¿Jesucristo le predicó a los muertos o es una enseñanza falsa?

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“Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos; para que sean juzgados en la carne según los hombres, pero vivan en el espíritu según Dios”. (1 Pedro 4:6)

En octubre de 1918, el presidente Joseph F. Smith recibió una revelación muy importante mientras leía el Nuevo Testamento: 

“El Espíritu del Señor descansó sobre mí, y vi las huestes de los muertos, pequeños así como grandes. Reunidos esperando el advenimiento del Hijo de Dios al mundo de los espíritus para declarar su redención de las ligaduras de la muerte”. (Doctrina y Convenios 138:11, 16)

A medida que la visión continuaba, el presidente Smith vio al Salvador presentarse a los fieles espíritus declarando el evangelio sempiterno y organizando la obra misional para predicar a aquellos que no tuvieron la oportunidad de recibir el evangelio en la vida mortal. 

Esta idea, también señalada en 1 Pedro 3:18-20, está aparentemente conectada con las creencias de los primeros cristianos.

Los textos apócrifos hablan sobre la obra vicaria. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

En los primeros siglos, después de Cristo, múltiples textos cristianos discutieron este acontecimiento como un aspecto importante de la misión e identidad de Jesús. 

Hilarion Alfeyev, arzobispo ortodoxo griego, explicó que este evento trajo tres temas importantes para la literatura cristiana: Jesucristo verdaderamente predicó a los muertos, el bautismo sería un medio para ellos y conquistó la muerte para siempre al descender al Hades.

Por ejemplo, el Evangelio de Nicodemo, encontrado en el siglo V d.C., abarca este tema detalladamente, relata las tradiciones cristianas de los tiempos apostólicos. De acuerdo a este texto, Jesús descendió al mundo de los espíritus (Hades en griego), derribó las puertas de la muerte y levantó a los justos de entre los muertos (Nicodemo 24:1).

Bautismo por los muertos

Los apóstoles y maestros se bautizaban en favor de los muertos. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Otro texto cristiano conocido como el Evangelio de Pedro, narra la Resurrección dando referencias claras del descenso de Jesucristo al mundo de los espíritus (Evangelio de Pedro 41-42).

Un famoso texto cristiano de los finales del primer siglo después de Cristo, llamado “Pastor de Hermas”, describe cómo “los apóstoles y maestros que predicaron en el nombre del Hijo de Dios” enseñaron a los muertos que no pudieron escuchar el evangelio en vida. 

Poco después de esto, los apóstoles y maestros serían bautizados en favor de ellos.

La doctrina sobre la salvación de los muertos no surgió de la nada. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

Similarmente, el “Apocalipsis de Zefanías” describe cómo las personas justos que había fallecido oraron al Señor por misericordia a favor de quienes se encontraban en el Hades. El énfasis que hace el texto sobre los justos que toman una parte activa en la salvación de los muertos se refleja en la revelación del presidente Smith:

“Mas he aquí, organizó sus fuerzas y nombró mensajeros de entre los justos, investidos con poder y autoridad, y los comisionó para que fueran y llevaran la luz del evangelio a los que se hallaban en tinieblas, es decir, a todos los espíritus de los hombres; y así se predicó el evangelio a los muertos”.

La doctrina sobre la salvación de los muertos no surgió de la nada.

Los judíos también tocaron estos temas. Créditos: Ivan Petrovic Raoult

Incluso los judíos de antaño tocaron este tema en 1 Enoc y 4 Ezra hablando brevemente sobre la salvación de los muertos arrepentidos. 

En última instancia, podemos ver que el ministerio de Jesucristo en el mundo de los espíritus ha sido de gran importancia para la Iglesia primitiva y restaurada. 

Al descender al mundo de los espíritus y organizar Su obra, Jesús completó otro capítulo esencial de Su expiación, dando el camino a todos los hijos de Dios para que aprendan de Él, se arrepientan de sus pecados, y realicen convenios con Él, aun cuando no tuvieron la oportunidad de hacerlo en esta vida. 

En conclusión

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La enseñanza de que Jesucristo garantizó para todos la posibilidad de salvación y abrió para todos las puertas del paraíso, según el arzobispo, debería ser considerado como una doctrina de la iglesia. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Según el arzobispo Alfeyev, la predicación de Cristo a los muertos es “una parte inseparable de la tradición dogmática de la Iglesia”, siendo compartida por todos los miembros de la Iglesia primitiva como se ve en el Nuevo Testamento.

La enseñanza de que Jesucristo garantizó para todos la posibilidad de salvación y abrió para todos las puertas del paraíso, según el arzobispo, debería ser considerado como una doctrina de la iglesia. 

Asimismo, Hugh Nibley estudió este importante evento y concluyó que los primeros cristianos “creían que de hecho la misión de Cristo en la otra vida era una continuación de su ministerio en la Tierra, insistiendo en que los espíritus ahí se unían a la Iglesia exactamente de la misma manera y mediante las mismas ordenanzas”.

jesus siendo el buen pasto

El Dios del cristianismo es totalmente justo. Imagen: Canva

Scott Peterson señaló

“La existencia de un lugar donde las buenas nuevas son predicadas a quienes nunca tuvieron la oportunidad de aceptar a Cristo durante su mortalidad es evidencia de que el Dios del cristianismo es totalmente justo. Es un testimonio del hecho de que el cristianismo es una fe universal y de que Dios ha proveído un medio por el cual todos Sus hijos pueden aceptar la verdad”.

Finalmente, la revelación de los Santos de los Últimos Días ha restaurado esta doctrina cristiana fundamental, ofreciendo a todos la esperanza para sus seres amados que han fallecido sin el conocimiento del evangelio. 

Fuente: Meridian Magazine

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