Una nueva investigación muestra que las mujeres son más religiosas que los hombres.
Sin embargo, algunos académicos se preguntan si las encuestas capturan con precisión la relación entre el género y la religión. O, los sentimientos complicados que muchas mujeres tienen sobre su fe.
¿Por qué se dice que las mujeres son más religiosas que los hombres?
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Hay varios factores superpuestos que se combinan para crear una brecha entre la religiosidad de hombres y mujeres, según Marta Trzebiatowska, coautora de “¿Por qué las mujeres son más religiosas que los hombres?”
Por un lado, los hombres suelen ser más activos que las mujeres en la esfera pública. Por ello, se ven más afectados por la disminución de la influencia de la religión en esa parte de la vida, dijo Trzebiatowska.
Al mismo tiempo, “los roles sociales de las mujeres las mantienen más cerca de la religión que los hombres. Dar a luz, criar hijos, cuidar de los ancianos y los moribundos: estos trabajos hacen que las mujeres estén más en contacto con los funcionarios e instituciones religiosas”.
“Cuanto más tiempo pasan las mujeres cuidando de los demás. Especialmente, en momentos cruciales del curso de la vida, más simpatizan con la religión en general y la religión organizada en particular”, dijo Trzebiatowska.
Debido a que los hombres generalmente no tienen la tarea de cuidar y enseñar a los hijos, pueden ser “más descuidados con sus obligaciones (religiosas)”, agregó.
Esta tendencia es tan fuerte que puede llevar a las mujeres en relaciones interreligiosas a transmitir a sus hijos no su propia fe, sino la de sus maridos menos activos.
Jennifer Thompson, profesora de estudios judíos de California State University, descubrió que las mujeres no judías casadas con parejas judías a menudo terminan siendo responsables de asuntos como la observancia del día de reposo y la Pascua.
En algunos casos, las esposas no judías, se esfuerzan más en crear un hogar judío que sus parejas judías.
“Las mujeres también pueden ser más religiosas que los hombres porque, por lo general, son más sociables”, dijo Ryan Burge, profesor de ciencias políticas de Eastern Illinois University que también es pastor.
Las casas de culto y las comunidades religiosas, ejercen más influencia sobre ellas.
Los límites de las encuestas sobre religión
Burge y otros expertos en religión creen que el componente social de la fe en realidad podría sesgar los resultados de las encuestas. Por lo tanto, podrían reflejar una imagen falsa de la relación entre género y religión.
Algunas mujeres pueden decirles a los investigadores que son religiosas porque saben que se espera que lo sean.
En otras palabras, las encuestas que muestran que las mujeres son más religiosas que los hombres podrían perder validez por lo que se llama “sesgo de deseabilidad social”.
“Otro problema con las encuestas sobre religiosidad es que pocas veces capta la complejidad de la práctica religiosa.
Las mujeres a veces parecen más religiosas que los hombres, o viceversa, simplemente por las preguntas que los investigadores deciden hacer”, según Landon Schnabel, sociólogo de la Universidad de Cornell.
Por ejemplo, si las preguntas son sobre asistir a los servicios de adoración. Entonces, en un país como Israel, el resultado de las encuestas será que los hombres son más religiosos.
Sin embargo, se podría tomar el mismo país y usar diferentes medidas, como la oración dentro del hogar, y las mujeres parecerían ser más religiosas que sus contrapartes masculinas.
“Está establecido en la religión (judía) que los hombres asistirían a la (sinagoga) más que las mujeres. Sin embargo, cuando observas diferentes aspectos, como encender las velas del día de reposo (una tarea que corresponde a las mujeres). Entonces, las mujeres parecerán más religiosas”, dijo Schnabel.
La brecha de oración según el género
En algunos casos, la brecha entre los comportamientos religiosos de las mujeres y las suposiciones de la sociedad sobre ellas puede conducir a más que encuestas defectuosas.
Algunas mujeres pueden optar por dejar atrás su comunidad de fe para aliviar la incomodidad causada cuando se oponen a las expectativas, dijo Schnabel.
Las mujeres exitosas, en particular, pueden enfrentar rechazos en los espacios religiosos, ya que algunos fieles luchan por aceptar sus decisiones profesionales y relacionadas con la familia.
“Las mujeres de élite, de alguna manera, contrarrestan las expectativas religiosas”, dijo Schnabel.
Los estudios han demostrado que las mujeres de élite tienen menos probabilidades de ser religiosas que las mujeres que no tienen carreras de alto nivel. Por otro lado, los hombres con altos ingresos, tienen más probabilidades de ser religiosos que otros, agregó Schnabel.
“Los hombres que ganan más dinero son más propensos a asistir a los servicios religiosos con más regularidad”, dijo.
Esto podría explicarse de dos maneras, según Schnabel. Puede ser que los hombres comprometidos cívicamente tengan más éxito. O, podría ser que los hombres con altos ingresos asistan a los servicios con más frecuencia porque sus compañeros de congregación son amigables.
En una casa de culto, con frecuencia, se alaba a un hombre ocupado y exitoso porque se ajusta a la idea estereotipada del sostén de la familia. Un ideal que se abraza en muchos círculos religiosos. Por otro lado, una mujer puede ser juzgada y censurada por logros similares, dijo Schnabel.
La brecha de género y las mujeres que no pertenecen a ninguna religión
Esto podría explicar el creciente número de mujeres que no pertenecen a ninguna religión, dicen los expertos en el tema.
Si bien es más probable que los hombres se identifiquen como no afiliados a la religión que las mujeres, las mujeres se están distanciando cada vez más de la religión organizada, según Trzebiatowska.
Para ser claros, “no pertenecer a ninguna denominación de fe, no significa que no sean espirituales”.
De manera similar, Burge señala que la mayoría de los estadounidenses sin afiliación religiosa y los adultos estadounidenses en general, todavía dicen que creen en un poder superior.
“El 90% de los estadounidenses todavía quieren creer que hay algo ahí fuera, aunque no deseen afiliarse. La mayoría de los estadounidenses simplemente no creen en lo que implica la religión”, dijo Burge.
Las mujeres que no están afiliadas a ninguna religión, pueden tener más probabilidades que sus homólogos masculinos de permanecer a la “órbita de espiritualidad”, según Trzebiatowska.
Incluso en países predominantemente laicos, las mujeres están generalmente “más interesadas en el bienestar físico y psicológico, los cuales forman una parte dominante de la espiritualidad de la nueva era y muchos movimientos religiosos a lo largo de los siglos. Aproximadamente, el 80% de las personas que practican yoga, meditación y todo lo relacionado son mujeres”, dijo.
Trzebiatowska agrega que “el interés en el bienestar y la personificación, incluidas las terapias holísticas y la espiritualidad, parece ser mayor entre las mujeres que entre los hombres”.
¿Cómo será la fe en el futuro?
A medida que las relaciones de las mujeres con las instituciones religiosas se vuelven cada vez más tensas y algunas mujeres abandonan la religión organizada por completo, el futuro de la fe está cambiando.
Con frecuencia, las comunidades religiosas dependen de las mujeres para transmitir sus creencias y prácticas a las próximas generaciones, dijo Burge.
“El factor más determinante de tu religión es la religión de tu madre y no la de tu padre. Si tu madre no ejerce ninguna, existe la posibilidad de que no tengas ninguna así tu padre la tenga”, agregó Burge.
Algunas mujeres creen que las instituciones religiosas pueden abordar la crisis que se avecina creando más espacios exclusivos para mujeres.
“Las mujeres religiosas necesitan sentirse cómodas llevando todo su ser a la adoración”, dijo Mary Hunt, teóloga, y cofundadora y codirectora de la Alianza de Mujeres para la Teología, la Ética y el Ritual.
Rachel Harkins Ullmann, una mujer cristiana, no siente que las mujeres necesiten crear espacios separados, ella apoya la idea de que las instituciones religiosas deben dejar atrás estereotipos de la antigüedad.
“Debe quedar claro que no hay una manera específica de ser una buena mujer o madre”, dijo haciendo referencia a que las mujeres pueden trabajar y dedicarse a su hogar.
Fuente: Deseret News