En algún momento de la vida, estoy seguro de que muchos se han preguntado: ¿Qué lugar ocupan las mascotas en el plan del Evangelio? ¿Tienen espíritus? ¿Irán al cielo? ¿Pueden los animales recibir bendiciones del sacerdocio?
Me doy cuenta de que estas preguntas pueden parecer extrañas o sin importancia, y tal vez lo sean, en el gran esquema de las cosas. Lo cierto es que en realidad no tenemos respuestas contundentes sobre el destino eterno de nuestros amigos peludos.
Hay algunas escrituras y declaraciones proféticas de las cuales podemos inferir ciertas ideas, y eso es todo lo que podemos hacer por ahora. Pero aún así, este es un tema que es interesante para muchos, así que decidí compartir lo que se sabe hasta el momento.
¿Las mascotas tienen espíritus?
En Doctrina y Convenios 77, José Smith le realizó varias preguntas a Dios sobre el Libro de Apocalipsis y Él le respondió. Por ejemplo, en Apocalipsis 4:6, Juan describe el trono de Dios:
“Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás”.
Cuando José Smith preguntó sobre el significado de las cuatro bestias mencionadas, la respuesta que recibió fue:
“Son expresiones metafóricas que usa Juan el Revelador para describir los cielos, el paraíso de Dios, la felicidad del hombre, y la de los animales, y de lo que se arrastra y de las aves del cielo; siendo lo espiritual a semejanza de lo temporal, y lo temporal a semejanza de lo espiritual; el espíritu del hombre a semejanza de su persona, como también el espíritu de los animales y toda otra criatura que Dios ha creado”. -Doctrina y Convenios 77:2
Para mí, estos versículos implican que todos los animales, así como los seres humanos, probablemente tengan espíritus de naturaleza eterna.
¿Estarán nuestras mascotas en el cielo?
En otra ocasión, al hablar sobre el Libro de Apocalipsis, José Smith enseñó:
“Juan vio bestias de aspecto curioso en el cielo… estando allí, dando gloria a Dios… Supongo que allí Juan vio seres de muchas formas que habían sido diez mil veces salvados de diez mil tierras como esta, extrañas bestias de las cuales no tenemos conocimiento: todas podrían haber visto en el cielo.
Juan aprendió que Dios se glorificaba a sí mismo salvando todo lo que Sus manos habían creado, ya fueran animales, aves, peces u hombres; y Él se glorifica con ellos”. –History of the Church, 5:343
Volviendo a Doctrina y Convenios 77, leemos sobre “la felicidad del hombre, y la de los animales, y de lo que se arrastra y de las aves del cielo” en el versículo 2.
Luego, en el versículo 3, leemos que las cuatro bestias “representan la gloria de las clases de seres en su orden o esfera de creación decretados, en cuanto al gozo de su felicidad eterna”.
Se podría interpretar de todas estas enseñanzas que las mascotas y otros animales probablemente estarán en el cielo y disfrutarán de una “felicidad” eterna al igual que los seres humanos.
¿Serán los animales juzgados, resucitados o recibirán un grado de gloria?
Bien, ahora podríamos estar entrando en un territorio realmente poco convencional, sin embargo, este tema fue abordado en la revista Ensign de la Iglesia de Jesucristo en 1979.
Este fue el artículo más completo del tema que he podido encontrar en una publicación oficial de la Iglesia. El artículo fue escrito por un director de instituto, no por una autoridad de la Iglesia, por lo que tampoco debe tomarse como una verdad oficial.
Del artículo podemos sacar 4 puntos significativos:
1. Parece que sí, los animales resucitarán, según Doctrina y Convenios 77 y otro discurso de José Smith.
2. Las escrituras hablan de que hay animales en el Reino Celestial, pero no sabemos si es que estarán en los otros grados.
3. Lo más probable es que los animales no sean juzgados ya que no poseen conciencia ni sentido del bien y del mal.
4. Es posible que los animales puedan reunirse con sus dueños en la vida venidera, pero no lo sabemos con certeza. El élder Orson F. Whitney escribió una vez que José Smith esperaba tener su caballo favorito en la eternidad.
¿Pueden las mascotas recibir una bendición del sacerdocio?
Bien, hago esta pregunta porque recordé haber escuchado la historia de cuando Mary Fielding Smith, viuda de Hyrum Smith, estaba cruzando las llanuras y uno de sus bueyes se enfermó y se negó a continuar el viaje. Ella pidió que lo ungieran con aceite y se le diera una bendición.
La historia del buey de Mary Fielding Smith es verdadera, según lo registrado un antiguo manual de la Primaria y un artículo de la revista Friend de 1993. El artículo compartió lo siguiente:
“Un día, uno de sus mejores bueyes se enfermó gravemente, se recostó y aparentemente estaba al borde de la muerte. Si esto hubiera sucedido, ella no hubiera podido continuar su viaje hacia el Valle.
Mary tomó una botella de aceite consagrado y le pidió a dos hermanos que se lo administraran al buey enfermo. Aunque la bendición de los enfermos solo se había usado en humanos, Mary creía que el Señor sanaría al animal que ella necesitaba tan desesperadamente.
Después de la bendición, el buey se levantó y pronto estuvo listo para tirar de nuevo del carromato. En otras dos ocasiones se enfermaron otros bueyes y en esas ocasiones Mary pidió a los hermanos que los bendijeran. En cada ocasión los bueyes fueron sanados instantáneamente.
A pesar de todas las dificultades, Mary y su familia llegaron al Valle del Lago Salado el 23 de septiembre de 1848, un día antes que el resto de la compañía”.
Cada lector puede sacar sus propias conclusiones. La Iglesia no ha dado ninguna declaración oficial que diga que los animales deben recibir bendiciones. Asimismo, con la excepción de la historia de Mary Fielding Smith, la Iglesia solo describe las bendiciones del sacerdocio como algo que beneficia a los seres humanos:
“Usualmente, la bendición de los enfermos debe hacerse a petición de la persona que recibe la bendición o a petición de otros que sientan preocupación por ella, a fin de que la bendición se reciba de acuerdo con su fe”. –Manual General, 18.13
Debemos respetar a los animales y a todas las creaciones de Dios
La Iglesia ha dado muy poca información sobre el estado eterno de los animales, por lo que aún queda mucho por aclarar. Pero como hemos visto, los Santos de los Últimos Días son bendecidos con el conocimiento de que los animales probablemente tienen espíritus y estarán con nosotros en el cielo.
Aún más claras son las enseñanzas de la Iglesia sobre la sagrada responsabilidad que tenemos de cuidar de todas las criaturas de Dios. Joseph F. Smith, David O. McKay y Stephen L Richards escribieron una vez:
“Los seres humanos no pueden adorar al Creador y tratar con despreocupación e indiferencia Sus creaciones. El amor hacia todo los seres vivientes ayuda al hombre a disfrutar una vida mejor. Exalta la naturaleza espiritual de aquellos que necesitan el favor de Dios”. -“Juvenile Instructor”, abril de 1918
Brigham Young también expresó que nuestro trato a los animales afecta la medida de paz que podemos disfrutar:
“Si el pueblo es santo, la tierra debajo de sus pies será santa. Si el pueblo es santo y lleno del Espíritu de Dios, todo animal y toda criatura que se arrastra serán llenas de paz; el suelo de la tierra producirá en su fuerza, y sus frutos serán alimento para el hombre.
Cuanta más pureza exista, menor será la lucha; cuanto más bondadosos seamos con nuestros animales, más aumentará la paz y se desvanecerá la naturaleza salvaje de la creación en bruto”.
Fuente: LdsLiving
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