Pregunta
Mi única hija falleció de cáncer a los 24 años. Tenía autismo no verbal y una comprensión limitada, pero ella era mi mundo.
¿Podrían explicarme si ella entrará automáticamente el Reino Celestial? Si es así, ¿qué es lo que podría estar haciendo ahora al otro lado del velo? ¿Está en el mundo de los espíritus?
Gracias, sé que tener mayor entendimiento me dará más paz. Dios los bendiga.
Respuesta

Lamento mucho la pérdida de tu amada hija. Imagen: Canva
Lamento mucho la pérdida de tu amada hija. No sería sabio de mi parte emitir un juicio final sobre una persona en específico, pero puedo compartir contigo algunos principios para que los consideres.
Mormón le escribió a su hijo que:
“Todos los niños pequeñitos viven en Cristo, y también todos aquellos que están sin ley. Porque el poder de la redención surte efecto en todos aquellos que no tienen ley; por tanto, el que no ha sido condenado, o sea, el que no está bajo condenación alguna, no puede arrepentirse”. (Moroni 8:22)

Tu hija está ahora en el mundo de los espíritus. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
En la práctica, esta enseñanza significa que los niños pequeños y aquellos que no son moralmente responsables no necesitan el bautismo para la remisión de pecados.
El Señor también le reveló a José Smith que ellos “son redimidos desde la fundación del mundo, mediante mi Unigénito; por tanto, no pueden pecar, porque no le es dado poder a Satanás para tentar a los niños pequeños” (D. y C. 29:46-47).
Hasta donde sabemos, tu hija está ahora en el mundo de los espíritus.
Alma enseñó a su hijo:
“Ahora bien, respecto al estado del alma entre la muerte y la resurrección, he aquí, un ángel me ha hecho saber que los espíritus de todos los hombres, en cuanto se separan de este cuerpo mortal, sí, los espíritus de todos los hombres, sean buenos o malos, son llevados de regreso a ese Dios que les dio la vida.
Y sucederá que los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena”. (Alma 40:11-12)

Dios habla a Sus santos afligidos. Imagen: Shutterstock
Por último, quiero asegurarte que Dios habla a Sus santos afligidos. José F. Smith no fue ajeno al dolor. Perdió a 9 de sus hijos entre 1869 y 1898. La gripe española lo rodeó de muerte y enfermedad. En 1918, expresó un profundo lamento tras la muerte de su hijo mayor.
“¡Mi alma está desgarrada! ¡Tengo el corazón hecho pedazos, palpitante como si quisiera dejar de latir! ¡Ah, mi buen hijo, mi gozo, mi esperanza!… ¡Dios mío, ayúdame!”
Menos de un año después, José F. Smith recibió una visión de la obra que su hijo Hyrum estaba llevando a cabo al otro lado del velo.
No puedo prometerte visiones, pero en mi experiencia, Dios está al tanto de aquellos que sufren y les concede experiencias sagradas que pueden atesorar mientras encuentran paz. El Señor te ama y te escucha.
Fuente: AskGramps
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