¿Deberían las mujeres Santos de los Últimos Días trabajar o dedicarse a su hogar?

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Antes de que comiencen los ataques verbales, permítanme darles una breve explicación al respecto. Me usaré como ejemplo para darnos una idea general de la que puede ser la realidad de muchas mujeres Santos de los Últimos Días.

Yo soy del tipo de madre que se queda en casa con cinco hermosos hijos, de 4 a 15 años. Mi esposo trabaja mucho para que yo pueda hacer esto porque era algo que yo deseaba y fue lo que sentimos que era lo correcto para nuestra familia en este momento.

Tengo un trabajo remoto que disfruto y lo encuentro gratificante. He tenido otros trabajos remotos que han sido tanto para mi propio disfrute como para ayudar a llevar la carga del hogar cuando el dinero ha sido escaso.

día de la madre

Imagen: Cavna

Fui mi elección dedicarme a mis hijos, porque fue algo que deseaba. No ha sido fácil física ni mentalmente. He hecho sacrificios para estar en casa a tiempo completo, pero siento que ha sido la decisión correcta para mí y para mi familia.

Dicho esto, mi madre, mi abuela y mi bisabuela trabajaron a tiempo completo fuera de casa mientras criaban a sus hijos. En la Iglesia de Jesucristo se respeta tanto a las madres que trabajan fuera de casa como a las que se quedan en ella puesto que ambas requieren sacrificios y buscan lo mejor para sus familias.

Las mamás que trabajan también se ponen a sí mismas en último lugar al cumplir con todas las demás exigencias que requieren su entorno laboral, familiar, de la Iglesia y otras responsabilidades.

Mi cuñada en su sabiduría observó perspicazmente que toda maternidad es un desafío, incluso para aquellas que aun no han tenido hijos por decisión propia o no.

Criar a los hijos a tiempo completo en casa es difícil.

Criar hijos mientras se trabaja fuera del hogar es difícil.

El embarazo y tener hijos son difíciles.

No poder tener hijos es difícil.

Cada una de estas situaciones es difícil, requiere esfuerzo, paciencia y amor.

Imagen: Cavna

Entonces, antes de comenzar con la parte principal de este artículo, debes comprender que yo misma estoy en medio de esa dificultad y creo firmemente en la necesidad de que las mujeres deben apoyar a otras mujeres, sin importar nuestras diferencias o desafíos.

Nos necesitamos la una a la otra. Necesitamos amor y apoyo libres de juicio. Necesitamos confiar en que todas estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo, sean cuales sean nuestras circunstancias.

El presidente Spencer W. Kimball enseñó a menudo acerca de la necesidad de nutrir a las madres en el hogar. Él compartió:

“Algunas mujeres, debido a circunstancias fuera de su control, deben trabajar. Entendemos eso. Entendemos además que a medida que se crían familias, los talentos que Dios les ha dado y con los que las ha bendecido a menudo se pueden emplear de manera efectiva en un servicio adicional a la humanidad.

Si embargo, una advertencia: No cometan el error de dejarse llevar por tareas secundarias que ocasionen el descuido de sus asignaciones eternas, como dar a luz y criar a los hijos espirituales de nuestro Padre Celestial. Oren cuidadosamente sobre todas sus decisiones”.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Aunque estas palabras fueron pronunciadas en 1979, la verdad sigue siendo la misma. El presidente Kimball explicó que algunas mujeres trabajan por necesidad, mientras que otras trabajan para usar los talentos que Dios les ha dado para bendecir a otras personas.

El presidente Hinckley también recordó que el tener hijos también es una gran responsabilidad, la cual es una asignación eterna. Cada familia deberá orar para saber qué decisión tomar con respecto a cuál es la mejor manera de criar a sus hijos.

Dentro de la Iglesia, cada vez es más común que se espere que las madres trabajen fuera de su casa, algo que se debe obviamente en parte a las circunstancias que vivimos en la actualidad.

Muchas familias se esfuerzan por hacer que sus ingresos alcancen para el mes y requieren que ambos padres trabajen.

Las normas culturales no son una buena manera de determinar qué es lo mejor para tu familia. Estas decisiones deben tomarse con meditación, humildad y oración.

Hay razones muy buenas por las que los hijos se benefician de tener a su madre en casa. Aún así, también hay razones por las que la familia puede no sentir que es mejor que la madre se la que se quede en casa.

Bonnie H. Cordon

Bonnie H. Cordon. Imagen: Church News

La hermana Bonnie H. Cordon, actual presidenta general de las Mujeres Jóvenes, era una madre trabajadora hasta que estuvo embarazada de su tercer hijo.

La hermana Reyna I. Aburto, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, ha trabajado en la industria de los idiomas por más de veinticinco años, equilibrando el trabajo, la familia y las responsabilidades en la Iglesia, y ahora tiene un pequeño negocio de traducción con su esposo.

La hermana Ruth Lybbert Renlund es expresidenta y fundadora de un bufete de abogados de Salt Lake City donde ejerció en demandas de litigios civiles por 20 años. También fue fiscal general adjunta del estado de Utah. Antes de obtener su título de abogada, enseñó inglés y debate en una escuela secundaria.

Y la hermana Camille Johnson, actual presidenta general de la Primaria, trabajó como abogada durante más de 30 años en el bufete de abogados Snow, Christensen & Martineau, donde recientemente fue presidenta de la compañía.

Elder Holland y su esposa Patricia - estar felices

El élder Jeffrey R. Holland y su esposa Patricia. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Estas mujeres son mujeres de fe y líderes en la Iglesia. Muchas de ellas han trabajado activamente en un centro de labores mientras criaban a sus hijos durante muchos, muchos años.

Por otro lado, las hermanas Marjorie Pay Hinckley, Patricia T. Holland, Donna Packer, Frances Monson y muchas, muchas otras mujeres de fe tomaron la decisión de quedarse en casa con sus hijos y su contribución en la Iglesia ha sido igual de notable.

No menciono a estas hermanas trabajadoras como una manera de hacer sentir mal a las mujeres que se sienten llamadas a quedarse en casa.

Si lo mejor y lo correcto para ti y tu familia es que te quedes en casa con tus hijos, entonces ningún otro factor puede cambiar tu decisión. Lo que una hermana (o presidenta auxiliar) esté haciendo no quiere decir que sea lo adecuado para ti.

Del mismo modo, no menciono a las mujeres de fe que se han quedado en casa con sus hijos para llenar de culpa a cualquier mujer que sienta que es su responsabilidad compartir sus talentos fuera del hogar.

Mis queridas hermanas, todo se reduce a esto. ¿Qué es lo que te dice el Espíritu en cuanto a tu tiempo, energía y talentos? ¿Estás guardando tus convenios? ¿Eres digna de tener el Espíritu Santo contigo?

perdón

Imagen: Canva

Con tu cónyuge, obrando en conjunto con la dirección del Señor, deben decidir si trabajas o no fuera del hogar.

Las mujeres mencionadas anteriormente demuestran que la dignidad no se basa en el lugar donde trabajas.

No cometas el error de trabajar fuera de casa si es correcto que te quedes en ella. No cometas el error de quedarte en casa si el Señor te está llamando a servir a Sus hijos de otra manera.

Y sobre todo, no juzgues a otra persona por las decisiones que tome.

Fuente: LdsDaily

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Comentarios
Una de mis grandes bendiciones fue trabajar en el templo por 23 años. Con un horario cómodo , y mis hijos al regresar de estudiar, yo estaba en casa para compartir la dulce y amorosa experiencia de ser mamá.
Neiffy Cenith Buelvas.

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