Con la tasa de vacunación en aumento en el mundo, las iglesias empiezan a reabrir sus puertas.
A medida que lo hacen, se enfrentan también a innumerables problemas de seguridad, incluidos algunos que no tienen nada que ver con la COVID-19.
Cientos de lugares de culto en los últimos años se han enfrentado a ataques de violencia, desde tiroteos hasta amenazas de bomba e incendios intencionales.
Asimismo, las personas de fe también han sido blanco de ataques a tasas alarmantes. Por ejemplo, muchos en Estados Unidos actualmente se sienten inseguros de caminar por la calle con sus atuendos religiosos.
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Ciertos legisladores creen que el gobierno estadounidense puede hacer más para prevenir la violencia antirreligiosa.
Ellos abogaron por un proyecto de ley bipartidista que facilitaría a los líderes religiosos el acceso a financiación y asesoramiento relacionados con la seguridad.
El senador Rob Portman, republicano de Ohio, que está a favor de la legislación, llamada Ley Pray Safe (Ora Seguro), durante una audiencia del comité del Senado esta semana.
“En mi opinión, las amenazas y los ataques sin sentido contra organizaciones religiosas y lugares de culto que estamos viendo en todo nuestro país son ataques a todos nuestros valores”.
Si se aprueba en su forma actual, la Ley Pray Safe crearía una cámara de compensación federal, o centro de información, que recopila y distribuye recomendaciones sobre la prevención de la violencia, además de ayudar a los líderes religiosos a participar en programas de subvenciones relacionados con la seguridad.
El centro se crearía con la ayuda del Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Justicia, la Oficina de Asociaciones de Vecindarios y Religiosos de la Casa Blanca y otras agencias.
Los líderes de una variedad de grupos religiosos han expresado su apoyo al proyecto de ley.
Nathan Diament, director ejecutivo de políticas públicas del Orthodox Union Advocacy Center, expresó que “es una pena que se tenga que realizar este tipo de legislación” y pide al Congreso que la aprueben de inmediato.
El Consejo de Asuntos Públicos Musulmanes describió la Ley Pray Safe como un “paso significativo hacia la lucha contra el terrorismo doméstico” en un comunicado emitido el viernes. El grupo expresó:
“Las casas de culto carecen de un fácil acceso a la información de seguridad, así como a la financiación adecuada para actualizar sus medidas de seguridad in situ.
Aportar una solución a la falta de fondos y la falta de conocimiento aumentará enormemente la preparación [de las organizaciones religiosas] y, en pocas palabras, salvará vidas”.
Amir Izhar, presidente del Centro Islámico del Greater Cincinnati, dijo que el proyecto de ley muestra el poder de la cooperación bipartidista “a fin de mantener a salvo a las diversas comunidades religiosas”.
El proyecto de ley surge del reconocimiento de que la promesa de la libertad religiosa queda nula a menos que las personas se sientan seguras en su lugar de culto, compartió Nathan Diament.
“La libertad de culto no se puede ejercer sin que uno esté libre del miedo”, dijo.
Melissa Rogers, directora ejecutiva de la Oficina de Asociaciones de Vecindarios y Religiosos de la Casa Blanca, dijo algo similar a principios de este año cuando se le pidió que describiera la mayor amenaza a la libertad religiosa en Estados Unidos en la actualidad.
Ella recordó haberse reunido con personas de fe que se sentían inseguras al caminar por las calles y destacó los esfuerzos de la administración del presidente Biden para expandir las subvenciones de seguridad sin fines de lucro.
“Estoy convencida de que si cada estadounidense imparcial pudiera sentarse y escuchar a alguien que siente que no puede practicar su fe sin sentir temor, entonces se sentirían motivados por cambiar esto”.
El miércoles, el Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado votó a favor de que la Ley Pray Safe avance al Senado en pleno.
Fuente: deseret.com