Nota del autor: Aunque The New York Times logró capturar la atención generada por el nuevo diseño “sin mangas” de los gárments del templo, pasó por alto el verdadero trasfondo.

Esta respuesta busca ahondar en lo que realmente simboliza esta prenda sagrada, por qué la modestia va mucho más allá de la cantidad de tela que se usa, y cómo el guardar convenios nos abre la puerta a la revelación personal, no a conclusiones apresuradas.

Recuerdo la primera vez que elegí usar ropa “modesta” de manera consciente. Tenía 12 años, acababa de entrar a la clase de Abejitas en la organización de las Mujeres Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y estaba comprando ropa de verano.

Mi acompañante tomó una blusa sin mangas del perchero y me la mostró: “¿Qué tal esta?”, me preguntó.

Imagen: Canva

“Está bonita…”, respondí con algo de duda. Y lo era. Había usado muchas blusas parecidas durante mi niñez sin pensarlo mucho. Pero después de unos domingos en las Mujeres Jóvenes, empecé a ver la falta de mangas como algo peligroso, tanto para mí como para quienes me rodeaban. “Pero no tiene mangas”, añadí tímidamente.

Ella volvió a mirar la blusa. “¿Y eso qué tiene?”

“No es modesta”, respondí.

Se rió un poco. “Ah, bueno, no tienes por qué preocuparte por eso”.

Me sentí un poco escandalizada, sin entender que no se burlaba de la modestia, sino que señalaba con sutileza que yo era una todavía una preadolescente en desarrollo como para preocuparme por esas cosas.

Yo insistí en que la Iglesia lo enseñaba con claridad, y dejamos la blusa en su lugar. Desde entonces, hice lo posible por elegir ropa que cumpliera con los estándares de modestia del folleto Para la Fortaleza de la Juventud.

mujeres jóvenes
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

No me arrepiento de la fe sencilla que me llevó a seguir esa norma, pero con el tiempo he empezado a cuestionar la rigidez de esos estándares. No el valor de la modestia en sí, sino si lo que me habían enseñado (qué es, por qué es necesaria, cómo vivirla) realmente reflejaba las expectativas de Dios o las exigencias de una cultura de pureza.

Historias como la mía no son poco comunes, y reflejan una cultura más amplia donde la modestia se enseñó a menudo priorizando reglas en vez de principios. Aunque la intención original tal vez era promover reverencia y respeto por el cuerpo, mucho del mensaje que nos llegó estaba profundamente equivocado.

Es en ese contexto complejo donde las conversaciones sobre los gárments del templo, la modestia y la fe personal siguen evolucionando.

En lo que acertó el New York Times y lo que pasó por alto

nuevos diseños de gárments
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En su artículo “The Sacred Undergarment That Has Mormon Women Buzzing” (“La ropa interior sagrada que tiene a las mujeres mormonas hablando”), la periodista Lauren Jackson explora la importancia de los gárments del templo en la cultura de los Santos de los Últimos Días, y cómo un nuevo diseño ha generado entusiasmo y debate entre mujeres que equilibran fe, moda y modestia.

El artículo destaca el entusiasmo de muchas mujeres por el nuevo diseño del gárment superior sin mangas, como lo muestran las experiencias de influenciadoras entrevistadas. Aunque este diseño no está disponible en Estados Unidos, algunas miembros lograron obtenerlo gracias a familiares o amigos que viven en zonas donde ya se ofrece.

Una influencer comentó:

“Dije: las quiero ya. Las conseguiré como sea. Iré hasta Japón si es necesario”.

Otra dijo que, después de asistir a la Iglesia con un vestido sin mangas, otras hermanas se le acercaron para preguntarle cómo conseguir los nuevos gárments.

“Las mujeres en Utah harán lo que sea”, expresó.

No obstante, el artículo también presenta el cambio como un intento sorpresivo y confuso por parte de la Iglesia por para “dar fin a reglas de modestia estrictamente aplicadas”. Incluso sugiere que podría tratarse de un intento por mejorar su “imagen pública” al permitir que las mujeres miembros se vistan de manera más similar a quienes no pertenecen a la Iglesia.

Aunque esta conclusión refleja la reacción de algunos miembros y exmiembros, simplifica demasiado los múltiples factores que moldean nuestra comprensión de la ropa sagrada, la modestia y los convenios.

La realidad física de usar los gárments del templo

comprar gárments
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Voy a decirlo claro: usar los gárments del templo puede ser difícil, física, social y emocionalmente. Muchas mujeres fieles han expresado frustración con los estilos, telas y funcionalidad, incluyendo molestias o complicaciones de salud, como infecciones por hongos.

Estas experiencias salieron a la luz en otro artículo del NYT, que presentó el caso de Sasha Piton, cuyos gárments le provocaban erupciones dolorosas. Sus publicaciones francas en redes sociales, combinadas con la atención nacional que recibió, parecieron dar permiso tácito a muchas hermanas para compartir sus propios desafíos.

¿Es posible honrar el propósito sagrado de los gárments y a la vez reconocer el costo que algunas mujeres han llevado en silencio por años? El anuncio de nuevos diseños el año pasado, incluyendo los gárments superiores sin mangas y las enaguas, indica que la Iglesia está intentando hacer precisamente eso.

Si bien se indicó que el propósito principal es servir mejor a los miembros en climas calurosos, algunas mujeres entrevistadas por Jackson expresaron el deseo de que el cambio también facilite más libertad en la moda, frente a expectativas que parecen cada vez más desconectadas del diseño actual.

Ideología y cultura vs. principios eternos

mujer con ropa de manga corta
Imagen: Canva

El artículo acierta al captar el entusiasmo, el alivio y el sentimiento de inclusión que produce un rediseño tan esperado, pero se equivoca al asumir que una blusa estilo “tank top” representa un cambio doctrinal sobre la modestia en la Iglesia.

Vale la pena detenerse a pensar por un momento y distinguir entre el diseño de ropa sagrada y las decisiones sobre ropa exterior. En efecto, la Iglesia ha actualizado cómo enseña la modestia: la versión 2022 de Para la Fortaleza de la Juventud eliminó referencias explícitas al largo de la ropa, enfocándose más en principios como el respeto al cuerpo y el deseo de seguir a Jesucristo.

Yo veo esto como una corrección importante a ideas culturales sobre la modestia que se habían arraigado en la enseñanza de los Santos de los Últimos Días. Esta nueva guía afirma el albedrío personal y desplaza la responsabilidad de los pensamientos impuros del cuerpo de las mujeres hacia el corazón y la mente de quienes eligen alimentar esos pensamientos.

Asimismo, nos invita a preguntarnos si tiene sentido sexualizar ciertas partes del cuerpo. Si alguna vez los tobillos escandalizaban, quizás los hombros descubiertos merecen un nuevo análisis.

Ahora bien, ningún líder de la Iglesia ni publicación oficial ha dicho que un gárment sin mangas significa tener “permiso” para vestir prendas sin mangas. Y dado el énfasis actual en seguir la guía del Espíritu más que reglas estrictas, difícilmente lo harán.

Lo que nos deja con la pregunta: ¿está bien usar blusas sin mangas, o no?

Aferrarse a Cristo, no a una costura

Imagen: Canva

El verdadero riesgo aquí no es mostrar los hombros, sino usar el diseño de los gárments del templo como justificación para hacerlo. Si los miembros interpretan un nuevo estilo como una señal encubierta de aprobación, podrían pasar por alto una responsabilidad más profunda y personal: la de buscar revelación y vivir con integridad espiritual.

Al mirar los múltiples rediseños de los gárments desde la Restauración, queda claro que nunca fueron un estándar para medir cuánta piel debemos cubrir. Son un recordatorio físico y diario de los convenios sagrados que hacemos en el templo, una representación de la protección espiritual que recibimos a través de Jesucristo.

Aunque es tentador vincular el diseño de los gárments con lo que “se permite” o “no se permite”, la realidad es mucho más personal. Cada miembro debe considerar en oración lo que significa mostrar respeto por su cuerpo, honrar sus convenios y vestir de acuerdo con su conciencia y la guía del Espíritu.

Al final del día, podemos estar agradecidos por el alivio, la comodidad y hasta la alegría que un rediseño ha traído a muchas mujeres fieles. Pero no confundamos ese cambio físico con uno espiritual.

El propósito de los gárments del templo no ha cambiado, ni sus bendiciones, ni la invitación sagrada que representan. Nuestro compromiso no es con un estilo ni con un corte, sino con Cristo. Y es en ese enfoque donde encontramos claridad para avanzar con integridad.

¿Entonces, agregaré una blusa sin mangas a mi guardarropa? Aún no lo sé. Pero use o no use los hombros al descubierto, espero que midamos nuestro discipulado, y el de los demás, por las maneras silenciosas y diarias en que honramos nuestros convenios, no por el tipo de prenda que llevamos puesta.

Fuente: LdsDaily

Video relacionado

También te puede interesar