¿Alguna vez te has preguntado quiénes son esos jóvenes que siempre visten camisa y corbata y siempre parecen estar alegres? Se trata de los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Es muy probable que los hayas visto caminar por la calle o en videos de las redes sociales, pero que aun así no sepas mucho sobre ellos.
Aunque pueden parecer un poco misteriosos, estos misioneros tienen un propósito que tal vez no conozcas. Es por eso que aquí te compartimos 7 cosas que probablemente no sabías sobre ellos.
1. Lo dejan todo para servir al Señor
Los misioneros lo dejan todo para servir al Señor. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Los misioneros, tanto hombres como mujeres, provienen de diferentes partes del mundo, no solo de Estados Unidos. ¡Pueden ser de Perú, México, Madagascar, Nueva Zelanda y hasta Japón!
Cada uno de ellos deja su casa, su familia, su trabajo, sus estudios y sus amigos para compartir un mensaje de esperanza y fe en lugares que a menudo son completamente nuevos para ellos.
2. Lo hacen de manera voluntaria
¿Por qué lo hacen? Por amor a Dios. Imagen: Masfe.rog
Estos jóvenes misioneros dan de su tiempo, 18 meses para mujeres y 2 años para varones, de manera gratuita y voluntaria.
Los misioneros no reciben ningún tipo de pago por todo lo que hacen, es más, antes de ir a la misión trabajaron y ahorraron para poder pagar la mayor parte posible de su servicio.
¿Por qué lo hacen? Por amor a Dios, porque saben que su mensaje y el evangelio de Jesucristo puede bendecir a muchas personas así como ya ha bendecido las suyas.
3. Siguen un código de conducta
No son perfectos, pero se comprometen a dar todo de sí. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Durante su tiempo como misioneros, siguen un código de conducta muy disciplinado. Esto no quiere decir que son perfectos, no lo son, pero se comprometen a dar todo de sí para poder ser buenos representantes de Cristo.
Parte de este código también incluye seguir un horario que les permite empezar su día desde muy temprano para estudiar constantemente las Escrituras, orar, predicar el evangelio, aprender el idioma (según sea necesario) y ayudar a otras personas en la comunidad en donde sirven.
4. No solo predican el evangelio
Sirven porque desean ayudar a otros. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Si bien su misión principal es compartir el mensaje del evangelio, los misioneros también realizan mucho trabajo comunitario.
Pueden ser vistos participando desde proyectos de limpieza, ayudando a las personas necesitadas, así como organizando actividades en su área o sirviendo directamente a quien lo necesite.
Este servicio no tiene costo alguno y lo hacen de manera desinteresada.
5. No eligen el lugar en donde servirán
Ningún misionero elige el lugar en donde servirá. Imagen: Shutterstock
Cuando estos jóvenes deciden servir como misioneros, no tienen la opción de elegir a dónde serán enviados.
En lugar de eso, reciben una carta oficial que les asigna su lugar de servicio, y esto puede ser en cualquier parte del mundo o en su mismo país.
Esta asignación se hace a través de la inspiración de líderes de la Iglesia, lo que añade un elemento de fe y emoción al proceso.
6. Están preparados para responder cualquier pregunta
Los misioneros tienen la respuesta para diferentes preguntas de fe. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Gracias a su tiempo de estudio, oración y dedicación, los misioneros saben cómo responder preguntas difíciles que las personas puedan tener sobre la fe.
Por ejemplo, ellos tienen la respuesta para preguntas como: ¿A dónde vamos después de morir? ¿Por qué hay tanta injusticia en este mundo? ¿Por qué hay tantas iglesias? Y más.
Aunque son jóvenes, están bien preparados para tener conversaciones significativas sobre creencias, dudas, y temas espirituales.
Por la misma razón, no es raro que conozcan personas con preguntas difíciles o escépticas, pero darán lo mejor de sí para responder todo con paciencia, respetando las creencias y decisiones de cada persona sin compromiso alguno.
7. No son robots, son personas
Sirven porque desean ayudar a otros. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
A pesar del estándar de conducta que viven y su apretada agenda, los misioneros también son personas con sentimientos, sueños, metas, gustos, hobbies, dones y talentos.
Siente nervios, tienen temores, les encanta la música, tienen talentos para ciertos deportes, les encanta bailar, leer y más, así como a cualquier otro joven porque tuvieron una vida antes de la misión.
La diferencia es que durante el tiempo de su servicio, los misioneros enfocan sus esfuerzos a la obra misional, a compartir el evangelio y ayudar a quien lo necesite.
Después de completar su misión, regresarán a sus vidas “normales”. Muchos retomarán o comenzarán sus estudios universitarios, conseguirán un empleo o encontrarán a alguien con quien casarse.
Aunque su tiempo como misioneros termina, las lecciones y experiencias que vivieron durante su servicio siguen impactando sus vidas y decisiones a largo plazo.
Ven y conócelos
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Ahora ya lo sabes, aunque sus vidas pueden parecer diferentes, los misioneros están impulsados por un deseo genuino de hacer el bien y ayudar a otros.
Así que la próxima vez que veas a dos jóvenes con plaquitas negras en el pecho, no dudes en acercarte a ellos, saludarlos y conocer más sobre lo que hacen. ¡Podrías llevarte una grata sorpresa!
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