Uno de mis personajes favoritos de la tradición navideña es Ebeneezer Scrooge.
Antes de su cambio, él no sentía ningún amor por la Navidad; quizá algunos de nosotros nos podemos identificar con su malhumor cuando nos sentimos agobiados por las celebraciones navideñas.
Scrooge deseaba que lo dejaran “celebrar” la Navidad a su manera y no a la manera en la que todos lo hacían tan ostentosa y alegremente.
Ahora, en una época en la que miles de millones de personas participan en tradiciones navideñas muy arraigadas, algunos luchan por estar a la altura de lo que podríamos llamar “expectativas navideñas”. Algunos sienten la obligación de crear una Navidad “perfecta”.
Tener que cumplir expectativas sociales, estar estresados por comprar regalos cuando hay escasez de recursos o incertidumbre en qué comprar, haber experimentado momento traumáticos o simplemente no gustar de la Navidad, son situaciones muy reales.
Preguntarles a aquellas personas por qué no les gusta la Navidad o reclamarles por no estar con el “espíritu navideño” solo empeorarán la situación.
Si te sientes así y deseas que las personas te dejen celebrar la Navidad a tu manera, no eres la única persona que pasa por eso.
El Dr. David T. Morgan, psicólogo licenciado, compartió algunos principios que, si se entienden y aplican correctamente, podrán traerte paz por más desdichado que sea el momento que estés viviendo. No se trata de solucionar de por vida tu sentir, sino de ayudarte.
Celebra la Navidad a tu manera
En gran parte, no importa por qué te sientes mal en Navidad, sino cómo te sientes, si te gusta cómo te sientes y qué puedes hacer para mejorar tus circunstancias. Comprender el verdadero propósito de la Navidad y aceptar celebrarlo, o no, puede consolarte.
Miremos al Grinch. Él intentó eliminar la Navidad para los pobladores de la “Villa Quien” cuando se llevó todos los regalos y esperó escuchar un lamento navideño sin precedentes, pero ocurrió todo lo contrario, pues los pobladores se reunieron para cantar y agradecer por el día.
El Grinch se arrepintió y concluyó:
“Quizá la Navidad… no venga de una tienda. Quizá la Navidad signifique un poco más”.
Con ello aprendemos que, aunque la Navidad ha adquirido muchos significados (algunos más comerciales que otros), hay significado y esencia que trasciende todas las tradiciones.
Lo que los Santos de los Últimos Días y otros cristianos entienden mejor que la mayoría es que, en el fondo, la Navidad es simplemente un tiempo para recordar y apreciar a nuestro Salvador, Jesucristo.
El hecho de que celebres la Navidad de una manera diferente a los demás no significa que estás mal. La Navidad puede ser un tiempo maravilloso para reflexionar profundamente sobre el Salvador.
El hecho de que tu casa no esté iluminada y ornamentada no significa que no estés reforzando tu conexión con Jesús.
La oración sacramental nos invita a recordarlo siempre (Doctrina y Convenios 20:77) y se nos manda “mirar hacia Él en todo pensamiento” (Doctrina y Convenios 6:36).
Helamán también le enseñó a sus hijos que a medida que edificaran su vida sobre la roca fundamental de Jesucristo, serían capaces de resistir desafíos y tentaciones de todo tipo (Helamán 5:12).
Si tu Navidad no es similar a la de los demás, deja de estresarte y comprende que eres único. Celebra la Navidad a tu manera y mejora tu relación con el Salvador.
No hay una lista con instrucción o ideas que puedan ayudarte, debes trazar tu propio camino. Deja de lado expectativas sociales y siéntete libre de hacer las cosas que representan una bendición para ti.
Si te encuentras angustiado en estas fiestas, el Dr. David T. Morgan recomienda que no pierdas de vista el verdadero propósito de la Navidad. Esfuérzate por recordar a Jesucristo y seguir mejor Su ejemplo. La forma de hacerlo ya está en ti.
Mientras sigas a Jesucristo y guardes Sus mandamientos, especialmente en Navidad, encontrarás paz y felicidad.
Fuente: LDS Living