que he aprendido sobre la esperanza y la fe:

La esperanza es sobre querer lo que deseo. Y está bien querer cosas y tener deseos y esperar esas cosas.

La fe es querer lo que Dios desea para ti. Eso no es fe enfocada en un resultado, es tener fe en el plan que tiene Él para ti, tu “plan A”. Vivir con fe.

Este artículo fue escrito originalmente por Laurel Christensen y es una adaptación del libro “The Faith Experiment” y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “When Your Life Doesn’t Turn Out How You Planned: One Beautiful Truth to Remember

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