Pregunta
Un hermano que pasó por un proceso disciplinario en la Iglesia y fue excomulgado. Se bautizó y regresó a la Iglesia. Mi consulta es la siguiente, ¿este hermano puede tener algún llamamiento como obispo? ¿queda marcado cédula de miembro que fue excomulgado?
Respuesta
Gracias por la pregunta.
Lo primero que me gustaría compartir es que cuando se retira la condición de miembro de una persona, antes llamado “excomunión”, no es para castigarla, por el contrario, es una medida para “ayudar a la persona a arrepentirse y experimentar un cambio en el corazón”.
Lo segundo es recordar que para que la persona haya sido aceptada nuevamente en la Iglesia, tiene que haber sido bautizada. Eso quiere decir que primero debió tener fe y luego arrepentirse de sus pecados.
De acuerdo con el Manual General, el tiempo de espera para que estás personas puedan acceder al bautismo es de al menos un año.
“Una persona que solicite la readmisión debe cumplir los mismos requisitos que otras personas que se bauticen. Una vez que el obispo o el presidente de estaca esté convencido de que la persona es digna y sincera en su deseo de ser readmitida, la persona puede ser bautizada y confirmada”.
Por lo tanto, este proceso es un poco más largo que el de una persona que recién conoce la Iglesia debido al proceso de arrepentimiento.
Adicionalmente, a diferencia de un miembro que recién se bautizó, una persona que es readmitida en la Iglesia solo puede recibir las bendiciones del sacerdocio y el templo, si previamente era investida, por medio de la ordenanza de restauración de bendiciones, que únicamente lo aprueba la Primera Presidencia (Sección 32.17.2).
Después de haberse restaurado las bendiciones, “la cédula de miembro no menciona la pérdida de la condición de miembro de la Iglesia”.
La única observación que se encuentra en el Manual General con respecto a una asignación de liderazgo, se hace en referencia a si la persona previamente tuvo los siguientes llamamientos:
“A los hermanos se les restaura el oficio del sacerdocio que hayan tenido antes, excepto los oficios de Setenta, obispo o patriarca”.
Dicho todo esto, sería bueno que recuerdes que esta situación no es fácil para esta persona y quizá sea algo que nunca llegues a comprender plenamente. Incluso, tal vez sea muy probable que esa persona ni siquiera esté pensando en servir, en este caso, como obispo.
Lo que podemos hacer es ayudarla a permanecer en la Iglesia en lugar de apartarse de ella. Como Santos de los Últimos Días, creemos que gracias al milagro de la expiación de Jesucristo, todos podemos arrepentirnos y ser perdonados.
El presidente Spencer W. Kimball expresó este principio de una manera maravillosa:
“Cuando la ropa sucia han pasado por el proceso de lavandería, almidonado y planchado, ya no está sucia. Cuando la víctima de la viruela se ha curado y limpiado, ya no se encuentra contaminada… Cuando uno es lavado, purificado y limpiado, ya no es más un adúltero…
El efecto de la limpieza es hermoso. Estas almas atribuladas han encontrado la paz. Estas ropas sucias se han limpiado. Estas personas anteriormente manchadas, después de haber sido limpiadas por medio de su arrepentimiento – su limpieza, su depuración, su blanqueado – son hechos dignas del servicio constante en el templo y de ser encontrados delante del trono de Dios y asociándose con la realeza divina”. -El Milagro del Perdón, pág. 352-353
Si conoces a alguien que ha sido retirado de la Iglesia o readmitido, bríndale amor y bondad en lugar de críticas y preguntas. Después de todo, queremos que nuestros hermanos y hermanas regresen al redil y que gocen con nosotros todas las bendiciones que el Señor tiene para darnos.
Fuente: La Iglesia de Jesucristo