¿Cómo puedo explicarle la ley de castidad a mis hijos?

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Me uní a la Iglesia a los 28 años y deseo que mis hijos vivan según las normas de la Iglesia, ahora tengo problemas.

Según enseña la Iglesia, las mujeres y hombres jóvenes no pueden divertirse quebrantando la ley de castidad. 

Mis hijos saben que a su edad yo no era miembro de la Iglesia y ahora me preguntan si hice cosas contra mis principios. Además, desean saber si vivir de esa manera era divertido.

Esos días fueron los mejores de mi vida y me divertí mucho, ¿cómo puedo hacer que mis hijos comprendan que vivir la ley de castidad y otras normas de la Iglesia no es algo aburrido?

Respuesta

escuchar a Dios

Imagen: Canva

Esta lección es una de las más importantes para nuestra juventud hoy en día y pienso que realmente no se puede enseñar con frecuencia, existe una diferencia entre divertirse y tener verdadera felicidad. 

Como por ejemplo, puede haber mucha diversión o alegría al pecar, es parte de la tentación, independientemente del pecado que sea, pero esta alegría solo dura un tiempo corto. La verdadera felicidad, aquella que dura para siempre, proviene de los recuerdos con nuestros seres queridos y actos de servicio.

La diferencia entre la diversión y la felicidad

Una diferencia es que el pecado nos da alegría momentánea, la cual se acaba y desaparece. Eso nos deja vacíos tal como estábamos antes. No obstante, el pecado sigue en nosotros.

Por otro lado, la felicidad nos llena de gozo durante años, somos firmes y brillantes ante la tentación.

Los recuerdos de la felicidad se reflejan una y otra vez, seguimos sonriendo al pasar el tiempo. 

La meta en nuestra vida es obtener la felicidad duradera que el Padre Celestial desea que tengamos. Pero, ¿Cómo sabemos cuál es la diferencia? En Moroni 7: 14 encontramos una explicación sencilla:

” Tened cuidado, pues, amados hermanos míos, de que no juzguéis que lo que es malo sea de Dios, ni que lo que es bueno y de Dios sea del diablo. “

Otra diferencia es que la mayor parte del gozo o diversión que proviene del pecado es egoísta o codicioso. El pecado no busca hacer felices a los demás ni mejorar sus vidas de forma significativa. 

Otro pequeño recordatorio lo encontramos en Alma 41:10:

“No vayas a suponer, porque se ha hablado concerniente a la restauración, que serás restaurado del pecado a la felicidad. He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad.”

El pecado no nos hace felices

pecados

A corto plazo el quebrantar los mandamientos suele ser divertido, pero los sentimientos desaparecen rápidamente; en especial, cuando se trata de la ley de castidad.

Las consecuencias del pecado son inevitables tal como quemarse la mano con una olla caliente. 

Algunos no pueden darse cuenta inmediatamente. Sin embargo, solo basta ver la sociedad, la degradación moral, la castidad y la integridad de la familia para comprender cuáles podrían ser las consecuencias, además de las ETS, el impacto social en casa, la escuela y los amigos. 

En la actualidad, se ha hecho común quebrantar la ley de castidad en cualquier momento, lugar y motivo. Este mensaje está en conflicto directo con la voluntad y lo que el Padre Celestial dice desde un principio. 

Los estándares de la Iglesia se alinean con la voluntad de Dios y ahora los jóvenes deben decidir que es más importante, el divertirse o tener verdadera felicidad.

Otra forma de decirlo es: vivir en pecado o ser obediente al Padre Celestial.

Vivir según las normas de la Iglesia no es fácil, pero tampoco es imposible. Elige la verdadera felicidad hoy.

Fuente: Ask Gramps

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