7 maneras de hacer que tus oraciones sean más significativas

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Si hay algo que aprendí en mi misión, fue cómo orar con todas mis fuerzas. Hubo momentos en los que Dios y Jesucristo eran todo a lo que podía aferrarme. Pero desafortunadamente, desde entonces he perdido parte de ese “fuego” misional para orar fervientemente todo el tiempo.

Aquí hay siete cosas que he llegado a saber acerca de Dios que te ayudarán a mantenerte constante y con ánimos en tus oraciones con Él.

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1. Dios ama reír

Durante mi primer traslado en la misión, tuve la oportunidad de realizar un intercambio nocturno con mi Hermana Líder en su área. Después de un largo día de trabajo, finalmente estábamos listas para irnos a dormir. Pero justo antes de hacerlo, ella entró silenciosamente a otra habitación y cerró la puerta.

No pasó mucho tiempo antes de que escuché un ruido inesperado proveniente de detrás de la puerta, estaba riéndose. ¿Qué rayos podría estar haciendo allí que fuera tan divertido?

Cuando ella salió, tuve que hacerle la pregunta. Me dijo algo que cambiaría toda mi misión, e incluso mi vida. Esta increíble misionera dijo que cuando oraba por la noche, le contaba a Dios sobre las cosas graciosas que le sucedieron durante el día, y que ambos se reían.

¿Acaso no es eso lo más lindo que has escuchado? Muy a menudo, pensamos en Dios como un ser serio que todo lo sabe. Pero si Él es perfecto en todas las cosas, eso también significa que tiene un sentido del humor perfecto, ¿verdad?

¡Así que ríete con Él! Cuéntale sobre tu día, tus momentos embarazosos, las cosas que te hicieron sonreír. Si haces esto, te prometo que Él te dará aún más cosas para reír y sonreír.

2. Dios ama las conversaciones

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Una de las experiencias que tuve que me llenó de humildad fue cuando le pedí a un investigador que hiciera la oración final. Arrodillándose en la alfombra, y con su dulce acento sureño, comenzó su humilde oración con un simple saludo: “Hola, Señor. Soy yo otravez”.

No pude borrar la sonrisa de mi cara durante toda esa oración. Hablaba con Dios con el respeto y la familiaridad de un viejo amigo. Inmediatamente decidí que quería que mis oraciones sean iguales.

Habla con Él como lo harías con tu mejor amigo, tu hermano o el confidente más cercano que tienes. Él no quiere tu yo de “versión seria” con tu mejor comportamiento, la que pones en una primera cita. Él quiere tu versión real, graciosa, honesta, algo desordenada y auténtica.

Cuéntale todo. Cuéntale tus historias. Dile lo que amas de Él. Búscalo antes de tomar tu teléfono y habla con Él.

3. Dios ama tener toda tu atención

Si eres como yo, puede que te distraigas con facilidad durante tus oraciones. Es por eso que tengo el hábito de orar sólo en la oscuridad (si es que mi compañera de cuarto no se encuentra en la habitación). Mi teléfono está en silencio, no puedo ver nada, no importa si es que tengo los ojos cerrados o no.

Si bien, algunos de ustedes todavía pueden distraerse con pensamientos vagos. Es algo personal que puedes superar, haz tu mejor esfuerzo para darle a Dios toda tu atención, tal como esperarías que un padre o amigo lo haga cuando te abres a ellos.

4. Dios ama cuando tomas notas

Recientemente comencé a escribir mis oraciones, especialmente cuando ayuno, ¡y he llegado a amar eso! Por alguna razón, parece que obtengo más revelación al hacerlo, cosa que también escribo.

Cuando escribo mis oraciones (no hago esto todas las noches, sólo una vez a la semana), puedo colocarlas junto a mi cama y recordarme por lo qué estoy esforzándome y la revelación que me ha dado Dios.

5. Dios ama cuando te pones a meditar

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¡Todos amamos a las personas que son reflexivas! Nos hace sentir más valoradas. Entonces, ¿cómo podemos mostrarle a Dios que somos reflexivos? Puede sonar extraño, pero trata de ser más consciente de lo que dices en oración. No sólo medites después de orar, medita antes de orar para que puedas saber exactamente por qué orar.

Muchas veces, he orado por cosas que no sabía que eran malas para mí. Pensaba que era lo que quería. Y aunque no obtuve un “no” de Dios, es muy probable que hubiera podido resolverlo por mí misma si es que hubiese meditado un poco más al respecto.

En pocas palabras: Ten cuidado con lo que pides al orar.

6. Dios ama cuando aprendes Su idioma

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Como todos aprendemos de manera diferente, Dios nos habla a cada uno de nosotros de manera diferente. La forma en que Él contesta tus oraciones está perfectamente adecuada para ti.

Recuerdo haberle preguntado una vez a una señora de Gran Bretaña si el Espíritu tenía un acento británico cuando le hablaba. Ella se quedó en silencio por un momento y respondió que, de hecho, sí tenía acento. ¡Por su puesto que lo tiene!

Él conoce nuestro idioma, cómo pensamos y cómo tomamos nuestras decisiones. Entonces, es nuestro deber aprender Su manera de hablar con nosotros.

Por ejemplo, es muy común que el Espíritu me dé respuestas y advertencias en el último momento. Probablemente sea porque Él sabe que pienso demasiado las cosas, pero que a la vez soy muy espontánea. Si recibo una impresión de última hora, es mucho más probable que obedezca sin dudarlo.

Esto no significa que siempre me hable de esa manera, pero es una de las formas en que he aprendido a reconocer Su voz. Desafortunadamente, tendrás que pasar por un poco de prueba y error para aprender lo que funciona para ti.

7. Dios ama ser apreciado

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En cualquier relación, ambas personas quieren sentirse amadas, apreciadas y respetadas. Es lo mismo con Dios. Él no sólo quiere escuchar tus problemas, dudas e inquietudes. A veces, todo lo que quiere es saber que estás agradecido de que Él esté allí.

De vez en cuando, tómate el tiempo para hacer sólo oraciones de gratitud. Te prometo que tu relación con Él crecerá y notarás las bendiciones en tu vida con mayor plenitud.

¿Y sabes qué? ¡Probablemente Él estará más dispuesto a concederte bendiciones!

Ya sea que implementes o no todos estos consejos, sé que Dios te espera con los oídos y los brazos abiertos cada segundo de cada día. Porque si bien Dios puede amar todas las cosas, te ama principalmente a ti.

Este artículo fue escrito originalmente por Becca Baird y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “7 Ways to Make Your Prayers More Meaningful

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