“Si puedes manejar tu ansiedad, te desempeñarás mejor”: Psicólogos brindan formas de lidiar con la ansiedad

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Si conoces a alguien con ansiedad y piensas que hace una montaña de un grano de arena, intenta respirar aceleradamente.

Ponte de pie frente a un reloj, inhala y exhala, tan fuerte y tan rápido como puedas, durante un minuto. Tu garganta se secará, te sentirás listo para desmayarte y es posible que sientas cierta simpatía hacia las personas que experimentan estos síntomas como parte de la ansiedad.

“La ansiedad puede ser sumamente incómoda,” dijo la psicóloga licenciada Debra Theobald McClendon.

Sin embargo, “cuando te sientes ansioso, está bien porque es normativo. La pregunta es, ¿Qué hacer con lo que puede ser útil o no?” dijo.

McClendon analizó las diferencias entre la ansiedad saludable y debilitante durante una presentación de la Semana de Educación de BYU, el 22 de agosto, titulada “Ansioso, ¿alguien? El Poder adaptativo y patológico de la ansiedad: La ansiedad vs. El Espíritu y los enfoques teóricos del tratamiento.”

McClendon comenzó explicando que la ansiedad es normal y protectora; ayuda a las personas a prever el peligro y, en dosis moderadas, mejora el desempeño mientras que la ansiedad de menor nivel disminuye la competencia. Por ejemplo, un ganador de la medalla olímpica de oro no es necesariamente el mejor atleta sino que probablemente sea la persona que lidie de una manera más efectiva con su ansiedad.

“Si no sintiera ansiedad al presentarme en frente de todos ustedes, no me prepararía,” dijo McClendon. “Piensa en cómo tu ansiedad te ha ayudado en el pasado – al dar un mensaje en La Iglesia, hacer una exposición en el trabajo, (o) tomar un examen… si puedes manejar tu ansiedad, te desempeñarás mejor.”

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Sin embargo, la ansiedad se convierte en un problema cuando llega a tener un nivel tan alto que una persona es incapaz de enfrentarla. Esto puede percibirse como una serie de cosas como, la timidez severa, los ataques de pánico o la agorafobia, que significa “miedo a los espacios abiertos” y describe la situación en que una persona esencialmente desea volver a casa porque siente temor de estar en lugares llenos de gente.

La ansiedad se vuelve progresivamente más intensa a medida que se desarrolla si no intervienes,” dijo McClendon. “Cuando dejamos que nuestra ansiedad se descontrole, comienza a controlarnos.”

La ansiedad también puede causar escrupulosidad, lo que McClendon describió como: “básicamente, la ansiedad de alguien desvía su religión.” Esto significa que cosas sencillas como estudiar las escrituras u orar pueden causar una gran culpa.

Por ejemplo, la escrupulosidad puede hacer que una persona se sienta insegura de si el Espíritu le está diciendo que confiese algo a su obispo, con la intensa culpa que provoca que las impresiones sean difíciles de discernir.

No obstante, McClendon comparó el Espíritu y la ansiedad, señalando que si alguien realmente necesitara confesar algo, tendría una sensación de paz y consuelo a pesar de que naturalmente se sentiría incómodo de ir con el obispo.

“Si realizamos una acción (basada) en lo que el Espíritu nos dice… entonces, la incomodidad disminuye,” expresó. “Mientras que la ansiedad continua aumentando… la preocupación, el pánico (y una) sensación de crisis.”

Además, el Espíritu anima y ayuda a las personas a actuar con un propósito, mientras que la ansiedad es condenatoria y urgente. El Espíritu nos da claridad, esperanza y permite que las personas tengan tiempo y espacio para reflexionar, mientras que la ansiedad es confusa, impulsiva y crea desesperación asimismo disminuye la estabilidad.

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McClemdon también abordó técnicas de manejo de la ansiedad, citó una teoría que dice “te sientes de la manera que piensas.”

La ansiedad proviene de pensamientos equivocados e ilógicos o de conversaciones con uno mismo,” dijo. “Te dices cosas que no son verdad, pero te las crees porque estas sensaciones físicas… son muy poderosas.”

Algunos de los pensamientos equivocados incluyen asumir que las personas están reaccionando negativamente a sí mismas (“telepatía”), dar por sentado el peor resultado posible (“adivinación”), o las declaraciones de “debí” y “pude;” Por ejemplo: Debí haberlo hecho mejor.

Sin embargo, se pueden superar estos pensamientos a través de la exposición al temor, incluso con técnicas “en vivo,” donde una persona enfrenta situaciones de la vida real, o técnicas de imaginación, donde una persona trabaja mentalmente por medio de una situación. Al final, la exposición lleva a la adaptación, el estado en que una persona se siente cómoda con lo que previamente le hizo sentir ansiedad.

La terapia de exposición puede ser difícil porque la incomodidad crea un fuerte deseo de evitar la situación. No obstante, “recuerda que la ansiedad no dura para siempre,” dijo McClendon, agregando que los pensamientos repetitivos con el tiempo pierden poder.

Enfrenta el temor y lo vencerás,” dijo, haciendo referencia a una forma de tratamiento llamado terapia de exposición.

También citó el mantra “Si no lo tienes, lo tendrás,” que significa que cuando una persona está decidida a no desesperarse por algo; de hecho, tiende a conseguirlo.

“Creo que luchamos mucho en la vida,” dijo. “No nos gusta lo que sucede; luchamos contra eso, oponemos resistencia. Y, creo que la lucha… intensifica nuestra propia ansiedad y estrés.”

Además, “la ansiedad se orienta al futuro,” dijo. “Cuando te sientes ansioso… una de las confrontaciones más importantes es simplemente recordarlo y regresar al momento presente.”

Asimismo, le recordó a la audiencia, “Normal, no es un síntoma gratuito.” Esto significa que las personas deben aceptar la naturaleza y la realidad de donde se encuentran actualmente.

La aceptación no quiere decir que no trabajemos para mejorar nuestra situación,” expresó. “Sino que significa que aceptamos dónde estamos… (Y, luego) eres libre de decir: bueno, ¿qué podemos hacer al respecto?

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Linda y Eva Crawford,  madre e hija de Colorado, asistieron juntas a la sesión. Linda dijo que mientras más ayudaba a su hija con su ansiedad, más se daba cuenta de que tenía los mismos problemas.

“No existían términos para eso cuando crecía,” dijo. “Solo te las arreglabas.”

Linda Crawford dijo que su mayor lección fue el análisis de los mecanismos de supervivencia, en particular, la evasión.

“Nunca dejas que nadie sepa… cuan sofisticados pueden ser tus mecanismos de afrontamiento,” dijo. “Pude darme cuenta de eso conmigo misma, una y otra vez, solo con las personas y los bailes que hacemos para asegurarnos de que todos los demás piensen que estamos bien.”

Eva Crawford dijo que desde hace poco se sabe que tiene ansiedad y está intentando mejorar en el desarrollo de  los mecanismos de afrontamiento antes de partir a una misión en Barcelona, España. Espera que las personas con ansiedad no se “repriman” sino que busquen ayuda y lleguen a sentirse cómodas con la ansiedad. Además, es importante que aquellos que padecen  de ansiedad acepten que es posible que sean juzgados por padecerla.

“No creas que solo pasará por alto, porque hice eso por muchos años,” dijo. “No tienes que guardártelo… solo es otra prueba con la que lidiarás en esta tierra y finalmente, te fortalecerá.”

Artículo originalmente escrito por Kaitlyn Bancroft y publicado en ldschurchnews.com con el título “’If you can manage your anxiety, you will perform better’: Psychologist gives ways to cope with anxiety.”

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