A muchos hombres y mujeres jóvenes, luego de regresar de la misión o que tienen una recomendación vigente para entrar al templo, se les alienta a encontrar a la persona indicada y a casarse.
Personalmente, pensé que esto sería fácil, sin embargo, esa persona no llega cuando nosotros queremos, sino en el tiempo que Dios quiere.
Luego de casarme, me di cuenta de que muchos de mis amigos y amigas dignas de estar con alguien aún no encontraban a su exaltación.
A veces, como todos los miembros de mi barrio, opto por hacer las típicas preguntas relacionadas a las citas. Sin embargo, con el paso del tiempo he aprendido que estas preguntas inofensivas son incómodas y, a veces, un poco dolorosas para quienes se encuentran buscando a un futuro cónyuge.
Basándonos en esto, he hecho una lista de preguntas que debes evitar hacerle a los jóvenes adultos solteros y lo que podrías de preguntar en su lugar.
Pregunta 1: “¿Por qué no estás saliendo en citas?”
“No juzguéis, para que no seáis juzgados”. (3 Nefi 14:1)
No debemos asumir que ciertos hermanos o hermanas de nuestro barrio no estén saliendo en citas, puede que no lo sepamos. Tal vez ya estén saliendo con alguien y prefieren mantenerlo en privado.
En su lugar, pregunta:
“¿Qué es lo que buscas al salir con alguien?”
Esta pregunta suena mucho mejor, porque les recordamos que no está mal salir con una persona digna de admirar y que cumpla con ciertas expectativas personales.
Pregunta 2: “¿Cuándo te vas a casar?”
Si uno pudiera contestar esta pregunta, la vida sería más fácil.
Lamentablemente, esta es una de las preguntas más desmotivadoras que solemos hacer a los jóvenes adultos solteros.
Si salir en citas les resulta un poco difícil, entonces hablar de matrimonio lo será aún más.
En su lugar, pregunta:
“¿Cómo vas con esa persona? ¿Estás pensando en dar el siguiente paso?”
Esto les permitirá explicar cómo va su estado sentimental y saber si esta persona está preparada o no para casarse. Esto te brindará la oportunidad de compartir un consejo, si es necesario.
Pregunta 3: “¿Sigues teniendo los estándares muy altos?”
Cuando aún estaba soltera, a menudo me preguntaban: “¿Aún sigues buscando a una persona con tus mismos estándares?”
Debo de admitir que en algún momento de mi vida me preguntaba si debía bajar mis estándares o simplemente casarme con un misionero retornado y sellarme en el templo.
Con el tiempo, me di cuenta de que para encontrar a un compañero eterno, además de que tenga buenos valores, debe atraerme y también ser capaz de ayudarme a crecer tanto en lo temporal y espiritual.
En su lugar, pregunta:
“¿Qué es lo que esperas de esa persona?”
Si permitimos que nos expliquen cuáles son las cualidades que buscan, entenderemos por qué les cuesta encontrar a esa persona ideal. Con esta pregunta, podemos ofrecerles algunas referencias.
Pregunta 4: “¿Cuándo es el gran día?”
Finalmente, si alguien ya se encuentra saliendo con otra persona y su relación ya es pública, evitemos comentarios como “¿para cuándo el anillo?” “¿ya le pediste la mano?”, o “¿cuándo se van a casar?”.
A pesar de que queremos animar a nuestros amigos, esto no va a ayudarlos puesto que recién se están conociendo y puede ponerlos en una situación incómoda.
En su lugar, pregunta:
“Espero que te agrade su sentido del humor, al igual que a nosotros”.
Alienta a los jóvenes de manera sutil, para que así la relación se desarrolle de manera natural.
Hay muchas maneras en las que puedes apoyar a tus amigos o amigas solteros que se encuentran en la etapa de citas.
Podrás brindar apoyo en lugar de críticas si haces las preguntas adecuadas.
¡Y dar referencias, tampoco es una mala idea!
Fuente: Faith.ph