Soy gay y negro, ¿dónde encajo en la cultura de la Iglesia de Jesucristo?

gay y negro Arteh Odjidja

El Señor no obstaculizará el camino que nos lleva a obtener nuestro propio testimonio. Es a través de las pruebas que obtenemos la sabiduría y la fortaleza para poder resistir las tormentas que intentan debilitar nuestra fe.

Crecer con atracción hacia personas del mismo sexo fue una experiencia de aislamiento. Sentía que mi vida era contraria a todas las enseñanzas con las que había crecido como cristiano en una familia ghanesa-británica de primera generación.

A medida que crecía, comencé a descubrir mi pasión y talento por la fotografía, encontré formas de empoderar a las personas al contar sus historias a través del arte del retrato. 

Tuve éxito en mi carrera de esta manera, sin embargo, me era difícil sentirme empoderado por mi propia historia y por aceptarme tal como era.

Después de terminar la universidad comencé a asistir a la iglesia nuevamente después de años de inactividad. Recuerdo haber tenido un fuerte deseo por entender porqué, a pesar de mi progreso hacia mis metas y sueños, todavía sentía tanta inestabilidad en mi vida.

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Comencé a asistir a una iglesia pentecostal que había visto un día mientras caminaba por el este de Londres. Asistía todos los domingos para escuchar el sermón que se ofrecía esa semana. Me quedaba para el servicio y me iba discretamente con un cordial agradecimiento a los acomodadores del lugar. 

Eran personas encantadoras, pero no tenía la confianza suficiente como para quedarme y conversar con ellos.

Desarrollé el hábito de asistir a una nueva iglesia cada cierto tiempo, probaba con una y con otra y luego con otra. Me encantaba la sensación de estar rodeado de personas que adoraban a Dios, por lo que seguí yendo por más. 

Con frecuencia oraba para comprender el propósito de Dios para mi vida. No recibí ninguna epifanía de calmara mi alma, sin embargo, mi profundo deseo de conocer a Jesucristo nunca disminuyó.

Después de unos ocho años de oración y de buscar la iglesia adecuada para mí, por fin llegó mi respuesta. 

En 2015, mientras estaba en la ciudad, me encontré con dos misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que me invitaron a asistir a su Iglesia.

Uno era de China y el otro de St. George, Utah. Recientemente había dejado de asistir a una gran iglesia mundial que había estado visitando durante algunos años, por lo que una vez más me encontraba en busca de otra iglesia. 

Sin nada que perder, acepté su invitación y asistí a una reunión sacramental dominical ese mismo fin de semana.

Un sentimiento familiar me invadió cuando llegué a la capilla; su decoración me recordó un poco a la iglesia metodista de mi juventud. Ese día sentí el Espíritu y supe sin ninguna duda en mi mente que necesitaba saber más sobre el evangelio restaurado de Jesucristo. Así que le pedí a los misioneros que me visitarán para poder aprender más.

oración

La autoaceptación no llegó de inmediato, pero sentí que el Espíritu trabajaba conmigo, llevándome a conocer nuevos amigos y mentores cuya fe y conocimiento fortalecieron la mía. 

Me esforcé por aprender y servir, pero una pregunta persistía en mi mente: “Soy gay y negro, ¿dónde encajo en el plan del Evangelio restaurado y en la cultura de esta Iglesia?”

El Señor no hace acepción de personas; todos tenemos un papel importante que desempeñar en el recogimiento de Sión.

Mantener todas mis preocupaciones reprimidas fue algo sofocante. En repetidas ocasiones derramé mi corazón al Padre Celestial, como lo había hecho a lo largo de mi vida, y finalmente recibí una respuesta una noche de marzo de 2016 en mi apartamento de Londres. 

Fue la inconfundible presencia del Espíritu.

Recibí el siguiente mensaje: “Solo sígueme y te mostraré el camino”. Sentí una gran sensación de alivio, de paz, dejando ir mi necesidad de tener todas las respuestas sobre el futuro y simplemente confiar en Él. 

Caí de rodillas y di gracias.

Esa noche tomé la decisión de confiar en Él y me bauticé unas semanas después, en abril. Ese día aprendí una lección importante sobre la obediencia y poner mi confianza en el Señor con lo desconocido.

Esta lección se ha profundizado aún más durante los últimos cuatro años como miembro de la Iglesia de Jesucristo, sirviendo en llamamientos y responsabilidades de liderazgo.

En ocasiones, es posible que el Señor no quiera que tengamos una vista demasiado amplia del futuro; Él quiere que seamos obedientes y que avancemos con fe y esperanza.

Su Espíritu me recuerda a diario que Él está conmigo y que, aunque la vida no siempre es justa o llena de paz, tengo que confiar en que Él me está guiando de regreso a Él y a la plenitud de mi creación aquí en la tierra.

Por J. Kirk Richards

El Señor no obstaculizará el camino que nos lleva a obtener nuestro propio testimonio. Es a través de las pruebas que obtenemos la sabiduría y la fortaleza para poder resistir las tormentas que intentan debilitar nuestra fe.

El Señor me ministró por medio de las Escrituras, los misioneros atentos y el cuidado de mi obispo. 

Con el tiempo me di cuenta de que, como hijo de Dios, Él me ama tal como soy, y que mis desafíos me dieron un propósito y me ayudaron a encontrar fe en mi Salvador, quien me ayudaría a llegar a ser más como Él.

Creo que mi propósito es brindar una perspectiva a los demás por medio de mis palabras, mi arte y mis conocimientos, a fin de fomentar la compasión hacia los demás.

No pienso que mi vida es más importante que la de cualquier otra persona, pero espero que mi perspectiva pueda ofrecerle a los demás la paz que ahora siento al tener un testimonio personal de Jesucristo y Su propósito para nuestras vidas.

Como un artista que captura las historias de las personas, he tenido la oportunidad de conocer los muchos rostros ocultos de la humanidad: las historias no contadas, las voces apagadas y silenciadas del sufrimiento.

Para mí es importante inspirar a aquellos que se identifiquen con quienes consideramos “diferentes”, debido a que todos somos hermanos y hermanas. Lamentablemente, tenemos un largo camino por recorrer antes de que la división, la injusticia y los prejuicios sean erradicados de los corazones de las personas.

Sé cuán importante es tener caridad en nuestros corazones y llevar las cargas de los demás para nuestro progreso colectivo. Trato de defender las voces silenciadas porque eso es lo mínimo que puedo hacer en mi esfuerzo por amar a todos como lo haría el Salvador. 

Me he trazado la meta de concientizar al mundo de las cargas que las personas enfrentan todos los días y, en la actualidad, sigo hablando sobre esto y otras causas que me apasionan.

Fuente: churchofjesuschrist.org

Comentarios
Uffff, el primer, el mejor, excelente artículo - testimonio de una persona centrada, consciente, inteligente y ubicado con respecto a sus características. Felicitaciones hermano, lo admiro y estoy a sus órdenes.
Juan José Magallanes López
Muy buenos días, excelente artículo y muy buen testimonio, para compartirlo con tantos amigos que pasan por situaciones parecidas a esta y se sienten excluidos. Dios es maravilloso en sus tiempos.!!! Aquí estoy hermanos
Vicky Leyva

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