En la era moderna, la reproducción de documentos es un proceso sencillo y preciso gracias a las herramientas digitales; sin embargo, en tiempos antiguos, la copia de manuscritos era una tarea laboriosa realizada por escribas, letra por letra y palabra por palabra.
Esta técnica manual de copiado, naturalmente, produjo diversos tipos de errores en los textos a lo largo de décadas e incluso siglos, siendo uno de los errores comunes en la copia de manuscritos antiguos conocido como “homoioteleuton”.
Este tipo de error se debe a palabras o frases que suenan de manera similar al final de las oraciones, especialmente cuando están en proximidad una de la otra.
Es así que, cuando un escriba observaba de un documento a otro durante el proceso de transcripción, la similitud de las frases podría captar su atención, llevándolo a continuar copiando de una fuente equivocada. Este tipo de error a menudo resultaba en la omisión de palabras.
En algunos casos, el escriba podía notar el error y posteriormente incluir las palabras omitidas, aunque en desorden, para asegurarse de que no se perdieran por completo.
Un ejemplo se encuentra en el capítulo 20 de Jueces en la Biblia, donde los versículos 22 y 23 están transpuestos. Los traductores reconocieron este error y lo indicaron con una nota al margen.
Este tipo de errores se ha identificado en varios lugares de la Biblia y en otros textos antiguos, como en los Manuscritos del Mar Muerto.
Un posible error de copia en Alma 13 del Libro de Mormón
Si el Libro de Mormón es verdaderamente una recopilación de varios textos antiguos, sería razonable esperar que, ocasionalmente, muestre errores de copia similares.
El historiador y erudito literario Grant Hardy cree haber identificado uno de estos errores en Alma 13, donde argumenta que el versículo 16 originalmente debería haber seguido inmediatamente al versículo 12.
Para entender esto mejor veamos los siguientes versículos:
“11 Por tanto, fueron llamados según este santo orden, y fueron santificados, y sus vestidos fueron blanqueados mediante la sangre del Cordero.
12 Ahora bien, ellos, después de haber sido santificados por el Espíritu Santo, habiendo sido blanqueados sus vestidos, encontrándose puros y sin mancha ante Dios, no podían ver el pecado sino con repugnancia; y hubo muchos, muchísimos, que fueron purificados y entraron en el reposo del Señor su Dios.
13 Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que os humillaseis ante Dios y dieseis frutos dignos de arrepentimiento, para que también podáis entrar en ese reposo.
14 Sí, humillaos así como el pueblo en los días de Melquisedec, quien también fue un sumo sacerdote según este mismo orden de que he hablado, que también tomó sobre sí el sumo sacerdocio para siempre.
15 Y fue a este mismo Melquisedec a quien Abraham pagó diezmos; sí, aun nuestro padre Abraham pagó como diezmo una décima parte de todo lo que poseía.
16 Y estas ordenanzas se conferían según esta manera, para que por ese medio el pueblo esperara anhelosamente al Hijo de Dios, ya que era un símbolo de su orden, es decir, era su orden, y esto para esperar anhelosamente de él la remisión de sus pecados a fin de entrar en el reposo del Señor”. (Alma 13:11-16)
Lo que Hardy propone es que el versículo 16, tal como está en el texto actual del Libro de Mormón, encaja mejor si se reubica inmediatamente después del versículo 12.
La razón es que el contenido del versículo 16 se relaciona de manera más lógica con los versículos 11 y 12, que tratan sobre la santificación a través de ordenanzas, en lugar que con los versículos 14 y 15, que mencionan a Melquisedec y el diezmo.
En otras palabras, la reubicación de este versículo mejora la coherencia del pasaje.
También argumenta que, si se omite el versículo 16, el texto fluye de manera más natural y que, colocado después del versículo 12, completa una estructura desordenada, un patrón literario común en la escritura antigua que refuerza la hipótesis de un error de copia.
Evidencia de los manuscritos originales
Una pregunta importante es si este error ocurrió en el proceso de copia de los manuscritos antiguos o si fue una falla en el dictado original de José Smith al traducir el Libro de Mormón.
Afortunadamente, se conservan fragmentos del manuscrito original del Libro de Mormón, lo que permite examinar esta cuestión.
Los fragmentos existentes indican que José Smith efectivamente dictó el versículo 13 inmediatamente después del versículo 12 y el versículo 16 después del versículo 15, tal como aparece en la edición actual del libro.
Esta evidencia de los manuscritos originales descarta la posibilidad de que el error se originara en el proceso de copia del manuscrito original del Libro de Mormón.
Por lo tanto, el posible error en Alma 13:16 parece más un error de copia que un error del dictado original de José Smith, dado que la reubicación de este versículo mejora la coherencia del texto y respalda la idea de que se trata de un error de copia.
Fuente: Evidence Central