La práctica de pagar el diezmo es una tradición que vienen desde la época del Antiguo Testamento.
Para los Santos de los Últimos Días, el diezmo también es una ley que nos abre a las bendiciones de los cielos así como una forma de expresar nuestra confianza en Dios.
Si bien puede parecer un sacrificio difícil de hacer, dar la décima parte de nuestros ingresos, el diezmo trae consigo bendiciones y milagros notables que van más allá de lo material o lo terrenal.
Lo cierto es que pagar el diezmo es un acto de fe, uno que el Señor verdaderamente compensa con bendiciones increíbles y que, en ocasiones, podemos pasar por alto.
1. Las bendiciones que tú necesitas
Pagar el diezmo no se basa en solo dar dinero, es una expresión de gratitud y obediencia a Dios.
A cambio, el Señor ha prometido que nos bendecirá.
Esto no significa que tendrás las bendiciones que deseas de inmediato o serán específicamente las que quieres, más es una promesa de que cumplirá Su palabra y te dará cosas que sabe que necesitas.
Tal vez el trabajo que estás buscando llegue a tu vida. Tal vez una ayuda inesperada de alimentos llega para tu familia. Quizá la salud de uno de tus familiares mejora. Quizá la comida de la semana para tu casa ya esté asegurada.
No sabemos de qué manera el Señor nos bendecirá, lo único que sabemos es que sí lo hará.
En Malaquías 3:10, encontramos una promesa sorprendente:
“Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. (Malaquías 3:10)
Su promesa es abundancia espiritual y material, y está al alcance de nosotros si tan solo lo ponemos a prueba, Él es un Dios de verdad y milagros, ten fe en que esto será posible.
Al pagar el diezmo, empezamos a depender de Dios, nos aseguramos que Él proveerá para nuestras necesidades y que nos bendecirá.
Como dijo mi mamá una vez:
“Es mejor vivir con el 90% de ingresos bendecido, que el 100% del dinero sin la bendición de los cielos”.
2. Un sentimiento de propósito
Pagar el diezmo también nos conecta con un sentido más profundo de propósito y contribución.
Saber que nuestras ofrendas apoyan la obra de la Iglesia y ayudan a quienes más lo necesitan puede darle un significado adicional a nuestras vidas. Nos convierte en colaboradores activos en la obra de Dios en la Tierra.
Cada vez que ocurre un desastre natural o algún siniestro que afecta muchos, tengo la certeza de qué La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hará todo lo necesario para enviar ayuda a quien lo necesite en el mundo sin importar su raza, credo, procedencia, o creencias.
Además, con el diezmo también nos ayudamos activamente a la construcción de templos de la Iglesia en todo el mundo.
Una hermana de Iquitos, Perú, me compartió una vez una de las razones por las que daba el diezmo.
A sus 93 años de edad, había visto de primera mano el crecimiento de la Iglesia en esa ciudad y, aunque parecía improbable, tenía la fe suficiente como para esperar el anuncio de un nuevo templo.
“Doy el diezmo porque sé que este dinero un día hará posible que haya un templo en mi ciudad. Quizás yo no pueda verlo, pero sé que mi posteridad si lo hará. Sé que el Señor nos bendecirá”.
Aquella hermana falleció un mes después de que el presidente Russell M. Nelson anunciara la construcción de un templo en la ciudad de Iquitos, Perú, en la conferencia general de abril de 2023.
Su fe y sus palabras me conmueven hasta el día de hoy. Aquello que parecía imposible, pero no lo era para esa hermana que creía tan fervientemente.
El diezmo nos ayuda a determinar cuáles son nuestras prioridades tanto terrenales como espirituales.
3. Protección en tiempos de dificultad
Una de las bendiciones más sorprendentes del diezmo es la protección divina y la paz que brinda en tiempos de dificultad.
En Malaquías 3:11, Dios nos hace otra promesa:
“Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos”.
El Señor nos da la certeza de que si damos el diezmo, estaremos bajo Su protección, y Él cuidará de nosotros en medio de las pruebas y tribulaciones.
Realmente pude ver esto de primera mano en muchas ocasiones, especialmente durante la pandemia.
Mi familia y yo pasamos momentos de mucha necesidad, sin embargo, el Señor nunca dejó que faltara pan en mi mesa, dinero para nuestro sustento y paz en momentos de tempestad.
El diezmo puede brindar tranquilidad, nos recuerda que el Señor proveerá si hacemos nuestra parte. No podemos dudar de ello.
En lugar de preocuparnos por el futuro, esforcémonos por hacer lo que Él nos ha mandado por más que nos cueste.
No tiene que ser perfecto, en esta vida nunca lo seremos, lo único que nos pide es que lo intentemos.
Al hacer del diezmo una práctica que nace de un deseo sincero, no solo fortalecemos nuestra relación con Dios, sino que también experimentamos las increíbles bendiciones que vienen con ella, bendiciones realmente celestiales.
“El Señor no necesita tu diezmo, en lo que a Él respecta, pero tú lo necesitas para tu crecimiento, espiritual y temporal, para que se abran las ventanas de los cielos y se te dé el Espíritu del Dios viviente”. (Heber J. Grant)
Video relacionado
@masfe.org De alguna manera Dios hará que todo funcione. No pierdas la fe ☺️❤️ #confiaendios #mividaesuncaos #diosproveera #cristianostiktok #fypシ゚viral #fe